tag:blogger.com,1999:blog-83744440937096072912024-03-05T16:41:50.200-08:00NUEVO PERIODISMO PUNTO COMSitio de Crónicas Periodísticas y otras formas de Nuevo Periodismo que se nutren del tintero de la realidad Latinoamericana, siempre cambiante,siempre compleja, siempre inverosimil y fabulosaAntanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.comBlogger29125tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-84307406198986565102008-04-28T17:36:00.000-07:002008-12-10T15:15:13.968-08:00KAPUSCINSKI: PATRIARCA DEL MEJOR OFICIO DEL MUNDO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKVoOWTIO43N21ZM7KheQXT1HqxKKetT4uqsLzrCxsxiTSYFPk2l81PfwhAXpzRB20Efab2TWB4QRSmK-OnfHiOW0xKnFVPFymiKrsRBfDL8G-mBlq76yaLwnRjGwYgZyOBgXMF2DGoms/s1600-h/Gabo-Kapu.jpg"><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5194461167237193266" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKVoOWTIO43N21ZM7KheQXT1HqxKKetT4uqsLzrCxsxiTSYFPk2l81PfwhAXpzRB20Efab2TWB4QRSmK-OnfHiOW0xKnFVPFymiKrsRBfDL8G-mBlq76yaLwnRjGwYgZyOBgXMF2DGoms/s400/Gabo-Kapu.jpg" border="0" /></span></a><span style="font-size:130%;"> </span><br /><strong><span style="font-size:130%;">VIEJO PERIODISTA CON SANDALIAS DE VIAJERO</span></strong><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><em><span style="font-size:130%;">Junto a García Márquez(izq.) el gran cronista polaco, muerto en enero de 2007, fue maestro de generaciones de reporteros que hasta ahora ven en él a todo lo que encarna lo mejor del periodismo: compromiso, humildad y una ética a prueba de balas.</span></em><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;">Darwin Pinto Cascán</span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;">Si le teme a las balas, a las víboras, a la fiebre, a las espinas, a las enfermedades venéreas o a las letrinas, entonces usted jamás será periodista...</span><br /><span style="font-size:130%;">Esta sentencia la dice Ryszard Kapuscinski, considerado por muchos el mejor reportero del siglo XX. Esa oración resume, en sólo un párrafo, todo lo que debe saber un aspirante a reportero sin que tenga que sufrir cinco años en las aulas de una facultad, sacrificio que usualmente lo único que le deja es un título para colgar en la pared. </span><br /><span style="font-size:130%;">Si cree que lo dicho en el párrafo de arriba es algo audaz, aquí otros datitos del gran cronista polaco: Kapuscinski cubrió 27 revoluciones, 12 frentes de guerra y fue condenado en cuatro ocasiones a ser fusilado. Esa experiencia algo le habrá enseñado...<br /></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>El maestro</strong> </span><br /><span style="font-size:130%;">Ryszard Kapuscinski, fallecido el 23 de enero de 2007 en Varsovia a los 74 años, periodista de culto para las nuevas generaciones de reporteros, fue un cronista con sandalias de viajero que puso en las mesas de desayuno europeas (en formatos de tabloide) las tragedias de guerras civiles y revoluciones en África y Latinoamérica. </span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;">¿Qué lo hizo diferente al resto de los corresponsales? Por más de 40 años de coberturas en lugares que ni aparecían en los mapas del mundo, él jamás gastó pólvora en gallinazo con preguntas frívolas como: ¿son 46 ó 47 muertos en la escaramuza de esta guerra civil? sino que lanzó su mirada al corazón del problema e interrogó sin el menor escrúpulo: ¿cómo carajos es que se llegó a ésto? </span><br /><span style="font-size:130%;">Además, nunca fue parte de la ‘manada’ de reporteros que se quedaban en las afueras de los palacios de Gobierno africanos o latinoamericanos esperando comunicados oficiales de prensa para luego correr a los teléfonos y llamar a sus redacciones, sino que se introducía en las selvas y callejones donde ocurría lo más crudo de sus historias, historias que casi nunca eran parte de la "noticia oficial".</span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;"> Eso le ocasionó cuatro sentencias de muerte que burló con una buena dósis de suerte y con el peso de los quilates de su nombre. Entre las enseñanzas que el polaco dejó a sus alumnos hispanoamericanos en la Fundación para el Nuevo Periodismo Latinoamericano (que preside Gabriel García Márquez), estuvo el proclamar el derecho de las fuentes a ser personas con dignidad y no simples cifras, y también fue un crítico de la entrada del periodismo al libre mercado mundial en calidad de mercancía valiosa.</span> <span style="font-size:130%;">“Cuando estuve en Ruanda en la matanza de 1994, noté que muchos periodistas, de tan conectados que estaban con su central por teléfonos y correos electrónicos, no veían lo que pasaba en el lugar. Llamaban a sus jefes en Nueva York o Madrid, quienes les decían que necesitaban confirmar ésta u otra noticia. Esos corresponsales ya no eran reporteros: sólo seguían órdenes de unos jefes que ni sabían en qué lugar del mundo quedaba Ruanda. Pero en mi experiencia, los mejores reportajes se escriben cuando en la oficina central ni siquiera saben dónde está uno”, escribía Kapuscinski.<br /></span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><strong><span style="font-size:130%;">El Hombre</span></strong><br /><span style="font-size:130%;">Ryszard Kapuscinski, (nació en Pinsk, Bielorrusia, entonces parte de Polonia, el 4 de marzo de 1932 y murió en Varsovia, 23 de enero de 2007) estudió en la Universidad de Varsovia Historia y Arte, aunque finalmente se dedicó al periodismo. Colaboró en las publicaciones como el Time, The New York Times, La Jornada y Frankfurter Allgemeine Zeitung. Compaginó desde 1962 sus colaboraciones periodísticas con la actividad literaria y ejerció como profesor en varias universidades. Fue corresponsal en el extranjero hasta 1981. Entre 1954 y 1981 fue miembro del Partido Unido de los Trabajadores Polacos (denominación que tenía en Polonia el Partido Comunista). En 1964 fue designado por la Agencia de Prensa Polaca (PAP, por sus siglas en polaco) como su único corresponsal en el extranjero. Viajó por los países en vías de desarrollo y reportó guerras, golpes de Estado y revoluciones en África, Asia, Europa y las Américas. En el mundo anglosajón Kapuscinski es mejor conocido por sus reportajes en África en las décadas de 1960 y 1970, cuando presenció el fin de los imperios coloniales europeos en aquel continente.<br /></span><br /><strong><span style="font-size:130%;">El espía</span></strong><br /><span style="font-size:130%;">Kapuscinski, que sonó en numerosas ocasiones como candidato al premio Nobel de literatura, tras su muerte fue acusado por la edición polaca del semanario Newsweek de haber sido espía comunista en los países sobre los que escribió. Newsweek publicó extractos de archivos sobre Kapuscinski conservados en el Instituto Polaco del Recuerdo que le exponen como agente de la policía secreta comunista entre 1967 y 1972. </span><br /><span style="font-size:130%;">“Durante su cooperación ha demostrado mucha voluntad pero no ha dado ningún documento significativo”, decían los extractos policiales del archivo de Kapuscinski, citados por la Newsweek.</span><span style="font-size:130%;"> “Ningún periodista de EEUU tuvo que trabajar con la CIA para poder salir del país”, Pero Kapuscinski tuvo (…) Si no lo hubiera hecho, no habría escrito sus libros. No habría sido Kapuscinski”. declaró a una agencia de noticias Ernest Skalski, un viejo amigo del fallecido y también reportero.</span><br /><span style="font-size:130%;">Así entre el mito creado por sus seguidores y las acusaciones de sus detractores, el legado periodístico-literario de Kapuscinski es innegable incluso entre grandes periodistas de la talla de Gabriel García Márquez. El polaco fue al único periodista vivo al que el ego enorme del Nobel colombiano se rindió sin atenuantes. Sólo a Kapuscinski el Gabo llamó siempre cada vez que se encontraron: gran maestro. Por algo habrá sido.<br /></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Su obra literario-periodística<br /></strong>- <em>Emperador</em>, sobre el emperador de Etiopía Haile Selassie. </span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>El Sha</em>, tema de la época del Sha Mohamed Reza Pahlevi de Irán. </span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>El Imperio,</em> acerca del derrumbamiento de la Unión Soviética. </span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>Ébano</em>, considerado por muchos su mejor libro, contiene reportajes ubicados en varios países de África. </span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>Lapidarium IV</em>, fragmentos de reportajes y pensamientos. </span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>La guerra del fútbol,</em> en que habla sobre diversos conflictos africanos y latinoamericanos. El reportaje que da título al libro narra la guerra que llevaron a cabo Honduras y El Salvador, cuyo detonante fue un partido de fútbol entre las selecciones de ambos países valedero para el mundial de México en 1970. </span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>Los cínicos no sirven para este oficio</em>, basado en entrevistas y conversaciones moderadas por Maria Nadotti.</span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>Un día más con vida,</em> donde narra la descolonización portuguesa de Angola en 1975 y sus consecuencias: una guerra civil que asoló la región hasta hace muy poco. </span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>Los cinco sentidos del periodista</em>, que recoge principios básicos de periodismo, con base en los talleres que impartió en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. - <em>El mundo de hoy</em>, en el que el autor reflexiona sobre los últimos acontecimientos ocurridos en el mundo tales como el 11-S o el 11-M, así como una autobiografía y sus reflexiones para comprender el mundo en el que vivimos. </span><br /><span style="font-size:130%;">- <em>Viajes con Heródoto</em>, publicado en 2006. Obsesionado por cruzar la frontera, la redacción del diario en el que trabaja le envía a la India con un libro, la Historia de Heródoto, el primer historiador griego. Es un libro de difícil clasificación, en el que homenajea a un Heródoto protorreportero, descubridor de algo tan fundamental como que los mundos son muchos.<br /></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong></strong></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Esa gran manada mundial/Fragmento</strong></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong> Ryszard Kapuscinski </strong></span><br /><span style="font-size:130%;"></span><span style="font-size:130%;">A medida que el negocio de los medios se hizo más grande e importante, éstos empezaron a encerrarse en una vida propia y desvinculada de la realidad. Si antes la prensa tenía como objetivo reflejar el mundo, ahora los grandes medios se limitan a “su” mundo compitiendo entre ellos. Ya no les interesa tanto lo que sucede afuera, sino que los demás medios no publiquen algo que ellos no tienen. Una gran manada de trabajadores de medios se mueve de un lugar a otro del mundo creando una brutal centralización de la noticia. Para competir entre sí los medios andan en banda mirándose unos a otros sin mirar al mundo. Por eso si en el mundo ocurren varios hechos a la vez, los medios sólo cubren uno: el que atrae a la manada. Más de una vez fui miembro de esa manada y vi de cerca cómo funciona. Recuerdo la crisis generada por la toma de rehenes norteamericanos en Teherán: aunque nada sucedía en la capital de Irán, miles de enviados especiales del mundo permanecieron por meses ahí. Esa misma manada se trasladó al Golfo Pérsico durante la guerra aunque los estadounidenses no dejaban que nadie se acercase al frente. En ese mismo momento ocurrían cosas horribles en Mozambique y en Sudán, pero a nadie le importó porque la manada estaba en Kuwait e Irak. Nuestro oficio comenzó a cambiar como consecuencia de la revolución tecnológica que permitió transmitir la noticia de manera fácil. Pero hay una segunda razón para el cambio de nuestro oficio, acaso la más importante: que la noticia se convirtió en un buen negocio. Normalmente el periodismo se hacía por ambición o por ideales, pero de repente se advirtió que la noticia era un buen negocio.<br /></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Galardones<br /></strong>- Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003, por "su preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje". Para él se pidió el premio Nobel de Literatura (por su riqueza narrativa), aunque jamás se le otorgó.</span><br /><span style="font-size:130%;">- Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cracovia, Universidad de Gdansk, Universidad de Silesia en Katowice, Universidad de Wroclaw, Universidad de Barcelona y la Universidad Ramón Llull. </span><br /><span style="font-size:130%;">- Premio Literario Elsa Morante (2005)<br /><br /></span><span style="font-size:130%;"></span><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Opiniones<br /></strong>Gísela López / Periodista</span><br /><span style="font-size:130%;">El periodismo que hacía él está en vías de extinción. Sobre todo, la parte que concierne al trabajo de campo, ese periodismo que mastica polvo, que se mimetiza en la sociedad para contarla hasta en sus detalles más íntimos. Ahora todo se hace desde el escritorio, pero Kapuscinski era capaz de pintarse la piel para mimetizarse en la sociedad donde iba a hacer periodismo del bueno. Ese tipo de trabajo es el que se está perdiendo por culpa del sistema globalizador y mercantilista. </span><br /><span style="font-size:130%;"><br />Hernán Cabrera / Federación de la Prensa<br />El periodismo que nos legó ese gran periodista es aquel que nos permitió abrir las puertas a la inteligencia, al estilo, al compromiso y a la denuncia. Nos hizo descubrir el horror de la guerra y la actitud de no soportarla. El mejor reportero del mundo nos dijo que no podíamos ser indiferentes ni imparciales frente a la tortura y el hambre. Nos enseñó que el periodista es un ser comprometido con su pueblo y con la verdad. No podemos ser neutrales. Tenemos que asumir las causas, ser militantes de la verdad, del pueblo y no del poder.<br /><br />Roberto Navia / Periodista<br />Kapuscinski, el maestro, enseñó que se debe narrar las penurias de los que sufren la historia y no sólo de aquellos que la escriben. Tuvo el talento de escuchar, viajó sin apuros y siempre creyó que el periodismo más que una carrera era una misión. Cada que tengo que marchar a buscar historias, recuerdo que decía que “el reportero de verdad no se aloja en el Hilton sino que duerme allí donde lo hacen los héroes de sus relatos, y también come y bebe lo mismo que ellos. Sólo así podrá escribir un texto honesto”.</span><br /><br /></span>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-40361182149476189652008-04-28T17:17:00.001-07:002008-12-10T15:15:14.155-08:00CHAU NEGRO RENEGAU Y CANAYA...<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk31GXmJkVh_OLNvy-sGOGQv3-UfDsDxLJflOhyvLV7qpJfR5x6yFgyojQJrgH4cnBjHyUayjh3pDtEdMBncmYPNAz4r2gkOF2DcFsyawxBg-Clb1BA4Z2Sn-CcUG1qg7vzbAfK8ZW36Y/s1600-h/FONTANARROSA.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5194458010436230690" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk31GXmJkVh_OLNvy-sGOGQv3-UfDsDxLJflOhyvLV7qpJfR5x6yFgyojQJrgH4cnBjHyUayjh3pDtEdMBncmYPNAz4r2gkOF2DcFsyawxBg-Clb1BA4Z2Sn-CcUG1qg7vzbAfK8ZW36Y/s400/FONTANARROSA.bmp" border="0" /></a><br /><div><span style="font-size:130%;"><strong>FONTANARROSA: LA MUERTE EN TINTA IMBORRABLE<br /></strong><br /><em>El jueves 19 de julio de 2007 murió en Rosario (Argentina) Roberto Fontanarrosa, uno de los caricaturistas más importantes de todos los tiempos. El dibujante dejó huérfanos a Inodoro Pereyra, a Boogie el Aceitoso y a miles de fans que inundan la pampa con su pena por este hombre que supo sobrevivir a los "malones de ausencia" y peleó contra los estragos de la vida a punta de un "malambo é sablazos"...</em><br /><br /><br /><strong>Darwin Pinto</strong><br /></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">Inodoro Pereyra debe andar por los tolderíos de la pampa argentina buscando a su eterno rival, Escorpión Resolana, para perdonarle la vida de una vez por todas en señal de duelo por la muerte de su padre, Roberto Fontanarrosa. Su perro Mendieta (mezcla de alcahuete a prueba de balas, filósofo de la necesidad y cumpa leal como una vacuna para chicos) debe estar deseando tener más ojos para llorarle a moco tendido a su tata el ‘Negro’. Boogie el Aceitoso debe estar vomitando bilis en su baño de matón a sueldo, con su arma desarmada por la amargura, tan deprimido en su pinta de galán de cine rudo que se le han de haber quitado las ganas de golpear a sus mujeres y de matar negros, hippies y maricones, disparándoles desde su ventana. </span></div><div><span style="font-size:130%;"></span> </div><div><span style="font-size:130%;">Y es que Roberto Fontanarrosa, “El Negro canaya”, el rosarino que hizo parir a la pampa a su hijo más bravo (el Inodoro) y le hizo un rubio gurí a la violencia de la TV y de la vida real (Boogie el Aceitoso); el tipo que defendió a capa y espada en un Congreso Internacional de la Lengua la dignidad de las malas palabras y la elocuencia de la palabra mierda; el que unió en un solo territorio al fútbol, la literatura y la historieta, dejó a los mortales de este mundo y a los hinchas de Rosario Central para irse con sus pilchas al tolderío de los inmortales. </span></div><div><span style="font-size:130%;">En Bolivia, caricaturistas y escritores lo recuerdan, como Óscar Barbery (Gaspar), creador de El Duende y su camarilla, y autor del libro <em>Cuentos para leer con asco,</em> que conoció la obra de Fontanarrosa en 1971, cuando estudiaba en Argentina. “Yo leía sus tiras cómicas en la revista Hortensia. Al principio era un cómic formal, pero después se va soltando hasta adquirir un estilo propio con mayor síntesis y un grafismo casi minimalista. El más famoso de sus personajes es Inodoro. Boogie es interesante pero lo dibujó hasta los 80, luego ya no lo hizo porque los tiempos se hicieron agresivos”, dice Barbery. Agrega que así como recibió la influencia de Quino y otros caricaturistas, la presencia de Fontanarrosa fue importante para él. “Más que una influencia, ellos ayudan a saber cómo superar las dificultades”, afirma. La historia que más recuerda Barbery es la que hay en un libro en el que Fontanarrosa hace parodias de los clásicos. “Era sobre la cabaña del Tío Tom. Muere el negro Tom en el sur de Estados Unidos (donde los esclavos cosechaban algodón) y el nieto pregunta a la abuela: ¿El tío Tom fue al cielo?</span></div><div><span style="font-size:130%;">- Sí.</span></div><div><span style="font-size:130%;">- ¿Y qué hace?</span></div><div><span style="font-size:130%;">- Descansa</span></div><div><span style="font-size:130%;">- ¿En qué?</span></div><div><span style="font-size:130%;">- En una nube</span></div><div><span style="font-size:130%;">- ¿Y las nubes son de algodón?</span></div><div><span style="font-size:130%;">- Sí.</span></div><div><span style="font-size:130%;">- Entonces no descansa.</span></div><div><span style="font-size:130%;">Barbery afirma que Fontanarrosa la desembrolló la literatura y escribió sin dejar de parodiar. “Después de Quino y su enorme influencia, viene una generación marcada por Fontanarrosa y Cris en la historieta”, concluye. </span></div><div><span style="font-size:130%;">Ramón Rocha Monroy, consternado por la noticia de su muerte, señala que sigue la obra de Fontanarrosa desde hace 20 años. “Él casi nunca salió de Rosario, no es de esos talentos que se van (ni aún muertos). La gente puja por distinguirse, él era cotidiano, cualquiera podía encontrarlo en el café El Cairo. Además de las historietas tiene libros ejemplares de narrativa. ¿Cuál su aporte en el cómic y la literatura?, pues la humildad del creador”, dice el autor de <em>Crítica de la sazón pura.</em> </span></div><div><span style="font-size:130%;">Wilmer Urello, ganador del Premio Nacional de Novela 2006, con su obra <em>Los fantasmas asesinos</em>, señaló que lo que más le gustaba del creador de Inodoro Pereyra era su manejo temático y el modo claro y sintético con el que dibujaba sus tiras. </span></div><div><span style="font-size:130%;">El periodista Javier Méndez, seguidor de las aventuras de Inodoro Pereyra hace más de una década, señala que “todo lector de Fontanarrosa es hoy día una pampa de pena y el dolor de acogerlo dentro no se puede nombrar con nada. Lentamente, como la luz mala de sus historietas, esa impronunciable enfermedad empezó dándole un golpe bajo: la mano derecha, la de los trazos, la del mate. Qué tendrá el destino, diría un escritor de venas abiertas, que golpea a los habilidosos donde más duele (Zavaleta con un cáncer en el cerebro, por ejemplo). Con la tinta aún revuelta, nos deja este negro y canaya, ‘vestidos y alborotados’ como hacía el querido Inodoro con algunas novias: se fue sin visitarnos, como seguramente quiso. Un gran jasayé no podría a la vez con toda la tristeza que nos deja este canaya congénito. Quisiera ver si Boogie es tan macho como para no soltar un lagrimón. Imposible. Qué vocación esta de oficiar de sepulturero lírico, que lo parió”, dice Méndez.</span></div><div><span style="font-size:130%;"> Y es que en el caso de Fontanarrosa, todo lo bueno o lo malo que se dijo en su vida fue verdad, y el final le llegó demasiado rápido, pese a que él había hecho decir a don Inodoro: Qué grande ai de ser la muerte... que viene tan despacito.<br /><br /><br /><br /><strong>CUENTO DE UN PATEADOR DE PELOTA</strong></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">Un paso más atrás. Ahí está bien. Ya está la barrera formada. Una baldosa más acá. Un momento. Ante todo, sacar las cosas del arco. Hay botellas debajo de la pileta y dos sifones. Los sifones revientan y los pedacitos de vidrio saltan y se meten en los ojos. Bien juntas las macetas de la barrera. El arquero muy nervioso. Miguel Tornino frente al balón. Atención. El rubio Tornino frente al balón. Una mano en la cintura. La otra también. La mano sacándose el pelo de la frente. La transpiración de la frente. De los ojos. Hay silencio en el estadio. Es la siesta. Hasta el Negro se ha quedado quieto. Resignado a ser simple espectador de ese tiro libre de carácter directo que ya tiene como seguro ejecutor a Miguel Tornino, que estudia con los ojos entrecerrados el ángulo de tiro, el hueco que le deja la barrera, la luz que atisba entre la pierna derecha del recio mediovolante de la visita y la pata de portland de la maceta grandota del culantrillo. Un solo grito en el estadio: Miiiguel, Miiiguel. El público de pie ante ésta, la última oportunidad de Racing cuando sólo faltan dos minutos para el fin del match. Habrá que apurarse antes de que vuelva a adelantarse la barrera o el Negro insista en morder la pelota y hacerla cagar como el otro día que la pinchó el muy boludo. Sonó el silbato. Habrá que pegarle de chanfle interno. La cara interna del pie diestro de Tornino, el pibe de las inferiores debutante hoy le dará al balón casi de costado, tal vez de abajo, con no mucha fuerza pero sí con satánica precisión para que ese fulbo describa una rara comba sobre los defensores, sobre el despeinado pirincho del helecho de la segunda maceta y se cuele entre el travesaño, el poste, el postrer manotazo de la lata de aceite Cocinero que se ha lucido hasta el momento. ¡Tiró Tornino! y... se hizo mimbre en el aire el arquero ante el latigazo insólito de curva inesperada y con la punta de los dos dedos allá voló la lata a la mierda, carajo que ladra el Negro, sí mamá... sí la guardo... está bien... pero mirá vos cómo la viene a sacar este guacho...<br /></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong></div><div><strong><span style="font-size:130%;">EL MAL Y LA PARCA</span></strong></div><div><span style="font-size:130%;"> La enfermedad que padecía Fontanarrosa en el momento en que lo mató un paro cardiaco es la esclerosis lateral amiotrófica, que es una enfermedad de las partes del sistema nervioso que controlan el movimiento de los músculos voluntarios. La palabra amiotrófica significa ‘sin nutrimento muscular’ y se refiere a la pérdida de las señales que los nervios envían normalmente a los músculos. ‘Lateral’ se refiere a la ubicación del daño en la médula espinal. Esclerosis significa ‘endurecimiento’ y se refiere al estado endurecido de la médula espinal en el mal avanzado. ¿Cómo se desarrolla? A medida que se pierden estas neuronas motoras, los músculos que controlan se debilitan y después dejan de funcionar. Eventualmente, la persona con este mal se paraliza. La muerte, ocasionada por complicaciones respiratorias, sobreviene entre tres y cinco años después del diagnóstico. Aproximadamente el 10% de las personas con la enfermedad viven más de 10 años y algunas sobreviven durante décadas.<br /><br /><strong>CRONOLOGÍA DE UN BALAZO EN LA PAMPA</strong></span></div><div><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1944. El 26 de noviembre el parto fue normal, salvo por un detalle: el bebé resultó negro y canalla. Roberto Fontanarrosa fue humorista gráfico, escritor e hincha de Rosario Central, a cuyos hinchas les dicen “canallas”.</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1957: Fin de la primaria: "Andá al industrial, ahí está el futuro del país", dice el padre. "Que haga lo que le guste, pero que estudie inglés", acota la madre al verlo copiar los dibujos de Rayo Rojo, Puño Fuerte y Misterix.</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1968: Publica en la revista Boom su primer chiste: un policía muestra su bastón manchado de rojo-sangre. Dice: "No hay ninguna duda, eran comunistas". </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1971: Rosario Central es campeón por primera vez. </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1972: Surge la revista humorística Hortensia, que será madre de Boogie e Inodoro Pereyra. </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1981: Publica Best Seller, novela inicial de Fontanarrosa. Al año siguiente, sale El área 18.</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1982: Publica los libros de cuentos: El mundo ha vivido equivocado, No sé si he sido claro, Nada del otro mundo, Uno nunca sabe, El mayor de mis defectos y La mesa de los galanes.</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1983: Aparecen Semblanzas deportivas y Las aventuras de Sperman, un donante de esperma.</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1985: Sale la novela: La Gansada</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">1998: Inodoro cumple 25 años</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">2006: El gobierno argentino lo condecora por su aporte cultural<br /></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com146tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-72257551956937706052008-04-11T15:54:00.000-07:002008-12-10T15:15:14.341-08:00OTRA INVASIÓN CHILENA FRENADA EN 1978<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1-rBQvjswu-n85Xw8kW6Tj1WZsX_MPYZO2v5L_CFgYYIfxAltTmlCLiVjeHBD7eAUulgUesYe2dXYWi6ecPCU0fB_3m4zqmUUePXN9jVBknLcQmvgJITfswx3iJV-sGh36mAlsZjUutY/s1600-h/soldados.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5188132076269924690" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1-rBQvjswu-n85Xw8kW6Tj1WZsX_MPYZO2v5L_CFgYYIfxAltTmlCLiVjeHBD7eAUulgUesYe2dXYWi6ecPCU0fB_3m4zqmUUePXN9jVBknLcQmvgJITfswx3iJV-sGh36mAlsZjUutY/s400/soldados.jpg" border="0" /></a><br /><div><strong><span style="font-size:130%;">CHARAÑA: LA TIERRA DEL ABRAZO Y LA RESISTENCIA</span></strong><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;"><em>La última celebración del 23 de marzo no fue la de siempre en este poblado hundido en la altura altiplánica y el frío asfixiante. También asistieron oficiales chilenos que saludaron a la bandera boliviana</em></span><br /><em><span style="font-size:130%;"><br /></span></em><span style="font-size:130%;"><strong>Darwin Pinto. Charaña<br /></strong>El encargado del control de los hitos 14 y 15 de la frontera boliviana con Chile, Félix Poma Paco, asegura que los intentos chilenos de ocupar territorio boliviano desguarnecido, siguen vigentes. </span><br /><span style="font-size:130%;">"En Achuta, a 50 kilómetros al sur de Charaña, sobre la frontera con Chile minada por ellos en los años 70, el 15 de marzo pasado los carabineros de ese país hicieron una incursión armada y exigieron a los habitantes de la zona que muestren documentos que acrediten que ese sector es boliviano. Hemos pedido al Ejército nacional esos documentos y no nos hacen caso. Va a ser hasta que se nos entren como en 1879, o como recién nomás en 1978", recuerda Poma Paco. </span><br /><span style="font-size:130%;">La revelación que hace Poma es bien recordada por algunas personas en Charaña, que en 1978 vivían en Cosapa, a 40 kilómetros al sur de la paceña Charaña (que significa: "sitio de descanso" en aimara). "No recuerdo el mes, pero por las noches podíamos ver unidades del ejército chileno por los cerros, acercándose a las poblaciones bolivianas y haciendo preguntas. En vista de eso avisamos más de tres veces al regimiento Max Toledo asentado en Charaña y no nos hicieron caso", recuerda Prudencio Crespo, que entonces tenía 15 años. </span><br /><span style="font-size:130%;">Crespo agrega que las incursiones menuderaron hasta que los chilenos dieron un ultimatum de 24 horas a los pobladores de Cosapa para que abandonen el pueblo que era "territorio chileno desde tiempos de la colonia", según pregonaba un oficial mapocho. En el transcurso de las 24 horas de plazo, las mujeres y niños de la población fueron evacuados. Los hombres conformaron nueve grupos de a ocho, cada uno con un mauser, que algún abuelo tenía desde la Guerra del Chaco contra el Paraguay.</span><br /><span style="font-size:130%;">Otro grupo se fue en bicicleta a Charaña a avisar nuevamente a los militares que había un ultimátum para que los bolivianos dejen Cosapa. En la tarde llegaron nueve soldados bolivianos de Charaña, comandados por un subteniente, del que nadie recuerda el nombre. Entonces fue cuando vieron que unos cincuenta chilenos "encabezados por un tipo que tenía una antena grande en la espalda", rodearon Cosapa, y se pusieron en situación de apronte. Los bolivianos rodeados, inmediatamente izaron la bandera nacional y se colocaron en posiciones de defensa alrededor de la tricolor. El comandante de los chilenos dejó atrás una línea de tanques y carros de asalto que comandaba y salió a un claro para parlamentar con el oficial boliviano.</span><br /><span style="font-size:130%;">"El chileno le gritó al boliviano: ¿estás desarmado?, y el boliviano dijo que sí. Después hablaron durante media hora. Nadie escuchó lo que se decían, pero se notaba la rabia en sus gestos. Si alguien hubiese disparado un tiro, ahí se armaba", recuerda también Vespaciano Chaña, habitante de Charaña.</span><br /><span style="font-size:130%;">Luego de la discusión en la que ambos oficiales señalaban líneas imaginarias sobre los cerros, el chileno se retiró y junto a sus soldados se fueron cantando marchas de burla contra los bolivianos, rememora Chaña. Por la noche, cuando los soldados nacionales volvieron a Charaña, las tropas chilenas incursionaron en Cosapa, tomaron prisioneros a los hombres y empezaron a mirar los tatuajes que se hacen los soldados al salir del cuartel y a preguntarles dónde estaban esos cuarteles y si habían armas. "¿Conoces esto? me preguntaron, mientras me mostraban una ametralladora, dije que sí. ¿Conoces eso?, volvieron a preguntarme, mientras me señalaban un tanque, y yo dije que sí, y luego preguntaron si Bolivia tenía muchos tanques y yo dije que ¡uuuuuujuu!, hartos de esos tenemos detrás de esos cerros, les mentí y ellos lo creyeron", recuerda Poma. </span><br /><span style="font-size:130%;">"A la noche siguiente, cuando las tropas chilenas intentaron entrar de nuevo a Cosapa, nos habíamos reagrupado, y como mi hermano estaba algo borracho y era reservista, los vio bajar por el cerro y empezó a dispararles con el mauser del abuelo. Los chilenos no respondieron y se retiraron. Ahí acabó entonces su intento por tomar esta parte de la frontera, pero ahora han empezado de nuevo", dice otro habitante de Charaña, que prefiere no dar su nombre porque pasa seguido a Chile a traer contrabando y teme represalias.</span><br /><span style="font-size:130%;">Según los habitantes de Charaña, en anteriores 23 de marzo, los carabineros chilenos pasaban la frontera desguarnecida e ingresaban a caballo hasta Charaña ante la mirada impotente de sus pobladores, que hasta ahora se sienten amenazados por el país vecino. "A veces sus aviones de combate invaden nuestro espacio aéreo, en un clara acción de provocación", dice María Veizaga, vecina del lugar, que como casi todas las mujeres de Charaña, ha tenido a todos sus hijos en Chile porque en el lado boliviano sólo hay una posta médica, pero no tiene personal.</span><br /><span style="font-size:130%;"></span><br /><span style="font-size:130%;">Los carabineros de Chile, asentados en la población de Visviri (un pueblo moderno con agua, luz, Internet, centro médico y calles señalizadas, que sin embargo, sólo alberga a 20 habitantes), dijeron que esas acusaciones eran falsas. Coinciden en afirmar que, cuando Charaña anunció que izaría la bandera chilena por el abandono del gobierno central, no hubiesen aceptado tal cosa porque "respetan a los pueblos vecinos". </span><br /><span style="font-size:130%;">Prueba de ello fue el hecho que, cuando se izó la tricolor nacional en el punto tripartito que divide a Bolivia, Chile y Perú, los Carabineros chilenos rindieron honores a la bandera nacional el 23 de marzo. No sabían el Himno Nacional, pero comandados por Juan Leal Peña, hacían el saludo militar ante la enseña patria, que era izada por el comandante de la Primera División del Ejército boliviano asentada en Viacha, Freddy Paredes. </span><br /><span style="font-size:130%;">Allí, muchos años atrás, también hubo un abrazo entre dictadores que fue una esperanza de recuperar las costas... No importa, al cabo que ni las queremos (sic). </span><br /><span style="font-size:130%;"><br /></span><span style="font-size:130%;"></span><span style="font-size:130%;"></span></div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-81497936447861034712008-04-11T15:31:00.000-07:002008-12-10T15:15:14.470-08:00Y DIOS GOLPEÓ A LA VILLA IMPERIAL DE CARLOS V<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiWELFj1yaEgNSFKMAHvK0M7hwLdX28eaR4fUpsnCw3pNy4_ncbhkxfjNXxXCxYKuLwyGk2o-SXVm4bG_bqB-KnNS5hqOOc8ETSf23xjUDgii6F_a9XQopH6d_frkt3TgGFc-S2DiEHfU/s1600-h/POTOSI.jpg"><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5188120896470053186" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiWELFj1yaEgNSFKMAHvK0M7hwLdX28eaR4fUpsnCw3pNy4_ncbhkxfjNXxXCxYKuLwyGk2o-SXVm4bG_bqB-KnNS5hqOOc8ETSf23xjUDgii6F_a9XQopH6d_frkt3TgGFc-S2DiEHfU/s400/POTOSI.jpg" border="0" /></span></a><span style="font-size:130%;"><br /></span><div><strong><span style="font-size:130%;">HISTORIA TRÁGICA Y GRANDIOSA DE </span></strong></div><div><span style="font-size:130%;"><strong>UNA</strong><strong> TIERRA QUE VALE UN POTOSÍ</strong><br /><em></em></span></div><div><span style="font-size:130%;"><em></em></span> </div><div><span style="font-size:130%;"><em>La Villa Imperial fue hogar de personajes ilustres como un nieto de Colón, un sobrino de San Ignacio de Loyola o un hijo bastardo del rey Carlos III, entre otros.</em> </span></div><br /><p><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong></p><br /><p><span style="font-size:130%;"><strong>Darwin Pinto</strong><br /></span></p><div><span style="font-size:130%;">Esta villa de piedras grises y balcones carcomidos por los siglos es un oasis de palacetes medievales atrapados en el tiempo y rodeados por cerros mitológicos. Allí yacen humillados dioses incas derrotados por los arcabuces de los hombres vestidos de fierro que se llevaron la sangre de los indios y la del cerro sagrado para moldear a España hasta convertirla un imperio.<br />El 21 de abril se cumplieron 462 años desde que Juan Villarroel, el primer español que pisó el cerro sagrado, encontró la primera gran veta de plata que haría legendaria la riqueza del lugar. Entre los arrabales en los que sólo crecían casas de adobe con techos de paja, (donde los nativos se defendían del frío muriéndose de tristeza) nació un campo minero cuya reputación trascendió los mares con la velocidad de la peste. Después, el caserío lúgubre y fangoso donde habitaban indios sin dios ni comida, se transformó en la Villa Imperial de Carlos V, ciudad que tuvo 160.000 habitantes en el siglo XVII, más que el París o el Londres de la época, mientras que en el siglo XXI, tiene 176.000, la cuarta ciudad más poblada de Bolivia. </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">La historia de Potosí está comprimida en libros con forros de cuero y páginas amarillas (casi siempre rotas y hediondas a viejo o a algún perfume antiguo de mujer), entre los anaqueles de los archivos históricos de Sucre y de la Casa de Moneda en Potosí. </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">Así como los cronistas potosinos Bartolomé Orsúa Arzans y Nicolás Martínez (siglo XVIII), o Modesto Omiste, (siglo XIX), escribieron la historia de la Villa (agua escurridiza que canta lo que gente antigua hizo o pensó), otros narradores de distintas naciones y épocas contaron al mundo los hechos reales o inventados ocurridos en esta ciudad de fantasmas.</span></div><br /><div><br /><span style="font-size:130%;">Entre esos autores se cuentan a Miguel de Cervantes, que en su ‘Quijote de la Mancha’, acuña la frase: “Vale un Potosí”, haciendo referencia a algo invaluable. También el nobel colombiano, Gabriel García Márquez, en su novela “El General en su laberinto”, cuenta la visita de Bolívar al cerro, el 28 de octubre de 1826; mientras que el escritor uruguayo Eduardo Galeano, en su trilogía “Memoria del Fuego”, narra la historia dolorosa y colosal que sufrieron los mitayos potosinos bajo los látigos españoles que retumbaban en la panza golosa del cerro comedor de gente.<br />Si bien los autores pusieron sus ojos en esta veta potosina, invalorable por sus leyendas, no menos resonantes fueron algunos nombres de los habitantes de este campamento minero-Villa Imperial.</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">“Severino Colón, natural de Potosí y bisnieto de Cristóbal Colón, que dio a España el Nuevo Mundo, entró a la plaza con un mundo grande, denotando ser el que descubrió su bisabuelo, junto a 50 famosos mineros del cerro”, describe Martínez y Vela a este Colón en una de las frecuentes fiestas potosinas.<br />Por otro lado, según escritos de 1562, el capitán del ejército español Froilán Zapata, tras explotar durante diez años la mina que lleva su apellido, abandonó Potosí y se llevó al Asia 2 millones de pesos en plata. Veinte años después escribió a sus amigos de Potosí, contando que era general de las galeras turcas. Según los españoles prisioneros de los moros, Zapata era el rey de Argelia.<br /></span><span style="font-size:130%;"><br />En 1579, luego que Juan Pereira deja Potosí para gobernar Chile (donde lo matan lanzas araucanas y el líder indio Caupolicán bebe el vino de la victoria en el cráneo de Pedro de Valdivia, fugaz conquistador de esos presidios), viene a gobernar la Villa Martín de Loyola, sobrino de San Ignacio de Loyola. Sin embargo, las crónicas no dicen el destino final del pariente del santo fundador de la orden de los jesuitas, expulsada de Bolivia en 1776.</span></div><div><span style="font-size:130%;">En 1589, mientras Potosí sigue enviando refuerzos a Chile asolado por los feroces araucanos, llega a la Villa, San Francisco Solano, que pasa a Tucumán para combatir el pecado. Villa Montes llevaba el nombre de este santo hasta el siglo XX.<br />Las crónicas también hablan de Francisco de Paula Sanz, gobernador de Potosí, del que se afirma era hijo bastardo del rey Carlos III. Del amor de Sanz con una inca, nació Wallparrimachi, mestizo poeta que murió en las huestes independentistas de Manuel Ascencio Padilla en la batalla contra el realista cruceño Francisco Xavier Aguilera, vencedor de Warnes en el Pari, y muerto en Vallegrande.<br /><br /><br /><strong>Manuscritos de un rey en pisos de letrinas</strong><br />Durante las arduas campañas de la independencia y en cada una de las revoluciones que desangraron el país en casi dos siglos de la república, los documentos oficiales del poder político, las cuentas de las cajas reales potosinas que describían la cantidad de plata extraída por cada minero español, además de crónicas que contaban las hazañas y desastres del pasado nacional, rodaron en el fuego mítico de campamentos de guerra en montañas, altiplano o llano, para calentar a los guerrilleros libres y a las tropas realistas.<br />Incluso, cartas de obispos y cédulas reales selladas con el anillo de los reyes de España fueron a dar a letrinas nativas. Sólo el 25% de esos documentos ha sido rescatados, según dicen la directora del archivo de Sucre, Marcela Inch, y el director de la Casa de la Moneda, Edgar Valda, que ahora pelean contra la falta de condiciones para preservar ese patrimonio. </span></div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-44849929768515937702008-04-11T09:57:00.000-07:002008-12-10T15:15:14.783-08:00CRÓNICAS DESDE LOS SOCAVONES DEL DIABLO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmiMUB6ebAvxi9UUuP5DtlFYviiwTc90zrgCEZ2FzSUseWhC2uDDx7n2stTw4yGLc-WSoJ-NmeMWtghEseasKXA2UfBdyF6lqZSCI93v9v69gjdjIIPxSoJ3EfNyS9eMBQbRNU3F3fATE/s1600-h/Diablo.jpg"><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5188033274842247474" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmiMUB6ebAvxi9UUuP5DtlFYviiwTc90zrgCEZ2FzSUseWhC2uDDx7n2stTw4yGLc-WSoJ-NmeMWtghEseasKXA2UfBdyF6lqZSCI93v9v69gjdjIIPxSoJ3EfNyS9eMBQbRNU3F3fATE/s400/Diablo.jpg" border="0" /></span></a><span style="font-size:130%;"><br /></span><div><span style="font-size:130%;"><strong>Darwin Pinto</strong><br /><br />De la boca del diablo sale el humo azul de seis cigarros sin filtro que terminan en una punta de brasa roja. </span></div><div><span style="font-size:130%;">De la boca verde y sin dientes de los mineros que le rinden tributo en las profundidades de las minas de plata de Potosí, sale un vapor helado y blanco con olor a coca que se pega a la piedra cortante de las minas, piedras heridas a fuerza de dinamita y martillazos desde hace siglos.<br />“Ese humo sale de la gente cuando el fuego de la vida se va apagando en los pulmones”, dice Joan Puma, minero de 35 años que parece de 60, que ha llegado junto a 12 colegas a la gruta del diablo a pedirle que acepte a un nuevo minero.<br />Arrastrándose entre las galerías de roca filosa, cuyos bordes hambrientos hacen harapos la ropa y cascos de los mineros, éstos hombres y sus abuelos han arañado las piedras para no caer en los abismos que se abren como bocas feroces en el suelo siempre mojado de las galerías subterráneas y han llegado hasta este espacio pacífico en el fondo de la tierra donde rendirán su tributo de coca, cigarros y alcohol al diablo.</span></div><div><span style="font-size:130%;">Así, el ángel rebelde vencido por el Dios de los blancos, y condenado a vivir en las minas oscuras, les dará más vida, más plata y los protegerá en los pasadizos oscuros, de los derrumbes y gases venenosos que, sólo en 2002, cobraron 30 vidas de mineros, según dice Puma.<br /></span></div><div><span style="font-size:130%;">“Dios no se acuerda de las minas porque, como el infierno o los muertos, estamos bajo la tierra. La cristiandad se acaba hasta donde llega la luz en la entrada de la mina. Ahí está el Tatacajchu, una cruz que evita que el diablo se salga del cerro, pero que no sirve de nada cuando en carnaval el Tío va a la ciudad a celebrar su cumpleaños. Entonces los mineros sacan esa cruz en procesión para proteger a los potosinos de las travesuras del ángel malo”, agrega Puma, cuyos antepasados, según dice, emergieron del cerro como topos de piedra para construir la independencia de Bolivia (1825), para defenderla de Chile (1879), pelear contra Paraguay (1932), construir la revolución de 1952 y resistir a las dictaduras en el cerro sagrado, donde los hombres de las minas se reúnen desde hace siglos para ganarse la vida y la muerte.<br />“Pijchando frente al diablo se incubaron las ideas de resistencia a las dictaduras, porque aquí, si los espías entraban, el Tío los perdía en los túneles subterráneos. Para hallar la salida, se hace un ritual en el que el Tío acepta o no al intruso”, agrega Aldo Quino, minero de manos de piedra y ojos que ven donde los otros no ven.Para hacer un ritual de iniciación de un nuevo minero, los obreros de las profundidades se han reunido. Wilber Choque entra por primera vez al cerro. Su padre ha muerto por un derrumbe, y como hijo mayor, tiene el orgullo de tomar el lugar del fallecido. Para eso debe ofrendar su mejor coca, alcohol y cigarro al diablo. Si éste lo acepta, entonces encontrará las apetecidas venas grisáceas de plata entre las tripas de piedra abierta del cerro. Si no, deberá irse de inmediato.<br /><br />Mientras el aprendiz se prepara para esta iniciación, el diablo mira con sus ojos transparentes (dos bolas de vidrio), al resto de los mineros que comparten la coca, el alcohol y el cigarro. Tiene la boca y nariz negras por el hollín de los cigarros de ofrenda y sus bíblicos cuernos de chivo intimidan a los presentes, mientras sus puntiagudas orejas se aguzan para atrapar los lamentos de indios muertos a latigazos en el pasado, y los suspiros de los vivos que fluyen como agua entre los laberintos asfixiantes de las minas. Tiene las manos expertas en cavar la piedra, puestas sobre sus rodillas, y en los pies lleva botas de minero. El diablo (los aimaras no podían decir Dios y decían Dío, de ahí degeneró a Tío), es también un minero, por eso bebe, coquea y fuma. Pero no trabaja, él cuida.<br />El diablo de la mina, hecho de arcilla y pintado con ocre del cerro por el minero más viejo, es una mezcla entre la religión cristiana y andina. Tiene el rostro europeo, ojos claros, nariz aguileña y barbas. Es un español enano, rojo y con cuernos. Así los mineros vengan a sus antepasados mitayos, muertos a latigazos en las minas, donde ellos ahora arriesgan la vida. Para seguir burlándose, los obreros del cerro llaman al diablo con nombres españoles como Jorge o Juan. El toque andino en el Tío de la mina es su pene de barro, que simboliza la fertilidad del cerro.<br />El ritual de iniciación empieza. El comensal minero echa alcohol en los ojos del Tío para que éste le haga ver la plata entre la piedra; le moja los hombros, para que le dé fuerza al cargar el metal; le llena de alcohol las manos, para que el Tío guíe las suyas sobre el mineral y le echa alcohol al pene, para que el Malo fertilice a la Pachamama. Así habrá más plata.<br /></span></div><div><span style="font-size:130%;">El minero primerizo, también lleva grasa de llama para obtener una salud capaz de soportar los peligros de la mina, un sullo (feto) de llama para la fertilidad; y serpentina de carnaval, para alegrar al diablo.Luego de la ofrenda, el iniciado pide permiso al Tío para beber alcohol, y lo pasa a los mineros siempre por la derecha, para conseguir su amistad. El más antiguo de los mineros, reparte la coca por la derecha, y los otros la reciben extendiendo ambas manos en señal de gratitud. Recibir la coca con una mano, significa desprecio. “Por la derecha, porque hacia ese lado gira el mundo y el brazo derecho es fuerza y vida”, señala Juan Carlos Genio, guía que nos ha metido por túneles estrechos como cuevas de animales hasta llegar a la gruta del ritual. Los socavones han cambiado. En la colonia eran rectilíneos y amplios con arcos de medio punto sosteniendo las galerías. </span></div><div><span style="font-size:130%;">En la república, las galerías se volvieron caóticas e incómodas y se construyen a medida que el minero persigue la vena de plata a punta de dinamita.<br />En el ritual, los mineros leen su suerte en la coca, cuya cara superior es lo bueno y el reverso es lo malo. Pasan la lengua por la hoja, se la pegan a la nariz, soplan por la boca, y según del lado que caiga la hoja, la respuesta será positiva o negativa. Piden permiso al Tío para la primera fumada con la que pedirán un deseo. Luego colocan el cigarro en la boca del ángel caído. Si el diablo se lo fuma todo y deja ceniza blanca, ha aceptado al minero. Si lo deja a medias y con la punta negra, entonces el primerizo ha sido rechazado y debe dejar la mina, si no, los más de 10.000 diablos del cerro lo perseguirán en la oscuridad para siempre.En todo el ritual, los obreros han estado pendientes a la flamita de acetileno (mezcla entre el carburo de calcio y agua) que les alumbra el camino y les bailotea en los cascos. “Si ese fueguito se apaga, debemos salir corriendo porque hay gases venenosos mortales que se forman cuando el óxido de algunos minerales se combina con el agua que escurre por las paredes”, explica el guía. </span></div><div><br /><span style="font-size:130%;">La coca, además de ser clave en el ritual, también sirve como filtro de los gases nocivos, atrapando en su textura las partículas del gas, que luego es expulsado con los escupitajos del pijcheo. Pero la coca también sirve para darle la hora al minero que pasa todo el día en la oscuridad de los socavones. “Cargamos un bolo al entrar a la mina en la mañana, cuando se seca en la boca salimos y ya es mediodía”, explica Fulgencio Lora, y remata que hay obreros que tienen una numerosa familia y trabajan hasta 24 horas corridas sin alimentarse, ni tomar agua, soportando la desnutrición. “La coca es lo único que consumimos y por eso la queremos tanto”, dice. El contacto con el asbesto les produce cáncer de pulmón, por lo que la vida activa de un minero es de 15 años, y su esperanza de vida es de 45 años. </span></div><div><br /><span style="font-size:130%;">Según los mineros más veteranos, antes la pureza de plata era de 90%, hoy es del 5%. Por ello cada grupo de cinco mineros junta 8 toneladas de mineral, que llega a tener un costo de entre Bs 600 y Bs 1.500. Mientras los adultos se revuelcan en combates diarios para ganarse unos pesos, los niños también. Los pequeños se sorprenden de todo. Miran con asombro la cámara fotográfica, tocan con curiosidad de gatitos la grabadora, y luego, estos niños de entre 5 y 12 años, se acuerdan de que deben vender en Bs 5 esas piedras de colores que extraen de la mina, para que haya algo que cenar en la casita de adobe alumbrada por un mechero de acetileno, en el campamento cenizo a los pies del cerro.<br />Pero si se sorprenden del color de ojos de los turistas y de que la gente tenga pelo en la cara, más se sorprenderían de saber que la minería que ellos practican, junto a la prostitución y la zafra cañera, son las tres peores formas de explotación infantil según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esta entidad afirma que en el cerro de Potosí trabajan unos 6.500 niños de entre cinco y 16 años.A Carlos, lo encontramos perforando a mano la piedra para poner una dinamita. No contesta cuál es su edad, luego responde: 22. Un conocido de él, por lo bajito desmiente: “Tiene 16 años. Dice que tiene 22 porque está prohibido que menores a esa edad trabajen aquí”, señala.<br />Según el alcalde de Potosí, René Joaquino, con $us 1,5 millones, una ONG de EE.UU. aplicará un proyecto de erradicación del trabajo infantil. Joaquino reconoce que será difícil sacar a los niños de las minas porque “tienen mentes de hombres”, que preferirán ganar los Bs 200 que ganan a la semana para ayudar a sus familias en las minas, en vez de perder tiempo y dinero sentados en una escuela. “Van a la escuela cansados, se duermen y odian el estudio porque no entienden. A los 15 años se casan, a los 18 tienen hijos que harán lo mismo que ellos”, dice Joaquino. Para cortar este círculo, agrega que darán desayuno y capacitarán a los menores en plomería y carpintería.<br />La desnutrición facilita que la contaminación producida por las cabezas de ingenio causen diarrea y vómito a los niños. “En la mina Pailaviri hay un 40% de niños desnutridos y en las escuelas todos tienen bichos. Los animales beben agua contaminada, y luego esa carne la comen los niños”, agrega el titular de salud municipal, Manuel Canaviri.¿Y qué querés ser de grande?, preguntamos a Walter, un vendedor de piedras del cerro: “Minero como papá”, contesta cansado y feliz.<br /><br /></span></div><strong></strong><div><strong><span style="font-size:130%;"></span></strong></div><div><span style="font-size:130%;"><strong>Pachamama contra la mujer por amor al Tío<br /></strong>Las mujeres tienen vetado el ingreso a los socavones porque, según dicen los mineros, son portadoras de mala suerte para la explotación de la plata.En realidad, tal prohibición se debe a una cuestión de celos. Según la tradición, si una mujer entra a la mina, el diablo puede enamorarse de ésta y dejar de fecundar a la Pachamama (madre tierra), lo que causaría una escasez de plata.Si, en cambio, el Tío no se interesa por la mujer que entró en el cerro, entonces la Pachamama puede sufrir un acceso de celos y dejar de abrir sus entrañas para que el diablo la fecunde. En cualquier caso, los que salen perdiendo son los labradores de la panza del cerro, que en el pasado han sufrido la sequía del mineral y lo han atribuido a la presencia de alguna mujer en los socavones, según afirman los propios mineros que guardan con celo, esta tradición. Pero cada regla tiene su excepción.“Hubo casos en los que el minero moría y sólo dejaba hijas, por lo que la mayor debía tomar su lugar. Entonces el diablo veía a la mujer como un minero y no intentaba seducirla, como dicen que ha pasado en Potosí, donde mineros le han regalado mujeres vivas al diablo, a cambio de abundantes vetas de plata”, dice Zaida Marka, hija y esposa de minero, que observa a sus niños mientras estos venden trozos de minerales a los turistas en las bocas de mina del cerro. En la colonia, los españoles impedían que sus mujeres entren a las minas para que no vean y se impresionen con el trabajo inhumano que realizaban los mitayos (indígenas) en la extracción de la plata.“Cuando el diablo se emborracha, la Pachamama le suplica que salve a sus hijos mineros de los derrumbes. El la complace y la fecunda”, concluye doña Zaida.</span></div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-6950575316695739772008-04-10T07:27:00.003-07:002008-12-10T15:15:15.075-08:00VIUDAS, HUÉRFANOS, MUTILADOS Y OLVIDADOS EN CHAPARE<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4aNsjc_RLyx7aXEMt28DZN6RqEIaDrb5MjSiB9lLn_lczYhwJTd4UiOSNaSekl4_h2AAsQskt5HR7VRQRk_avjSQiUizwHxmYityUQzefLBrCwDWTTXZ8HwHJp4oaBbNO2tAxhAYClzM/s1600-h/chapare.jpg"><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5187629187139170594" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4aNsjc_RLyx7aXEMt28DZN6RqEIaDrb5MjSiB9lLn_lczYhwJTd4UiOSNaSekl4_h2AAsQskt5HR7VRQRk_avjSQiUizwHxmYityUQzefLBrCwDWTTXZ8HwHJp4oaBbNO2tAxhAYClzM/s400/chapare.jpg" border="0" /></span></a><span style="font-size:130%;"><br /></span><div><strong><span style="font-size:130%;">LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ</span></strong></div><div><span style="font-size:130%;">(FRAGMNENTO)</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><span style="font-size:130%;">Con el ascenso de Evo Morales al poder, la paz llegó a Chapare (cuartel general cocalero), pero la justicia se hace esperar. Hay cientos de víctimas, entre campesinos y uniformados. Se quejan de un abandono eterno.</span></div><div><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Roberto Navia y Darwin Pinto</strong> </span></div><div><span style="font-size:130%;">David Sapiencia escuchó los tiros y su cabeza retumbó como si le hubieran vaciado en ella un cubo de plomo ardiente y echó a correr hacia el lugar donde acababan de salir huyendo una bandada de pájaros. </span></div><div><span style="font-size:130%;">Cuando llegó, empapado en sudor y mosquitos, cámara en mano se topó con cinco cocaleros heridos de bala, con la mirada perdida, con las manos tapando el hueco por donde se les había entrado el fuego y se les escapaba la vida. Los auxiliaban amigos y familiares gritándoles a la cara que: ‘No te mueras’, ‘Mirame a la cara’, ‘No, no te duermas carajo’, ‘Agarrate de mí, para que no te vayas’. Más allá, en ese ámbito verde-virgen matizado por el rojo abundante de la sangre entre el pasto, vio a otros cuatro cocaleros que ya estaban muertos, desbaratados como un castillo de naipes, boca arriba, de cara brillando al sol pese a la oscuridad de su raza, uno de ellos con los intestinos en las manos, como si los ofreciera de regalo, como si les diera su último abrazo de amor, dobladito como un feto, mientras los familiares de los caídos, llorando, en un castellano difícil, le contaban al fotógrafo que los habían agarrado a balazos, que ellos estaban desarmados, que sacara fotos carajo... </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">Entonces los militares aparecían de la nada. Rostros pintados, armados para la guerra, con aires de cazadores se acercaban a decirle que parara de tomar fotos y que se mandara a mudar de ese sitio en el que él (el fotógrafo) estaba sobrando. El lugar era la Senda Seis, en pleno Chapare, y David Sapiencia, aturdido por las imágenes que pasaban por su mente como si fueran una lluvia de meteoros, sin entender las palabras que le llovían en los oídos, después no daría crédito a lo que había captado su lente. Sapiencia ya tiene las fotos y opta por una retirada sigilosa. Los soldados aún no le han quitado la cámara que ha atrapado toda la escena. </span></div><div><span style="font-size:130%;">Después sabrá que por haberse metido con una cámara en un lugar comprometedor, terminaría registrando un material para la historia. Pero no se arrepiente, aunque después, rendido ante la desesperación tras ser retenido por los militares, se anime a llamar llorando a su mujer, deseando no haber estado ahí, temiendo por su vida... </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><span style="font-size:130%;">Últimas noticias de Chapare: una vez Evo llegó al poder, la paz se hizo en el trópico de Cochabamba, pero todo lo demás siguió igual: los campesinos lamiendo sus heridas, los huérfanos llorando a sus padres, la viudas trabajando el doble para suplir la ausencia del esposo y los muertos alejados de su descanso eterno por una guerra subterránea cuyos asesinatos de campesinos y soldados aún siguen impune. </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"><strong>LA SOMBRA DE UN PARAISO PERDIDO</strong><br /></span></div><div><span style="font-size:130%;">Chapare ha sufrido una metamorfosis constante. De ser la capital de la droga en la época de los años 80, pasó a convertirse en la cuna de la violencia en los 90 y continuó así hasta no hace mucho. Chapare era tierra de nadie, un paraíso de los narcotraficantes, una tierra libre de los bribones adictos a vivir del trabajo fácil. También era una oportunidad para los comerciantes de chucherías, capísimos en venderles porquerías a los narcos, como joyas y relojes de fantasía que luego éstos les regalaban a sus amantes que escondían en las casitas de dos y de tres plantas, donde también guardaban los fajos de billetes y los paquetes de cocaína. Todo esto lo sabe Jaime Balderrama, porque él estuvo en Chapare en tiempos del narcotráfico, y aún sigue ahí. Ahora tiene 69 años y todavía vive de vender periódicos. </span></div><div><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">En la época de los 80 le iba mucho mejor porque sus clientes le compraban entre cuatro y cinco ejemplares. "No es que los de antes hayan sido grandes lectores", aclara Balderrama, que sabe que los periódicos eran cotizados porque había la creencia de que la cocaína secaba mejor si se la envolvía en los periódicos, cuyas letras y fotografías en blanco y negro estaban cargadas de tintas químicas.Balderrama ahora es un anciano que camina a paso lento con un paquete de periódicos bajo el brazo. Camina por las calles de Villa Tunari, de Shinahota, y de vez en cuando siente añoranzas. "Ahora estos pueblos no son ni la sombra de lo que fueron", dice y apunta a una de las casas de dos plantas de Shinahota, que a simple vista parece abandonada.</span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><span style="font-size:130%;">Salustiano Gómez, otro poblador de Shinahota, sabe que esas casas no están abandonadas, pero por las fachadas descuidadas y las inservibles antenas parabólicas que parecen esqueletos de aves extrañas, dice que lo que queda de los pueblos de Chapare puede ser catalogado como ruinas perfectas. "Si usted hubiera visto las avionetas que aterrizaban cerca de acá, de donde bajaban hombres vestidos de blanco con maletines de cuero y luego subían el cargamento que hoy es penado por ley, hubiera pensado, al igual que yo, que ese auge de dinero, de drogas y de derroche nunca iba a terminar", dijo Gómez. Pero no sólo acabó, sino que a medida que los organismos internacionales iban exigiendo que el país se liberara del flagelo del narcotráfico, se fue instaurando una política contra las drogas y las plantaciones excedentarias de la hoja de coca. De esa lucha, entre Gobierno y cocaleros, salió Evo Morales y se coronó como el defensor a muerte de la llamada 'hoja sagrada'. </span></div><div><span style="font-size:130%;">Pero también, por esa guerra de baja intensidad, campesinos, militares, soldados y policías, que detrás del uniforme se escondían personas tan campesinas como los cocaleros. De aquel paraíso, donde todo lo ilícito estaba permitido, quedan los pueblos cercanos a la carretera asfaltada (que une Santa Cruz con Cochabamba) y los recuerdos de las muertes cuando se mataba por ajustes de cuentas o a título de la erradicación de la hoja de coca. </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-17391786892447718182008-04-08T08:57:00.000-07:002008-12-10T15:15:15.242-08:00ALEIDA GUEVARA LLEGÓ AL SITIO DONDE MATARON A SU PADRE<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAPCzYnELg_hnKaf_Ed30H7biYo5Gx901WsnoJCgYjJW87C9TcJua9A_dkOUSAzqKgEgYEEbVz3fkJp_zdsZ4jamWuXI3F1BKGbu3jdMawIaaJGyDY0l0e3JQYcOn4UocqJAtmfAhyphenhyphenpng/s1600-h/March.jpg"><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186905115411562594" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAPCzYnELg_hnKaf_Ed30H7biYo5Gx901WsnoJCgYjJW87C9TcJua9A_dkOUSAzqKgEgYEEbVz3fkJp_zdsZ4jamWuXI3F1BKGbu3jdMawIaaJGyDY0l0e3JQYcOn4UocqJAtmfAhyphenhyphenpng/s400/March.jpg" border="0" /></span></a><span style="font-size:130%;"><br /></span><div><strong><span style="font-size:130%;">LA PRIMERA GUEVARA EN LA HIGUERA</span></strong></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><span style="font-size:130%;"><em></em></span> </div><div><span style="font-size:130%;"><em>Aleida rindió homenaje al Che en La Higuera. La hija del guerrillero, en el lugar donde murió su padre, destacó el trabajo que realizan médicos y maestros de Venezuela y Cuba en el país. Pidió a Bolivia seguir luchando por su unidad</em> </span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;"><strong>Darwin Pinto.</strong> <strong>La Higuera</strong><br /></span></div><br /><div><span style="font-size:130%;">Después de muchos años y a miles de kilómetros de distancia del sitio de sus recuerdos, Aleida Guevara reconoció al hombre que cuando ella tenía cuatro años y medio le había tratado de enseñar a bailar twist y charleston en La Habana. </span></div><div><span style="font-size:130%;">Esta vez, ese guerrillero no era el hombre aquél de sus recuerdos, el amigo de su padre que ella había conocido en los días felices en Cuba. Esta vez era la fotocopia de una fotografía pegada en una pared de La Higuera junto a otras de guerrilleros muertos en la campaña que había iniciado su padre en 1967. </span></div><div><span style="font-size:130%;">“Perdónenme si se me quiebra la voz, pero es que aquí, viendo las fotografías, se me vienen a la mente rostros que conocí en mi infancia, rostros de gente que se reiría conmigo si ahora los pudiéramos ver por esos cerros”, dijo Aleida Guevara March, en el acto que se hizo en La Higuera con la presencia de las brigadas médicas cubanas y de los alfabetizadores caribeños, entre otros invitados, en ocasión de los 39 años de la ejecución del Che. En el momento de su ejecución, el 8 de octubre de 1967, el Che tenía también 39 años. </span></div><div><span style="font-size:130%;">Aleida llegó a las 10:10 de ayer a La Higuera, entró a la escuelita donde funciona la posta médica, leyó las inscripciones en el busto mayor del Che, y tuvo el coraje suficiente para entrar en el museo histórico de La Higuera, que está en el mismo lugar donde acribillaron a Guevara Laserna. </span></div><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><span style="font-size:130%;">La hija del Che, en un acto en el que casi no hubo presencia de bolivianos, señaló que esos hombres (los guerrilleros) dejaron atrás a sus familias por un ideal de igualdad. “Éste es un lugar duro y difícil, pero al estar rodeados por cubanos, bolivianos y venezolanos que traen educación y salud para este pueblo, hace que sea menos difícil. Lo que hace 39 años nos quisieron arrebatar, hoy tiene más vigencia que nunca”, dijo haciendo referencia al trabajo de los médicos cubanos y de los alfabetizadores extranjeros y nacionales. Señaló que pese a que se trata de bloquear el trabajo de los médicos y maestros de las misiones cubanas y venezolanas, pidió que sigan adelante con el deber cumplido. Agregó que ellos tienen el compromiso de hacer realidad el sueño que acabó a balazos hace 39 años. </span></div><div><span style="font-size:130%;">A Bolivia le pidió que siga luchando por su unidad. A su vez, ‘Chato’ Peredo, presidente de la Fundación Che Guevara, trajo los saludos del presidente, Evo Morales (‘Chato’ conoció a Evo ahí en La Higuera, hace diez años, en una fecha como la de ayer). Luis Oblitas, cónsul de Venezuela, pidió homenajear al Che “dándole otra paliza al imperialismo”, mientras que el embajador de Cuba, Rafael Dausá, que estuvo siempre con Aleida, parafraseó a Tupac Katari con eso de ‘volver para ser millones’, y criticó el hecho de que para Estados Unidos haya terrorismo bueno y malo, según los intereses de los gobernantes de ese país.</span></div><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><span style="font-size:130%;">Casi al final del acto llegó un helicóptero Puma venezolano para trasladar a Aleida Guevara a Santa Cruz. Hasta el último momento antes de que aterrice el aparato, se pensó que venía Evo Morales al evento. Sin embargo, no fue así. Sobre sus actividades realizadas el sábado en Vallegrande (donde la fecha pasó desapercibida), Guevara March dijo que les puso flores a los guerrilleros caídos y a su padre, pero no a nombre personal, sino a nombre de un pueblo y de una mujer (su madre) que quedó amando a Guevara eternamente en Cuba. </span></div><div><span style="font-size:130%;"></span></div><div><span style="font-size:130%;">Los actos preparados para conmemorar los 39 años de la muerte del Che se vieron afectados por un bloqueo de caminos en Pucará. Una parte de la caravana que partió de Vallegrande hacia La Higuera, fue retenida ayer por el bloqueo. Los habitantes de ese municipio reclamaban electricidad y culpaban al Gobierno de Evo Morales de no querer desembolsar la contraparte necesaria para el proyecto, porque el oficialismo tiene diferencias con la Prefectura de Santa Cruz. </span></div><div><span style="font-size:130%;">El ex guerrillero y actual concejal ‘Chato’ Peredo, uno de los perjudicados, tuvo que firmar un acta de compromiso en el que señalaba que haría lo posible para que el Gobierno actúe en la solución de ese problema.<br /></span></div><div><span style="font-size:130%;"><strong></strong></span> </div><div><span style="font-size:130%;"><strong>Críticas a Evo y tributo a los ex soldados<br /></strong>La Octava División de Ejército rindió ayer homenaje a los ex soldados bolivianos caídos en Ñancahuazú y La Higuera en 1967. El comandante Ramiro Orellana dijo que las Fuerzas Armadas jamás se doblegarán y defenderán la tricolor, que pretendían cambiar por un trapo rojo, la hoz y el martillo. A su vez, el presidente de la Federación de ex Combatientes de Ñancanhuazú, Gelacio Peralta, criticó al presidente, Evo Morales, por homenajear al Che, al que calificó de ‘vulgar delincuente’, y olvidarse de los bolivianos caídos por defender la patria. En La Paz, el inspector general de las FFAA, vicealmirante Ismael Schabib Montero, dijo que si la guerrilla del Che hubiera ganado en Ñancahuazú, no habría existido más Bolivia, por lo que rindió tributo a los soldados caídos. </span></div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-69742150538399385302008-04-08T08:30:00.000-07:002008-12-10T15:15:15.382-08:00128 AÑOS DE UN VIAJERO SIN PATRIA: ULISES<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsNGdCkTjYyaf3RY-ZOEj6ODwKJ2bFvfXdhqpRDFk0VbeSOl7M72BvnmAatxpYG9WCWLPm83dTZy6P0g1A_TcBKXFIe1V7FjQwAXv6opt4KOB2OksgdRWZWzIhurfNbHibokX3LHdiMJM/s1600-h/joyce.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186901052372500562" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsNGdCkTjYyaf3RY-ZOEj6ODwKJ2bFvfXdhqpRDFk0VbeSOl7M72BvnmAatxpYG9WCWLPm83dTZy6P0g1A_TcBKXFIe1V7FjQwAXv6opt4KOB2OksgdRWZWzIhurfNbHibokX3LHdiMJM/s400/joyce.bmp" border="0" /></a><br /><div><strong>JAMES JOYCE: DIOS ES UN GRAN RUIDO EN LA CALLE</strong></div><div><strong></strong> </div><div><strong></strong> </div><div><strong>Darwin Pinto</strong></div><div>Dios era un gran ruido en la calle… </div><div>Dios era un rayo que caía sobre las casas y entraba por las ventanas sin pedir permiso. Eso lo llenaba de terror en sus años de infancia y lo hacía encerrarse en los armarios y hablar consigo mismo. El terror al fuego caído del cielo lo hacía monologar interiormente, lo entrenaba para ser el creador de una de las prosas más complejas del idioma inglés y uno de los escritores más llamativos del mundo. El miedo iba convirtiendo a James Joyce en JAMES JOYCE.</div><div></div><div> </div><div>Hijo de un padre irresponsable, borracho y anticlerical, y de una madre ferozmente católica y demasiado débil; como buen irlandés, James Joyce era un ser humano de ésos que entienden las cosas a su manera y les importa un carajo pararse a pensar cómo complacer a los que no lo entienden y se quedan detrás de él ladrando su descontento.<br /></div><div>Sólo así se puede entender que haya popularizado, pese a las críticas, el estilo literario del monólogo interior, que tiene su máxima expresión en su novela Ulises, escrita con estilos diferentes en cada uno de sus capítulos. A James Joyce, acostumbrado a lidiar con los demonios interiores de su amor desmedido a su padre alcohólico y al desdén por su madre católica, jamás le hicieron mella las críticas feroces de detractores de elevados quilates, como la de la escritora inglesa Virginia Wolf, que cierta vez lo calificó de “pobre proletario ignorante”. </div><div></div><br /><div>Su frivolidad céltica lo hizo sobrevivir al dolor físico que le causaba su ceguera provocada por el alcohol barato y a la miseria de su vida, que desde el principio fue la triste crónica de un alma sosegada en una marcha inevitable hacia la decandencia y la autodestrucción. Pese a su extraño talento de caerle mal a la gente de su época, el tiempo le dio la razón. </div><br /><div></div><div>El 2 de febrero este dublinés, que se autoexilió de su país y se declaró ciudadano de sí mismo, hubiera cumplido 128 años de no haber muerto en 1941 por una complicación en las entrañas, casi ciego y sin patria en un hospital de pobres de Zurich (Suiza). Extraña coincidencia, allí iría a morir en 1986 Jorge Luis Borges, uno de los estudiosos más importantes de la obra de Joyce.</div><br /><div></div><br /><div><strong>Ulises</strong></div><br /><div>Aún su familia no había perdido lo poco de dignidad que le restaba tras el descalabro emocional del padre de los 11 niños, cuando el pequeño James en la escuela escuchó el relato de su maestro sobre las aventuras de Ulises, el personaje de Homero que aparece tanto en la Iliada como en la Odisea. </div><div>Odiseo, que es el otro nombre de Ulises, eran un griego que no tenía la fuerza del rey Agamenón, ni la fiereza de Aquiles, pero tuvo la audacia de idear la estrategia de entrar en la sitiada Troya en el interior de un gran caballo de madera. Cuando el maestro preguntó a los chicos con qué héroe de la historia homérica se identificaban, el chico Joyce dijo simplemente: Ulises, que en nada se parecía a los musculosos héroes homéricos. </div><br /><div>Ulises (Ulysses) novela experimental en la que logró que cada uno de sus episodios o aventuras no sólo condicionara, sino también “generara” su propia técnica literaria: así, al lado del “flujo de conciencia” o monólogo interior (básicamente se trata de escribir lo que se piensa en estados de duermevela) se encuentran capítulos escritos al modo periodístico, teatral, el ensayo científico, o incluso imitando las series de preguntas y respuestas de los catecismos.</div><br /><div>Sus ataques a las instituciones, principalmente a la Iglesia católica y al Estado, son continuas y muchos de sus pasajes fueron declarados obscenos por sus contemporáneos.</div><br /><div></div><br /><div><strong>Las fobias</strong></div><br /><div>Joyce, hermano mayor en una familia católica irlandesa (minoría dominada por el protestantismo en un país desgarrado por la ocupación inglesa), detestaba el rugby, el boxeo, la lucha, los deportes de contacto físico que a los ingleses servían para dominar el temperamento, pero le gustaba la natación. Le aterrorizaban los truenos, porque a él le habían enseñado desde niño que Dios era un gran ruido en la calle y justificaba sus arranques de pánico en las jornadas de tormenta diciendo que los rayos entraban en las casas sin pedir permiso. Al preguntársele por qué sus hijos no heredaron su terror a la tormenta, James respondió: “Ellos no tienen religión”.</div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-30592467789778510222008-04-07T11:12:00.000-07:002008-12-10T15:15:15.565-08:00ENTREVISTA A ROBERTO NAVIA, PREMIO ORTEGA Y GASSET<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP6SLyUs6NdAxZTM2vj0pweIsVcA-4Dkv4DAoUmv4D20Du-Nw4Ba6mwVeJQmQ6X03Nhsj4Zg3vXThLnjwaiDw_fJWnfw_MyYSABmkt5S0bxsWnTaesNYaAh3qnFXzFjfptAxxvIv5A2lI/s1600-h/periodismo.jpg"><span style="font-size:130%;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186572534618996770" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgP6SLyUs6NdAxZTM2vj0pweIsVcA-4Dkv4DAoUmv4D20Du-Nw4Ba6mwVeJQmQ6X03Nhsj4Zg3vXThLnjwaiDw_fJWnfw_MyYSABmkt5S0bxsWnTaesNYaAh3qnFXzFjfptAxxvIv5A2lI/s400/periodismo.jpg" border="0" /></span></a><span style="font-size:130%;"><br /><br /><strong>CON VARIOS KILÓMETROS DE </strong><br /><strong>CHARLAS Y VINOS A CUESTAS</strong><br /><br /><em>A Roberto (izq. en la foto) lo conozco desde que estábamos sin estar detrás de las notas que escribíamos sin mayor premura que la de llegar a fin de mes para cobrar y suspirar aliviados...Pero pasó que apareció el Nuevo Periodismo, las tertulias con coca, con tragos, los fantasmas de mujeres de viva presencia, los libros desquiciados y las golondrinas de la política revoloteando por cuartos llenos de más libros y más botellas vacías y entonces supimos que los diarios eran más que simples papeles con tinta....</em><br /><br /><br /><br /><strong>Darwin Pinto Cascán</strong><br />El niño que había soñado con ser arquitecto; el que para sobrevivir había recorrido montado en camiones destartalados los huecos más tristes del Chaco boliviano junto a su familia nómada por necesidad, encabezada por su infatigable padre carpintero, ese muchacho acaba de ganar el premio Ortega y Gasset que otorga el grupo mediático El País, de España, en la categoría de mejor trabajo de Investigación, por el reportaje Esclavos made in Bolivia. Ahora ya no es más un muchacho. Ahora es Roberto Navia, toda una marca.<br />Por eso ayer llegué a su casa, no a visitarlo como compinche de tertulias y vinos de medianoche, sino como periodista a quien se le ha encomendado la entrevista de rigor. Ahí estaba Roberto, sin haber almorzado aún por los nervios, sonriente, resistiéndose a creer lo que le estaba pasando...<br /><br />- ¿Qué de nuevas?<br />- Es verdad nomás lo del premio.<br /><br />- ¿Querés charla o entrevista?<br />- Charla nomás.<br /><br />- La esclavitud de bolivianos en Argentina y Brasil siempre estuvo ahí, pero...<br />- Antes había hecho un reportaje sobre los inmigrantes bolivianos en España, pero me di cuenta de que no hacía falta cruzar el Atlántico para hallar bolivianos esclavos. En Brasil y Argentina también los había. Decidí contar esa historia porque si no lo hacía, era un peso con el que no podría vivir. Era un proyecto difícil, insistí, se hizo con ayuda de la fundacion Unir y EL DEBER. Me subí a un ferrocarril y luego a un bus hasta Brasil.<br /><br />- ¿Cómo fue el reporteo?<br />- Me identifiqué como periodista, me hice cómplice de los inmigrantes esclavos y me metí en su submundo para llegar a los esclavizadores.<br /><br />- ¿Qué fue lo más difícil?<br />- Preguntarle a alguien por qué esclaviza a un ser humano.<br /><br />- ¿Cuál fue tu ruta?<br />- La idea era sólo Brasil, pero reporteando descubrí que había otra ruta de esclavos bolivianos que pasaba por Paraguay y llegaba hasta Buenos Aires. Ahí hallé bolivianos que preferían vivir en un barrio hecho de basura en vez de ser esclavos.<br /><br />- ¿Qué te impactó más?<br />- No hay cosa peor que sentirse inmigrante. Es peor que ser asesino o tener la peste. Luego me marcó ver los ojos amarillos de la gente desnutrida, ver gente que manda saludos a sus parientes en Santa Cruz luego de 20 años de ausencia. Vi a una mujer que fue liberada porque moría de tuberculosis después de cinco años de no haber visto una calle. Los quejidos siempre son elocuentes.<br /><br />- ¿Qué reacciones hubo?<br />- El Estado es vergonzosamente inoperante. Hay un 25% de bolivianos en el exterior y no hace nada para matar la burocracia.<br /><br />- Desde tu experiencia, ¿qué es ser inmigrante?<br />- Es como un mal, en cualquier momento te toca.<br /><br />- ¿Todo esto cambió tu visión del periodismo?<br />- Hay miles de historias por ser contadas, uno no puede descansar. Eso tiene que entenderlo la gente en los periódicos.<br /><br />- ¿Qué balance hacés del periodismo?<br />- Hay una corriente generacional nueva y pequeña con talento que no le envidia nada a los de afuera. El periodismo es un compromiso mayor que la coyuntura. Que este premio sirva para dar luces a los medios y que apoyen la investigación.<br /><br />- ¿Cuál fue tu escuela?<br />- La lectura de los grandes escritores que fueron periodistas. La literatura es madre de todo el buen periodismo. García Márquez, Vargas Llosa o Allan Poe son prueba de eso.<br /><br />- ¿Cómo ves tu vida de aquí en adelante?<br /></span><p><span style="font-size:130%;">-Espero que se me abran más puertas y que el nombre de Bolivia quede en alto. Para hacer buen periodismo hay que viajar, no soporto hacerlo desde un escritorio. </span></p><span style="font-size:130%;">- ¿A quién te encomendás cuando empezás un reportaje?<br />-Me encomiendo a mi padre, a la suerte, a Dios y a que mi olfato periodístico no me falle.<br /><br />Fin de la entrevista, aprentón de manos. Atrás de él, enmarcado sobre su sala está una foto de ambos que nos sacaron el día que presentamos la biografía no autorizada de Evo Morales y entonces recién caigo en cuenta de que el logro de Roberto no es más que el principio para los nuevos tiempos que se vienen para el periodismo boliviano. Nos despedimos y 20 minutos después otra vez estamos en el diario, metiéndole bala a la vaina, como todos los días.</span>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-13669329775229169182008-04-07T10:58:00.000-07:002008-12-10T15:15:15.819-08:00UN ESTETICISTA DEL HORROR<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8TjzrU6VFc4m2QeTpmFwuhthoVQcHCTx9yWTW5EctRD0T-z4vjefLeuU8Et8WrYOjij-bUpB-MPAWcg9FoXQ5qZj2SU1aiYNN5eQLJ7t2hcvDaNQfiJxIkwvQeAjQ2LgQvK3D6mHvYxk/s1600-h/poe.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186565881714655250" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8TjzrU6VFc4m2QeTpmFwuhthoVQcHCTx9yWTW5EctRD0T-z4vjefLeuU8Et8WrYOjij-bUpB-MPAWcg9FoXQ5qZj2SU1aiYNN5eQLJ7t2hcvDaNQfiJxIkwvQeAjQ2LgQvK3D6mHvYxk/s400/poe.bmp" border="0" /></a><br /><div><strong>LA MÁSCARA ROJA DE EDGAR ALLAN POE</strong></div><br /><div><em></em></div><br /><div><em>Mañana se cumple el 158 aniversario de la muerte de quien es considerado el padre de la literatura policial y de ciencia ficción. Le dio vida a uno de los primeros géneros nacidos en el nuevo mundo y que influenció en Europa a personajes como Baudelaire, Stevenson y Connan Doyle, entre otros autores</em><br /></div><strong></strong><br /><div><strong></strong></div><br /><div><strong>Darwin Pinto</strong></div><div>Ya la muerte roja y su pestilente máscara de exterminio penetró con engaños en el palacio de la felicidad y congeló en una mueca de terror la alegría de sus habitantes, que se creían a salvo de la peste detrás de esos muros, no tan impenetrables. Ya Montresor se vengó de Fortunato confinándolo vivo detrás de una pared de ladrillos en lo más hondo de las catacumbas donde se añejan vinos amontillados y huesos humanos. </div><br /><div>Auguste Dupin develó el misterio de los asesinatos de la calle Morgue, el corazón delator acusó al culpable del crimen del anciano de mirada enloquecedora, el gato negro gritó como un ser humano para denunciar lo innombrable y el cuervo graznó otra vez ese maldito y definitivo: Nunca más. Ya ha ocurrido todo eso cuando Edgar Allan Poe despierta del delirium tremens en un hospital de Baltimore, levanta su puño amenazante y saca un grito desgarrado con lo último de sus fuerzas: Que Dios se apiade de mi pobre alma. Cae fulminado por fin, la vida deja de apuñalarlo por dentro y la muerte, obsesión a la que le dedicó casi toda de su obra, se torna en una heroína liberadora para un hombre que nunca fue feliz. Antes de ser encontrado moribundo en una zanja, vestido con ropas de niño; antes de ser hospitalizado en ese hospital de Baltimore, antes de la crisis final de delirium, él ha sido echado a patadas de las cantinas donde ya nadie quiere fiarle vino.</div><br /><div>La gente ya no tiembla ante su poema El cuervo y en vez de monedas le lanzan tomates y cosas peores. Sin hogar, sin familia, sin amor, adicto al láudano y al alcohol, se pasa las noches llorando sobre la tumba de su prima-esposa Mary Claim. La tragedia de su vida empezó desde su nacimiento, cuando fue abandonado por su padre irlandés, David Poe. </div><br /><div>A los tres años quedó huérfano de madre (Elizabeth Arnold, una triste comediante inglesa muerta de tuberculosis) y sus dos hermanos fueron repartidos entre otras familias como animales (ambos murieron siendo niños). Mal querido por su tutor John Allen, se hizo adicto al juego, al alcohol, al láudano y se convirtió en un autor tan genial (creó los géneros del relato policial y la ciencia ficción), que en su tiempo pasó desapercibido. Pese a eso, Allan Poe nunca sabrá que él, el hombre que jamás se sintió amado, será adorado por millones tras su muerte. La canción de Bob Dylan Just Like Tom Thumb's Blues está basada en la calle Morgue. En la portada del disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de The Beatles, uno de los personajes allí reflejado es Poe. </div><br /><div>El grupo Alan Parsons Project realizó canciones dedicadas a Poe en su disco Tales of Mystery and Imagination, con colaboraciones de Orson Welles. En 1981, Iron Maiden, realizó la canción Los asesinatos de la calle Morgue (en su disco Killers), Gustavo Cerati (Soda Stereo) compuso el tema Corazón delator, y Tim Burton le rindió homenaje en su cortometraje Vincent.Sobre el género policiaco creado por Poe, tres escritores nacionales opinan. “Ha sido históricamente maltratado, aunque se lo está reivindicando”, dice Wilmer Urello, Premio Nacional de Novela 2007 con Los fantasmas asesinos, una historia policial. “El género goza de buena salud”, afirma Gonzalo Lema (ganador en 1998 del mismo premio), que en la misma corriente ha escrito las obras Un hombre sentimental y Dime contra quién disparo. Ramón Rocha Monroy (premio 2004), autor de la obra Ladies Night, dice que lo mejor del género es la fuerte tensión que causa en el lector. Mañana se cumplen 158 años de la muerte de Poe y el extraño de siempre (dicen que es una sombra en la noche) le dejará sobre la tumba la acostumbrada rosa roja al más desdichado y genial de los narradores estadounidenses. </div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-65331294769307525282008-04-07T10:50:00.000-07:002008-12-10T15:15:16.158-08:00TENNESSEE WILLIAMS: UN GIGANTE DEL SUR GRINGO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhktOeXrEG38vWs4j5EMAK4QLBPA1-3n9DzFRo9uf2TugExwuo_xLIEQ7bgULLcD5NWgV2SLPO2UyeV62lCnDNtPndv2eJuaaV-1OzcHVQJtetO7WYm67fllEznbIF85lxejYpvEG1-FdM/s1600-h/tennessee_williams_stamp.gif"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186563665511530498" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhktOeXrEG38vWs4j5EMAK4QLBPA1-3n9DzFRo9uf2TugExwuo_xLIEQ7bgULLcD5NWgV2SLPO2UyeV62lCnDNtPndv2eJuaaV-1OzcHVQJtetO7WYm67fllEznbIF85lxejYpvEG1-FdM/s400/tennessee_williams_stamp.gif" border="0" /></a><br /><div><strong>PASAJERO ETERNO DE UN TRANVÍA LLAMADO DESEO...</strong></div><br /><div><em>Se cumplieron 25 años de la muerte del gran escritor y dramaturgo estadounidense. Si bien su vida estuvo matizada por la amargura, el éxito literario y cinematográfico, las circunstancias de su muerte aún despiertan recelos</em></div><br /><div><strong></strong></div><br /><div><strong></strong></div><br /><div><strong>Darwin Pinto</strong> </div><div>"Rose, su cabeza cortada, abierta, con una navaja punzando en su cerebro. Yo aquí, fumando”, afirma en un verso Tennessee Williams, en el que vomita su impotencia y se siente la profundidad amarga de uno de los escritores estadounidenses que más influencia tuvo no sólo en el boom de la literatura latinomaericana, sino en la narrativa mundial y en el cine. Los problemas de su hermana Rose, su origen sureño y su homosexualidad, fueron probablemente los hechos que más marcaron su estilo como escritor, que los críticos encuadraban en el ‘gótico sureño’ junto a William Faulkner, Carson McCullers o Flannery O'Connor.Williams se hizo escritor el día que a su hermana Rose le diagnosticaron esquizofrenia y los médicos le practicaron una lobotomía prefrontal (le desactivaron el lóbulo frontal del cerebro metiéndole una navaja por la nariz), lo que dejó a la joven incapacitada para el resto de su vida, ya que perdió la sicomotricidad fina y la capacidad de proyectar pensamientos a futuro.</div><br /><div>Eso causó enormes remordimientos en el escritor, los mismos que son evidentes en los relatos La habitación a oscuras, Retrato de una chica en cristal, o El ángel del ático, donde él habla sobre Rose: Ella se limita a estar tumbada en su cama a oscuras y no quiere salir. A veces hace ruidos, llora y todo eso. Los vecinos del cuarto de arriba se quejan (La habitación oscura) Después de su drama personal Tennessee Williams trabajó de fogonero, limpiabotas y lavaplatos, mientras escribía piezas que eran representadas en teatros comunales, hasta que en 1945 llegó a Broadway su obra El zoo de cristal, que ganó el Premio del Círculo de Críticos Teatrales de Nueva York a la mejor obra de la temporada y que le lanzó a un temprano éxito. </div><br /><div>Tanto el personaje de Laura en esta obra como el del considerado más importante de todas sus obras, la Blanche Dubois de Un tranvía llamado deseo, fueron inspirados por el drama de su hermana Rose, a quien el escritor se sentía muy apegado y cuyos problemas marcaron su vida y su obra. La decadencia de la vieja aristocracia sureña, su provincianismo, sus estrictas y desfasadas normas sociales o ese calor húmedo y pegajoso propio de la región son elementos recurrentes de las obras de Tennessee Williams.</div><br /><div>“Su tema de conversación favorita era la muerte de familiares y amigos a quienes había cuidado con la vista y el oído atentos para que no se le escapara detalle de su agonía”. Así reza un relato de Williams en qu muestra el tipo de sus personajes. Y es que sus obras están llenas de inadaptados, marginados, perdedores y desamparados, por los cuales muestra un gran interés, como explicó en sus Memorias (1975), en las que reconoció abiertamente una homosexualidad que no había escondido de forma explícita, pero por la que no quería ser reconocido. Sentía un enorme temor a trascender como ‘un célebre dramaturgo homosexual’, pero había una gran sexualidad latente en sus personajes, en especial en los masculinos, lo que avivó los rumores y polémicas sobre su persona.Williams, de cuya muerte se cumplieron 25 años el martes pasado, ha pasado a la historia literaria por sus ajustados retratos del sur estadounidense y sus personajes cargados de tensión sexual, y también por las buenas adaptaciones cinematográficas de sus textos. </div><br /><div>El personaje de Brick Pollitt en La gata sobre el tejado de zinc caliente (interpretado por Paul Newman en la primera adaptación cinematográfica de la obra) trataba de recuperarse del suicidio de su amigo Skipper, relación que fue muy matizada en su traslación a la gran pantalla. Y la tensión sexual protagoniza muchas de sus obras, como en Un tranvía llamado deseo, que retrata la relación adúltera de Blanche (Vivian Leigh en el cine) y su cuñado, Stanley Kowalski (un rol que lanzó a Marlon Brando al estrellato). </div><br /><div>Porque aunque Williams ganó numerosos premios teatrales por sus obras, fueron las adaptaciones cinematográficas de muchas de sus piezas las que le dieron una enorme fama internacional. Además de esas dos obras, fueron llevadas a la gran pantalla El zoo de cristal, La noche de la iguana, La rosa tatuada, Dulce pájaro de juventud, La primavera romana de la Sra. Stone, Verano y humo o Propiedad condenada. </div><br /><div>Tras sus años de gloria en Hollywood, Williams pasó a un casi desprecio por parte de la crítica, a lo que se unió una fuerte depresión tras la muerte, en 1963, de su compañero Frank Merlo, con quien mantenía una discreta relación desde 1947. Impulsado por su carácter hipocondríaco, el escritor abusó de medicamentos y calmantes, que dieron paso a las drogas y al alcohol, que hicieron de él una sombra de lo que había sido.Williams murió el 25 de febrero de 1983 en Nueva York en raras circunstancias al tragarse el tapón de un tubo de medicinas que trataba de abrir. “No esperes el día en que pares de sufrir. Cuando llegue, estarás muerto”, escribió el autor nacido en lo hondo del sur gringo.</div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-86553153366062270732008-04-07T10:39:00.000-07:002008-12-10T15:15:16.755-08:00LA GUITARRA NO FUE MÁS GUITARRA, FUE OTRA COSA....<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNgVxcZUMBA5sOUOTKBKQFz3fNWl4qIsqd7CIzEIBfjnOQAp8QzC2uoWBUBhxiTBSYBxCp6DzZ3jQ92uvz8KPJOdzJJbWES2hwJDzUJwPTo_ee3FOO7mrH3bpc1IaAlLOvgqqx_Ko4Jfg/s1600-h/hendrix11.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186561204495269874" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNgVxcZUMBA5sOUOTKBKQFz3fNWl4qIsqd7CIzEIBfjnOQAp8QzC2uoWBUBhxiTBSYBxCp6DzZ3jQ92uvz8KPJOdzJJbWES2hwJDzUJwPTo_ee3FOO7mrH3bpc1IaAlLOvgqqx_Ko4Jfg/s400/hendrix11.jpg" border="0" /></a><br /><div><strong>HENDRIX Y SU RONCA LOCA CONSENTIDA</strong></div><br /><div><em>De no haber muerto ahogado con su vómito, Jimi Hendrix, considerado por la revista Rolling Stone como el mejor guitarrista de la historia, hubiera cumplido 65 años. Algunos guitarristas hablan sobre el genio que distorsionó la guitarra e inventó un nuevo sonido</em></div><br /><div><strong></strong></div><div><strong></strong></div><div><strong>Darwin Pinto</strong></div><div>Jimmi Hendrix agarró el blues del Mississippi y lo hizo estallar en pedazos después de que le puso ‘esteroides’ a la guitarra blusera. Posterior a él, es imposible imaginar una banda de blues o rock sin su majestad la guitarra gritando con toda la fuerza de sus cuerdas “bucales”. Eso dicen algunos guitarristas de grupos de rock y blues locales a la hora de hablar de este maestro músico autodidacta, que de no haber muerto ahogado con su vómito, quizá el martes pasado hubiera cumplido 65 años. Pero Hendrix no era de los que aspiraba a vivir demasiado. Él, como muchos músicos de su generación (los war’babies), metieron caja quinta del Ferrari de la vida (lleno del combustible de la adrenalina y el LSD) y se destrozaron en contra del muro de sus propios placeres, como Jim Morrison y Jannis Joplin. Amén por eso y por temas como Vodoo Child, Foxie Ladie y Hey Joe, que Hendrix dejó como herencia a millones de sus huérfanos felices.“Para mí, Hendrix inventó la guitarra. Una vez él apareció en el mundo de la música, hubo un antes y un después en cómo se tocó ese instrumento. Inventó el acople entre la guitarra y los parlantes, desplegando tal distorsión y potencia en el sonido que la misma no dejaba de sonar”, dijo Marcelo Gala, guitarrista y líder de los bluseros de La Maga.Gala no pasó por alto las raíces musicales de este gringo negro nacido en Seattle. “Él tocó blues, estuvo con BB King, con Little Richards, y después se fue a Londres, donde hizo estallar la guitarra. Ella es la reina del blues junto a la armónica. Los primeros músicos negros viajaban de un lado al otro llevando esos dos instrumentos livianos. ¿Imaginás si se animaban a llevar un piano?”, afirmó Glen Vargas, que además de ser considerado por muchos como el mejor guitarrista rockero del país, es el líder de la banda cruceña Track, afirmó que Hendrix fue un revolucionario. “Era un tipo expresivo y para que la guitarra vaya con la misma fuerza que esa expresividad, le distorsionó el sonido haciéndola más potente. Ponía a full el amplificador y tocaba a toda potencia. Acoplaba la guitarra con el parlante y el sonido iba y venía entre ambos. Esa distorsión reveló efectos nuevos, desconocidos hasta antes de él”, señaló. “¿Que cuál es el papel de la guitarra dentro de una banda? no me imagino a un grupo rockero sin una guitarra. En otros géneros musicales puede faltar, pero nunca en el rock, porque es el alma”, asegura tajante.El guitarrista Gonzalo Paz (que conforma el dúo Letop) señaló que Hendrix fue un inventor de sonidos através de su dama de varias cuerdas. “Él necesitaba un sonido agresivo, porque en un principio hacía algo que se podría llamar heavy blues. Rompía un poco un parlante, le daba toda la potencia y creaba un sonido desordenado y saturado. Después, los ingenieros descubrieron cómo incorporarlo a otras guitarras. Lo que tocamos ahora, él ya lo hacía en su tiempo. Es una de las más grandes influencias para los guitarristas. De chico vi una grabación de él en Woodstock y me impresionó que un zurdo, que tocaba la guitarra al revés, pudiera sacar un sonido como ése. La guitarra le da la fuerza al rock, es la que guía”, dijo. Hendrix fue considerado como el tercer Rey del rock mundial, según una encuesta de la revista musical Q en Reino Unido, que además ubicó a Freddy Mercury como el músico del género más importante de todos los tiempos, seguido de Elvis Presley. En 2003, la revista Rolling Stone lo eligió como el mejor guitarrista de todos los tiempos. En una grabación de You Tube se ve a Hendrix charlando con Keith Richards (guitarrista de los Rolling Stones) y con Mick Jagger. Tiene la facha de alguien que no le debe nada a nadie: un pucho en la boca, su pelo rebelde con su cinta roja y en las manos lleva el instrumento que lo hizo inmortal: la guitarra. </div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-19307290431986046162008-04-07T10:32:00.000-07:002008-12-10T15:15:16.997-08:0064 ESCAMAS DE UN REY LAGARTO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoN_YgztPtYSTkmO_8BBuZh8OqCz3ags-CgEIYbz8Tsq17UbB8TmxC2_fj0HWgyjpcYnUbQjnxjhKkfRqAgGmsn1f-P2LQG9olR-XZf0StjNCIDE9DEyxldH-5JJEsxhPu5n36Uekw_Z8/s1600-h/jim.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186558648989728738" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoN_YgztPtYSTkmO_8BBuZh8OqCz3ags-CgEIYbz8Tsq17UbB8TmxC2_fj0HWgyjpcYnUbQjnxjhKkfRqAgGmsn1f-P2LQG9olR-XZf0StjNCIDE9DEyxldH-5JJEsxhPu5n36Uekw_Z8/s400/jim.jpg" border="0" /></a><br /><div><strong>EL CUMPLEAÑOS DE UN SER </strong></div><div><strong>FUERA DEL TIEMPO</strong></div><br /><div><em>Jim Morrison, el desaparecido líder de la mítica banda The Doors, hubiera cumplido 64 años este 8 de diciembre. En EL mundo, el hombre que sacó a Nietzsche y Rimbaud de los libros y los llevó al rock sigue siendo recordado, pese a que han pasado 36 años de su muerte</em></div><br /><div><br /></div><br /><div></div><br /><div><strong>Darwin Pinto</strong></div><div>Father, I want to kill you. Mother, I want to fuck you ¡¡all night babe!!” Cuando Jim Morrison dijo aquella edípica frase en el principio del tema The end, sólo tenía 21 años y quería aprender a cabalgar a la serpiente para ser poeta. Pero el dueño del Whiskey a go go, uno de los locales de moda de Los Ángeles y en el que Mr Mojo se presentaba esa noche, no soportó tal sacrilegio verbal de un borracho adicto al peyote, y lo sacó a empellones en medio del delirio de los fans que andaban más drogados que Morrison por la heroína, el LSD y la música de esos tres tipos tímidos (salvo el cuarto, el vocalista, que al parecer estaba loco) que se hacían llamar The Doors (Las Puertas).</div><br /><div>Se llamaban así porque Morrison había dicho: “Hay cosas conocidas y cosas desconocidas. Y en el medio están Las Puertas”. Y también por la cita del poeta inglés William Blake: “Si las puertas de la percepción permanecieran abiertas, todo aparecería ante el hombre tal cual es, infinito”. Después del lío en el boliche, Paul Rothchild, productor y por aquel entonces dueño de la empresa discográfica Elektra Records, siguió al grupo hasta la puerta trasera por donde los acababan de echar. Allí les propuso grabar un disco cuanto antes. De ahí en adelante, la leyenda del Rey Lagarto se iba a disparar por el mundo en los próximos seis años (de 1965 a 1971). </div><br /><div>De modo que esa noche en el Whiskey a go go, el resto de la banda (Ray Manzarek, teclados; Robby Krieger, cuerdas, y John Densmore, batería) supo a quién tenía de líder: era un hombre que tenía un coeficiente intelectual de 149 (se considera superdotado a alguien que pasa los 130. Ésos son sólo el 2% de la población mundial), tenía diagnosticada una tremenda fobia a las agujas (por lo que nunca usó heroína) y padecía miedo escénico (por lo que a veces cantaba de espaldas al público). Sin embargo, no se hacía problemas a la hora de ser un poeta demoledor, insultar a los polícias y simular mostrar el pene y masturbarse, como lo hizo en uno de sus conciertos el 1 de marzo de 1969. Por ese acto enfrentó un juicio que a la larga hizo que se retirara de la música en pleno auge de los Doors, que eran los únicos gringos que competían con los británicos Rolling Stones y The Beatles. Después, quiso escribir poemas en París, pero allí se le ocurrió morirse. La ciudad era demasiado romántica como para no ceder a la tentación de encontrarse con la hembra que había buscado siempre: la muerte. </div><br /><div>En Santa Cruz, bandas como Alive, Mr Mojo y Wankel hacen covers de The Doors como <em>Light my fire, Love me two times, Alabama song o The road house blues</em>. “Para mí, Jim es algo fuera de lo común, porque además de músico era un poeta. Es difícil cantar sus temas por el timbre de su voz. Me enseñó muchas cosas, hasta a cantar a destiempo. Por la belleza de sus temas, éstos no se han perdido en el tiempo”, dijo Billy Bilbao, líder de Alive. Billy Castillo, que hasta hace poco menos de dos meses formó parte de la banda Mr Mojo (uno de los apodos de Morrison), revive al californiano con su banda Wankel. “Con Mr Mojo hace dos años hicimos un homenaje a The Doors y ahí empecé a apreciar la obra de Morrison. Me interesó su lírica, su poesía. El talento de The Doors se expresó a través de él. Planeamos hacer algo para el aniversario junto a Mr Mojo. Hay que confirmar”, comentó Castillo, luego de que Bilbao dijo que no se haría problemas para participar con Alive en un homenaje a Morrison el 8 de diciembre, fecha en que cumpliría 64 años. El 3 de julio de 1971, Pamela Courson, la pareja del músico, lo encontró muerto. No hubo autopsia, pero se declaró que falleció por un paro cardiaco. </div><br /><div>Hay personas que dijeron que lo vieron después de su muerte en París y en Los Ángeles o que vieron a un tipo que se llamaba Roberto Pereira (alias ‘El Perro’), que cobraba cheques a nombre de Morrison. Ray Manzarek (El tecladista de The Doors) declaró: “Si existe un tipo capaz de escenificar su propia muerte, crear un certificado de defunción ridículo y desaparecer a alguna parte de este planeta, ese tipo es Jim”.Morrison en uno de sus poemas escribe: “Me duele dejarte libre, pero es que nunca me seguirás”. Así sea, jinete de la tormenta... </div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-67357145333129135722008-04-07T08:50:00.000-07:002008-12-10T15:15:17.311-08:00ENTREVISTA A DOMITILA CHUNGARA<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizb1c0KbM_j-SsZ5Vx42WftREYT-GIR6Z1k_cP6XbsIag2R_KiG8BoGa8YhYRZaWWMSspLq8i6xTEbo_HN-4_OEaw41WlHdMPUVUf2o1YBZr9AVpTBxn-CAZdM_g88nAJCh7GkA3-Y6QQ/s1600-h/na5.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186537023829393362" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizb1c0KbM_j-SsZ5Vx42WftREYT-GIR6Z1k_cP6XbsIag2R_KiG8BoGa8YhYRZaWWMSspLq8i6xTEbo_HN-4_OEaw41WlHdMPUVUf2o1YBZr9AVpTBxn-CAZdM_g88nAJCh7GkA3-Y6QQ/s400/na5.jpg" border="0" /></a><br /><br /><strong>"LA INJUSTICIA NO SERÁ ETERNA" </strong><br /><br /><br /><strong>(entrevista hecha en noviembre de 2005, antes del ascenso de Evo)</strong><br /><br /><br /><br /><br /><br /><em>Crítica a los “viejos lobos de mar” del Parlamento, de robarle democracia al país. Dice que la Media Luna es una ficción elitista y pide a los revolucionarios de La Paz tener máyor visión de país. Afirma que Mesa es un mentiroso y que Evo es parte del sistema que ha jodido a Bolivia</em><br /><br /><br /><br /><strong>Darwin Pinto<br /></strong>Sobreviviente de masacres mineras y artífice de la caída de Banzer, dice que el 21060 fue una bomba atómica contra el movimiento obrero. Agrega que Bolivia vive en una pseudodemocracia y que el presidente Mesa le ha mentido al país.<br />El frío mortal de su natal Pulacayo, las nieves extrañas en la Europa del exilio y las dictaduras de Barrientos, Banzer y García Meza le quitaron alegrías y le dieron pedazos de tristeza que ahora guarda en sus recuerdos, donde, cada vez que se siente sola, se refugia.<br />La mujer que junto a otras cuatro mineras derribó la dictadura de Hugo Banzer en 1979 y denunció en foros internacionales la masacre de San Juán (1967), sobre la que se escribieron libros y se filmó una película, sale con una sonrisa de madre a la puerta (aún ríe, pese a los dientes que le tumbaron los militares entre montañas de mineros asesinados en la dictadura de Barrientos).<br />Sale a la puerta de su casa en Cochabamba a esperar al advenedizo (o sea, yo) que se ha perdido buscándola. Y es que ella vive sobre un empedrado tan empinado (el taxi se niega a subir) que parece que llega hasta el cielo. Desde esa altura se ve la laguna Alalay y el Cristo de la Concordia. A ella la vida sindical la ha marcado: Si le dan a elegir entre Estocolmo o París donde estuvo exiliada, prefiere las minas de Pulacayo y Siglo XX. Escucha la música de protesta de su amiga Mercedes Sosa, y disfruta la novela <em>El Coronel no tiene quien le escriba</em>, del colombiano Gabriel García Márquez (que trata de un ex héroe de la patria que espera en vano la llegada de su pensión del Gobierno). ¿Que si lo conozco a García Márquez?, estuvimos con él cuando le entregaron el nobel de Literatura en 1982 en Estocolmo, dice. El escritor uruguayo Eduardo Galeano (autor de<em> Las Venas Abiertas de América Latina</em>, entre otros) la ha visitado en Cochabamba y ha escrito sobre ella en su trilogía Memorias del Fuego. Entonces sirve un vaso de agua de canela. Empecemos pues...<br /><br />-En este Primero de Mayo ¿cuál es la proyección del movimiento obrero para el siglo XXI en Bolivia?<br />-Desde 1923 empiezan las masacres en campamentos mineros que pedían beneficios sociales. Ese año en Uncía hay una matanza, en 1942 hay otra en la mina de Siglo XX. Las protestas siempre han sido ahogadas en sangre. El pueblo lucha y se une con los fabriles para hacer la revolución de 1952, algo que nunca perdonaría el dictador René Barrientos, que ordenó la masacre de San Juan (5.000 mineros desaparecidos por marchar en apoyo a la guerrilla del Che). El capitalismo ya no necesita capital humano. Ahora las máquinas sustituyen a los hombres. Cuando García Meza no me permitió volver al país y estuve exiliada en Europa, visité fábricas y vi cómo en un lugar donde trabajaban 400 obreros, hoy lo hacía una máquina con dos obreros. Saben que ese aparato no va a protestar, no va a hacer huelga, no va a pedir beneficios sociales, dejando de lado a 400 familias que van a engrosar la pobreza en el mundo. Ya nos les interesa el capital humano, por eso no les importa que nos tengamos que morir. Pero la gente sigue peleando por lo justo, ahí está octubre y febrero.<br /><br />-¿Lo de las movilizaciones ahogadas en sangre se debe a que la clase obrera boliviana era más combativa o a que los gobiernos eran más brutales?<br /><br />-La burguesía siempre ha sido brutal, mentirosa y ladrona. En la Guerra del Chaco se encontraron por primera vez los pobres de las minas, el campo y las fábricas. Eso desembocó en la revolución de 1952. Allí el pueblo luchó, pero le entregó el poder a la pequeña burguesía. Esa burguesía que no estaba consciente de lo que el pueblo quería. Se nacionalizan las minas menos rentables, y con las más rentables se crea la minería chica, la minería mediana, y entran las empresas privadas con el padre de Sánchez de Lozada al mando, entre otros, y el Estado acepta pagar una indemnización a los barones del estaño. Hasta 1970 se pagó la indemnización. Sin invertir ni un centavo, Patiño, Hoschild y Aramayo siguieron enriqueciéndose. El 21060 ideado por Jeffrey Sachs, fue una bomba atómica para los trabajadores de Bolivia. El modelo neoliberal en 1985 echó a la calle a más de 50.000 obreros.<br /><br />-¿Cuál es su visión de país 19 años después del 21060?<br />-Bolivia está peor que antes.<br /><br />-¿Qué efecto tuvo ese decreto en el movimiento de los trabajadores?<br />-Como dije, fue una bomba atómica. Pensé que toda mi vida la iba a pasar en Siglo XX, pero el 21060 nos echó a la calle a todos. El decreto decía que dejemos en 90 días las viviendas donde muchos habíamos nacido, ¿y dónde íbamos a ir? Entonces mi padre, que luchó por la patria en el Chaco y peleó por su clase en el ´52, murió pobre, sabiendo que quedábamos sin nada. Si mi padre resucitara vería cuántos niños seguimos teniendo desnudos como entonces, mendigando en la calle. Mi madre había muerto cuando yo tenía diez años, de modo que quedé responsable de cuatro hermanas menores. La gente empezó a vivir en carpas. El 21060 no sólo fue el retiro de los obreros. Antes de eso, la ley decía que ningún patrón tenía derecho a retirar a los obreros sin una causa justificada. Pero ese decreto se cambia por otro que dice que el patrón tiene derecho a la libre contratación de su personal. Además hubo aperturas de fronteras en las que el contrabando aniquiló a la pequeña industria nacional. El movimiento obrero se ha recobrado un poco en octubre.<br /><br />-¿Ha sido vano el movimiento obrero de casi un siglo?<br />-Ha quedado en nada. Estamos peor que el ´52. Ahora no tenemos minas, ni petróleo. El 18% de los beneficios del gas para Bolivia es miserable. Pero la gente sigue peleando.<br /><br />-¿Cree que el país no tiene memoria?<br />-¿Usted cree que el pueblo eligió a Banzer? Los que eligieron a Banzer fueron el MIR, Condepa y UCS. El pueblo tiene memoria, pero los medios de comunicación quieren hacer olvidar la historia. Los medios nos hablan de violencia. ¿por qué no muestran las razones por la que un pobre mata a otro por un pedazo de pan?<br /><br />-¿Cuál fue el papel de las radios mineras en los movimientos laborales en los ´70?<br />-Después de la revolución del ´52 los sindicatos deciden tener sus propias radios a través de campañas populares. Todos podían hablar allí. Los obreros pagaban el sueldo al personal de las radios. Cuando había golpes de Estado, las 30 radios mineras hacían cadenas hasta que el ejército las destruía (como pasó desde 1964), para luego, con la presión de los trabajadores, reponerlas, pero con menos potencia y sin los discos de protesta que nos llegaban de los países socialistas. Y así empezábamos de nuevo. Eso fue hasta 1985 cuando el 21060 terminó todo. Hoy persiste la radio minera pero ya no tiene fuerza. Ese sistema de información fue el primero en Latinoamérica.<br /><br />-¿Qué futuro le ve al país?<br />-El Presidente le ha mentido al pueblo, ha dicho: haremos nueva Ley de Hidrocarburos, pero eso es mentira, porque no se va a poder hacer. Esto va a cambiar con una revolución. El Primero de Mayo vamos a lanzar el Movimiento Guevarista, agrupación política que pretende representar la lucha del pueblo, dividido por el FMI y las transnacionales. Si este Gobierno haya estado con el pueblo debía haber enjuiciado a los responsables de febrero y octubre. Kukoc sigue libre. Entre ellos se protegen.<br /><br />-¿Es posible conseguir ese tipo de cambio en un mundo globalizado?<br />-Aún se puede hacer una revolución. Las bases para un Gobierno que rompa con las injusticias es una nueva sociedad. Ahora nos distraen con todo. Si la mujer participa, aparece el feminismo que enseña a luchar contra el hombre. Si el campesino empieza a luchar, le dicen que tiene que pelear contra los k´aras (blancos). La religión siempre está diciendo que el pueblo se calme, pero no pide al Gobierno que le dé trabajo a la gente. Las injusticias no van a ser para siempre.<br /><br />-¿Cuán difícil era ser mujer en un campo minero?<br />-En Pulacayo hacía un frío terrible. No había baños ni escuelas. De niña iba a hacer pis a la calle, y entonces el orín corría como una viborita que de pronto se empezaba a congelar desde la cabeza, y el hielo avanzaba, y una salía corriendo por temor a que el hielo se le entre al cuerpo (risas).<br /><br />-¿Ha evolucionado el movimiento sindical boliviano?<br />-Tratan de destruir a los sindicatos. La COB bajó de perfil porque permitió el ingreso de oficialistas en su seno.<br /><br />-¿Usted tenía cáncer?<br />-Sí, me lo extirparon del seno derecho gracias a la solidaridad de los compañeros cubanos.<br /><br />-¿Qué soñaba de pequeña?<br />-Quería que se acabe la pobreza. Agarrábamos un pañuelo con mis hermanas, le poníamos azúcar y lo tirábamos a la calle a ver si algún pobre se lo alzaba. Mi papá lo encontraba y nos reñía por eso.<br /><br />-¿Dónde se refugia cuando se siente cansada?<br />- Escribo a mi padre muerto, como si él estuviera frente a mí, buscando quizá su consejo.<br /><br />-¿Y el recuerdo más bonito?<br />-Cuando Banzer renunció.<br /><br />-Digo un nombre y usted me dice qué piensa: Jaime Solares<br />-Si ofrece una huelga general indefinida, debe decir qué viene después de la huelga.<br /><br />-El embajador Greenle...<br />-Se hace la burla del país.<br /><br />-<strong>Evo Morales...</strong><br />-Es parte del sistema. Se cree el futuro Presidente. Para tomar el poder, hay que planificar.<br /><br /><strong>-La Media Luna..</strong><br />- No le he dado importancia. Inventan todo para distraernos.<br /><br />-¿Que opina de Picachuri? (minero que se ató una dinamita y explotó en Palacio de Gobierno el mismo día que perdimos con Chile en La Paz por las eliminatorias mundialistas)<br /><br />- Ha sido lo que le pasa a los ex mineros, aunque no se aten dinamita en el cuerpo.<br /><br />-¿La Constituyente?<br />-Otra distracción. Pueden cambiar leyes, pero no van a recobrar nuestra soberanía.<br /><br />- El Presidente Mesa.<br />- Es un mentiroso.<br /><br /><br /><strong>PERFIL DE UNA COMBATIENTE</strong><br />Nació en Pulacayo (Potosí) el 7 de mayo de 1937, y fue la mayor de cinco hermanas. En 1952 se casó con un minero y es madre de siete hijos. Fue la voz de los trabajadores de América en la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, realizada en México en 1975. Moezza Viezzer recopiló en el libro "Si me permiten hablar... Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia", varias entrevistas que tuvo con Domitila, y en 1971 Jorge Sanjinés hizo un largometraje sobre la masacre de San Juán, (ejecutada por Barrientos por considerar a los mineros soporte de la guerrilla del Che), de la que Domitila fue sobreviviente. Desde el año '63 participó del Comité de Amas de Casa de la mina Siglo XX, que enfrentó a las fuerzas represivas de distintas dictaduras. Ahora impulsa la Escuela Móvil de formación, mediante la que cuenta la historia “no oficial” de Bolivia. Radica en la ciudad de Cochabamba, y está por lanzar el Movimiento Guevarista, una fuerza política que apuesta por una nueva revolución en Bolivia.<br /><br /><br /><br /><strong>Eduardo Galeano / Escritor uruguayo<br />Memorias del fuego de Domitila</strong><br />Los mineros bolivianos son hijos de la Virgen y sobrinos del Diablo, pero nadie los salva de morir temprano. Metidos en las tripas de la tierra, los aniquila la implacable lluvia del polvo del socavón. Al salir de allí, los mineros buscan la fiesta. Mientras dure la breve vida y quieran las piernas moverse, es preciso comer guiso picante y beber trago fuerte y cantar y bailar a la luz de las fogatas que calientan el páramo.En esta noche de San Juan, mientras ocurre la mejor de las fiestas, el ejército se agazapa en las montañas. Casi nada se sabe aquí de los guerrilleros del lejano río Ñancaguazú, pero el general Barrientos cree que en cada minero anida un taimado terrorista. Antes del amanecer, al final de la fiesta de San Juan, un huracán de balas arrasa el pueblo de Llallagua. Hay que cavar muchos pozos. Cuerpos de todos los tamaños yacen en hilera, tendidos, esperando. Domitila grita contra los asesinos, desde lo alto del muro de un cementerio. Ella vive en dos piezas sin letrina ni agua, con su marido minero y siete hijos. El octavo quiere salir de la barriga.Por insultar al ejército boliviano se la llevan presa.Un militar le escupe la cara, ella le escupe la cara y él le da una patada. “Le di un sopapo. Me apretó mi cuello y estaba por ahorcarme. Del puño lo había agarrado y lo había estado mordiendo... Tuve un asco terrible al sentir en mi boca su sangre”, dice Domitila. “Cuando me desperté como de un sueño, había estado tragándome un pedazo de mi diente. Entonces noté que el tipo me había roto seis dientes”. La encierran en prisión y sobre la tierra fría nace y muere su hijo...Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-75363633726348975602008-04-05T18:01:00.000-07:002008-04-28T16:53:50.957-07:00PARTE CUATRO: OCTUBRE NEGRO DE 2003<span style="font-size:130%;"><strong>"SANGRE DE MINEROS, LA GLORIA DE UN LÍDER Y LA TUMBA DE SU HEREDERO"</strong><br /><br /><em>La estabilización de la moneda, la relocalización del ´85 y las masacres de Amayapampa y Capacirca en el ´96, rompió el idilio entre el MNR y los mineros; romance nacido en la revolución de 1952. Al menos 8.000 mineros llegaron a La Paz en octubre de 2005 decididos a “relocalizar” al presidente Sánchez de Lozada, que de ministro, los relocalizó en 1985</em><br /><br /><br /><strong>Darwin Pinto</strong><br />La Paz sabe lo que los mineros pueden hacer y los militares también. Para los uniformados que reprimieron a El Alto y La Paz, una cosa era enfrentarse a civiles armados de palos y piedras, pero era otra el chocarse contra hombres cuyos padres doblegaron al ejército en abril de 1952 para encumbrar a Víctor Paz en la presidencia, y que ahora, 51 años después, venían a bajar del gobierno al sucesor de Paz: Goni Sánchez.El 17 de octubre, mientras los congresistas bajan de los buses con la renuncia del presidente en la mano y entran al Congreso por una puerta lateral, policías y militares apertrechados con armas de guerra y apoyados con tanques y tanquetas para defender la plaza Murillo, se miran nerviosos a medida que los gritos de los mineros y el estruendo seco de dinamitazos que despedazan la quietud de La Paz, se acercan por la avenida Mariscal Santa Cruz.Minutos antes, los bloqueos que paralizaron El Alto, se han abierto para que los 8.000 mineros que llegan desde Oruro pasen a La Paz. “No seré el primer minero que muera en esta lucha. Nos morimos todos los días en la panza de la tierra, ¿por qué no vamos a caer defendiendo al pueblo?” se interrogaba Jacinto Mamani, exiliado a Suecia en la dictadura de García Meza.Tras apaciguar la garganta con el refresco donado por la gente, Antonio Quispe se acomoda el bolo de coca para decir que de La Paz se irán cuando Goni se vaya. “Si no se va, tenemos la suficiente dinamita para sacarlo volando de Palacio de Gobierno”, dice, escupe y tras limpiarse la frente, bebe un trago de soda con alcohol.La gente que se ha agolpado en la COB frente a la mítica plaza San Francisco para oír los discursos encendidos contra el gobierno, ovaciona a los mineros cuando estos marchan a la UMSA a descansar. “El gringo se meó en los pantalones tras que oyó el primer dinamitazo. ¿no que no iba a renunciar?”, se burla José Apaza, minero de 17 años, ojos cansados, enfermo de vejez precoz y manos destrozadas por el trabajo, que junto a sus colegas, baila de júbilo cuando se enteran por radio que no hace falta ir a Palacio: Goni se ha fugado.<br />-------------------------------------------------------------------------------------------------<br /><br /><strong>MNR VS MINEROS</strong><br /><strong>»Abril 1952.</strong> Con mausers de la guerra del Chaco, los mineros doblegan al ejército y encumbran a Víctor Paz y el MNR en el que será su primer gobierno.<br /><strong>»Junio 1967.</strong> La noche de San Juan, son asesinados 20 mineros en las minas de Siglo XX (Oruro) por órdenes del presidente René Barrientos, ex “vice” de Víctor Paz»<br /><strong>Noviembre 1985.</strong> El MNR relocaliza primero 27.000 mineros que quedan sin trabajo y con la libre contratación cierran decenas de minas. Hoy sólo queda un 10% de los 60.000 mineros empleados de entonces.<br /><strong>»Diciembre 1996.</strong> En el primer gobierno de Goni, del 19 al 22 de este mes, en las minas de oro de Amayapampa y Capacirca (norte potosino) los militares masacran a nueve mineros, luego que estos entraron en huelga pidiendo pago de sueldos y seguridad laboral.<br /><strong>»Octubre 2003.</strong> 8.000 mineros salen de Oruro y marchan a La Paz exigiendo la renuncia de Goni. En el camino hay choques con militares, donde mueren cinco mineros. Mientras entran a La Paz, Goni se va.<br /><br /><br />-------------------------------------------------------------------------------------------------<br /></span><span style="font-size:130%;"><strong>ANÁLISIS<br />Álvaro García Linera<br />Politólogo</strong><br />“Hay dos bloques mineros: los de empresa, que son 6.500, y los cooperativistas, que llegan a 50.000. Siempre fueron más aguerridos, organizados y tienen la dinamita que además de servirles para trabajar, también es bélica. Tienen una logística militar popular que fue definitiva para que junto a vecinos y campesinos, determinen la caída de Goni”.<br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong>Jorge Lazarte<br />Politólogo</strong><br />“El resquebrajamiento del idilio entre el MNR y los mineros, nacido en la revolución de 1952, empieza en 1956 durante los planes de estabilización monetaria en los que el más afectado es este sector. Amayamapa y Capacirca es un episodio más. Para la caída de Goni, sólo fueron una fuerza coadyuvante, no dirigente como años anteriores”.<br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong>Reymi Ferreira<br />Abogado</strong><br />“Los mineros fueron muy importantes, porque Goni decide renunciar cuando ellos pasan el cerco militar de Challapata con el consentimiento de los militares. En 1952 los mineros derrotan política y militarmente al gobierno, esta vez la derrota es política. Los mineros relocalizaron al creador del 21060, decreto relocalizador”.<br /><br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong>José Mirtembaum<br />Sociólogo</strong><br />“Los mineros fueron una fuerza de apoyo al movimiento campesino y vecinal de El Alto. El idilio nacido entre los mineros y el MNR en ‘52, se deterioró más en 1986, cuando Víctor Paz frenó brutalmente la “Marcha por la vida” en Calamarca, cerca de La Paz. La caída de Goni es el fin de la matriz política nacida en 1952”.</span>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-11058991720005889352008-04-05T17:56:00.000-07:002008-04-28T17:11:32.901-07:00PARTE TRES: OCTUBRE NEGRO DE 2003<span style="font-size:130%;"><strong>"CRÓNICAS DE UN DESCENSO AL INFIERNO"</strong><br /><br /><em>Familias perdieron todo por atender a sus heridos en los hospitales. Emergencias de estos fueron rebasadas por la cantidad de heridos. Sacerdotes golpeados por defender a civiles y buscar pacificar</em><br /><br /><strong></strong><br /><strong>Darwin Pinto</strong><br />!!Ta, ta, ta, ta, ta!!, fue lo último que escuchó antes que el terror lo dejara sordo. Estaba borracho, poniendo piedras sobre la avenida Bolivia bajo la fría tarde alteña, cuando sintió como si un palo de fuego le rebatiera las entrañas. Atolondrado, no por el alcohol que le daba valor, sino por los gritos de la gente que corría en todas direcciones, por los arcos de humo que dejaban a su paso las granadas de gas lacrimógeno, por el ¡¡ta, ta, ta!! que venía de todas partes y dejaba a la gente gritando en el suelo; a los tropezones corrió diez cuadras desde Río Seco, donde el ejército y un avión de la Fuerza Aérea disparaba contra la gente, hasta la Ceja de El Alto, donde le dio vueltas la cabeza y se desplomó entre las piedras, el vidrio molido y las chalas vacías de balas de guerra.<br />“No sé por qué estaba bloqueando”, dice Alberto Reinoso (19), desde su cama en el hospital Boliviano Holandés de El Alto. La bala no le tocó ningún órgano, por lo que tendrá un impedimento de 90 días antes de volver a su oficio de cargador de mercado. “Lo mejor es que no tengo familia. Así me las arreglo con un pan al día”, dice.Natalio Condori (45) sí tiene familia. Perdió su trabajo de chofer por estar junto a su hijo, herido el sábado 11 de octubre en la Ceja de El Alto, cuando volvía de la universidad.<br /><br />“A mi hijo una bala le rompió el hueso de la pierna. Lo peor es que mi hijo mayor está en el cuartel y no sé si lo habrán obligado a matar gente, no sé si ha sido él quien disparó contra su hermano”, dice Natalio, sumido en la incertidumbre de si el gobierno indemnizará a los heridos y muertos. Él no tiene para pagar. Américo Condori tampoco puede pagar, ha sacado al crédito el féretro para enterrar a su esposa, prefiere no seguir hablando, tiene motivos.<br /><br />Un médico del hospital Sagrado Corazón de El Alto, que pide guardar su identidad, dice que los días del conflicto, tanto en ese hospital como en el Boliviano Holandés, no daban abasto para atender la cantidad de heridos que llegaban, y eran pasados de inmediato al quirófano. “Hacíamos hasta 20 cirugías al día, casi sin material, ni anestesia debido al bloqueo. Los equipos de especialistas estaban rebasados y la atención colapsaba ante la cantidad de gente que pedía ayuda. La mayoría de heridos era llevada al hospital de clínicas de La Paz.<br /><br />Teníamos que pedir a la gente que nos regale combustible para las ambulancias. Los médicos no querían venir por temor a agresiones en la calle, había que traerlos en ambulancias con banderas blancas”, dice. “Tenemos un paciente desequilibrado que a los gritos da vivas a Banzer”, agrega el administrador del hospital Bolivano Holandés, quien confiesa que su lote de medicamentos colapsó por el conflicto. El tramo de El Alto a La Paz era un problema para las ambulancias, al punto que la turba destruyó una que era del grupo SAR.<br /><br />“Llevábamos heridos con las sirenas sonando y los bloqueadores nos paraban para ver si el ejército nos había metido armas. En la autopista, en medio de un infierno de piedras y llantas humeantes que no dejaban ver, los militares nos revisaban también. Por esa demora, algunos heridos no llegaron con vida al hospital de clínicas”, asegura el conductor de ambulancias, Javier Colque, quien recogió de Río Seco al cuerpo herido del voluntario Joaquín Coca (17), alcanzado por un tiro en la pierna cuando rescataba heridos para subirlos a las ambulancias en esa zona.<br />“Sé que mi herida no fue en vano, ahora se fue el presidente y hay la oportunidad de reconstruir el país”, dice Joaquín, desde su cama de convaleciente, mientras su madre llora. Ella tiene tres niños más a quienes ha dejado solos en El Alto. “No sé cómo pasó esto. Mi hijo sólo rescataba heridos porque es voluntario de la Iglesia”, dice Martina Huallpa, madre de Joaquín.<br /><br />Sí, la Iglesia tuvo su parte en este conflicto y recibió golpes como todos. Al párroco de la iglesia San Juan Bautista, de Senkata en El Alto, Modesto Chino, recibió un impacto de balín en el pie izquierdo y fue golpeado por los militares cuando intentaba evitar la tortura de hombres y mujeres capturados en las escaramuzas. “Estaba celebrando misa cuando escuchamos los tiros, salimos a pacificar a las partes, pero no se pudo, después de los golpes, agarramos la ambulancia de la parroquia y trasladamos a 17 heridos y cuatro muertos a La Paz. Ahora pedimos una paz próspera con justicia social”, dice este orureño, hijo de mineros de Siglo XX.<br /><br />El padre austriaco Sebastián Obermayer, casi un símbolo de El Alto, fue agredido por la turba cuando en la ambulancia de la parroquia Cuerpo de Cristo llevaba heridos y muertos a La Paz. “Ningún soldado entrenado dispararía a la gente. Eso provocó la rabia popular que llegó a insultarnos porque una de nuestras ambulancias era de defensa civil. Esto es responsabilidad del gobierno, que nunca explicó en qué consiste esta venta del gas, y los aimaras, con su tremenda organización, han dado una lección de que la ley del pueblo es la ley de Dios”, dice con el rostro cansado. En su ambulancia han llegado periodistas internacionales. “No pensé conocer Bolivia, ahora sé que no la olvidaré”, comenta Pablo Salas, redactor de la agencia británica de noticias Reuter. Vio la ruptura de vidrios de vehículos de prensa a manos de los mineros llegados de Ventilla el primer día del paro, y vio la muerte regada por las calles de la ciudad más pobre de Bolivia.Sentado en El Prado, el fotógrafo cruceño de la agencia France Press, (no sé por qué todos piden reserva) recuerda que el lunes 13, en Santiago Segundo, entre Senkata y la Ceja, fueron tiroteados.<br /><br />“Estábamos con los militares, se dieron vuelta y nos dispararon. Nos tiramos atrás de un cerrito y de tantos tiros la tierra nos salpicaba en la cara. Eramos fotógrafos de AP, EFE y Reuter, pensamos que no salíamos vivos. Pasó todo, y salimos por otro lado”, recuerda. Agrega que lo más duro que vio fue al día siguiente, cuando en la avenida 16 de Julio de El Alto, de un tiro le volaron la cabeza a un tipo.<br /><br />Arturo Choque y Rubén Atahuichi, dos de los periodistas de La Prensa de La Paz, que cubrieron el conflicto, coinciden en que lo más duro fue ver gente herida regada en las calles. “¿Cómo le podes explicar lo que pasa a aquellos que han perdido a un ser querido?, reflexiona Choque, mientras Atahuichi dice que después de que pasa el fragor del enfrentamiento, surge en la cabeza del periodista la pregunta: ¿qué carajos hacía yo ahí?.Choque recuerda: “Pasada la medianoche del miércoles, la red Erbol se disponía a cerrar la emisión, pero la gente llamaba y pedía que la radio no se fuera. La gente llamaba para denunciar que los militares disparaban, golpeaban a las puertas de las casas, que los niños se escondían bajo las camas. Llamó un hombre que decía que estaba junto a su niño, su mujer y al niño que estaba por nacer, y se puso a llorar. Llamó una señora para decirle a Goni: por favor, renuncie. Piense en que tiene hijos y nietos, no manche su apellido con más sangre, usted ya va a morir, pero su familia va a sufrir esta vergüenza por siempre”.<br /><br />Hernando Flores, del diario La Razón, dice que recibió azotes en la radio San Gabriel de El Alto, mientras que en el cuartel campesino de Calachaca (cerca de Achacachi en La Paz), estuvieron a punto de golpearlo. “Me vieron medio blanco y empezaron a insultarme. Encendí la grabadora y les dije que se quejen contra el gobierno, que hagan lo que quieran. Les dije que yo hablaba aimara y les mostré mi carnet para que vean que mi apellido, Flores, es aimara. Eran 5.000 campesinos, y yo estaba solo”, recuerda.<br /><br />El periodista Roberto Charca y su fotógrafo Jesús García, del diario El Alteño, durante el conflicto recorrieron a pie El Alto e incluso debían bajar a pie hasta La Paz para dejar el material en el diario La Prensa, ya que las oficinas de El Alteño estaban cerradas para evitar ser blanco de la violencia. “Estábamos en un puente frente al aeropuerto, esperando el avión en el que se fugaba el presidente, cuando los militares nos encañonaron y nos obligaron a bajar”, recuerda Charca. Ambos tenían que lidiar con campesinos que los acusaban de espías del gobierno, mientras los militares desconfiaban de ellos porque podían ser infiltrados. El Alto desabastecido de alimentos, donde la gente que puede regala comida a quien necesita. Agustín Mamani (51) afirma: Decían que Bolivia era un mendigo sentado en un trono de riqueza, ahora, si regalamos el gas, seremos mendigos sentados en un trono de mierda.<br /><br /><br /><strong>Los muertos de Goni</strong><br /><strong></strong></span><br /><span style="font-size:130%;"><strong>Chapare/Enero 2003</strong><br />Enfrentamientos entre erradicadores y cocaleros. Siete muertos.<br /></span><span style="font-size:130%;"><strong>Sucre/Enero 2003<br /></strong>Enfrentamientos entre erradicadores y cocaleros. Dos civiles y un policía fallecidos.<br /><strong>Oruro/Enero 2003</strong><br />Marcha de jubilados. Seis jubilados muertos.<br /><br /><strong>La Paz/febrero negro 2003</strong><br />Enfrentamientos entre policías y civiles contra militares. El 12 de febrero mueren diez policías, cuatro militares y cinco civiles en la Plaza Murillo. Al día siguiente, en la plaza San Francisco de La Paz fallecen en choques una enfermera, un obrero y otros dos civiles. El mismo 13 de febrero, en El Alto mueren 7 civiles, mientras que en Cochabamba fallecen otros dos en enfrentamientos con los uniformados.<br /><br /><strong>Chapare/junio 2003</strong><br />Ingresan soldados erradicadores a los sembradíos. Dos soldados fallecen por causa de cazabobos (explosivos activados por presión).<br />Santa Rosa de Sara (Santa Cruz)/ julio 2003<br />Uniformados agreden a vecinos que exigían una carretera. Un muerto y nueve heridos civiles, además de dos uniformados heridos.<br /><br /><strong>La Paz/ octubre</strong><br />Guerra del Gas. Choques entre vecinos de El Alto, La Paz, Cochabamba y mineros, contra militares. 45 muertos (un soldado de Charagua) y 54 heridos.</span>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-91918705638384784812008-04-05T17:52:00.000-07:002008-04-05T17:56:21.648-07:00PARTE DOS: OCTUBRE NEGRO DE 2003<strong> "EL ALTO: CIUDAD DE FRÍO, FUERZA Y FURIA"</strong><br /><br /><em>La hostilidad del clima, el atraso, la ignorancia, la falta de servicios y la fortaleza del pueblo alteño para superar los inconvenientes, hacen de la ciudad más pobre del país, un mundo alucinante</em><br /><br /><strong>Darwin Pinto Cascán</strong><br />Los muñecos de trapo colgados por el cuello en los postes de luz de las tristes callecitas alteñas como advertencia a los ladrones que dominan callejones y mercados de la ciudad más pobre de Bolivia, son suficientes para entender la naturaleza maravillosa y hostil de El Alto, donde todo ocurre gracias a la furia de sus pobladores por sobrevivir. En ese ambiente, Maicol (así, a secas) cree que Bolivia es sólo lo que abarcan sus ojos de 14 años, y que el mejor trabajo del mundo es el suyo: cobrador y voceador de una línea de minibuses que hace el tramo entre La Ceja y Villa Ingenio en El Alto. Él vive en casa del chofer del minibús, no conoció a sus padres, nunca estudió (de matemáticas sabe lo básico para cobrar y dar el cambio) y jamás fue al cine, todo eso a pesar de que se levanta a las 5:00, hora en que el sol se eleva sobre el altiplano y rompe la neblina para insuflar aliento a una ciudad habitada por sobrevivientes que desafían los rigores de la vida, bullendo en su propia miseria, 4.100 metros más cerca del cielo.<br /><br />Apenas abrigado con una chamarra deshilachada, una gorra sucia, pantalones de lana verde y zapatos de fútbol algo grandes, se cuelga en la puerta y empieza a gritar la ruta del vehículo, soportando la bravura del viento que adormece el cuerpo, aguantando la lluvia que quema su rostro con gotitas de hielo, mientras el aire espeso, revuelto en smog, ahoga pulmones y agita el corazón. a pesar de todo, él vocea: “La Ceja, la Ceja a 50 centavits”.<br /><br />En un asiento del “mini” (que va lleno de estudiantes, amplias cholas, gente dormida y ancianos vestidos de riguroso terno), un hombre trata de leer un documento jurídico. Lo lee despacio, letra por letra, con un esfuerzo de luchador. Cuando se equivoca, lo intenta de nuevo. Y cuando se vuelve a equivocar, da un putazo, guarda el papel en una bolsa de plástico y de la misma saca una radiecita a pilas para escuchar el noticiero de la BBC de Londres: “El presidente Bush visitó a sus tropas en Irak y...”.<br /><br />Maicol sigue su monólogo: “La Ceja, la Ceja a 50 centavits”. Alrededor del minibús, la furia por sobrevivir revolotea como mariposas grises en el aire helado y filoso, penetra los sentidos y se queda allí aferrada con uñas y dientes: La furia penetra por los oídos en forma de gritos atronadores de los vendedores de mercados, de alaridos metálicos de otros vehículos que desbordan avenidas ya desbordadas por miles de comerciantes que venden sentados en la calle; la furia sale de otros voceadores de minibuses que ofrecen por Bs 1 ir de la Ceja a Río Seco, Villa Dolores y Ventilla, o por 50 centavos ir desde Villa Adela hasta la plaza La Paz. La furia alteña penetra por la nariz cuando se anda por las calles de mayor tráfico llenas de humo que sale de los caños de escape e irrita los ojos, la nariz y la garganta; sigue su invasión nasal cuando se huele el lodo infecto que se acumula en sus calles y se mezcla con desechos podridos de basurales saturados de perros y mendigos; y sigue su ataque cuando se inhala sin querer el humo de fritangas y grasa de puerco que salta de los puestos callejeros de comida o cuando en las rotondas, que sirven de dormitorios y moteles, los cleferos inhalan con placer el pegamento que compran por Bs 1 a cualquier proveedor de la zona.<br /><br />La furia entra en los ojos cuando los pinos y eucaliptos de la autopista que une a La Paz con El Alto desaparecen de golpe para dar espacio al paisaje lúgubre de esta metrópoli de inmigrantes, continúa su invasión cuando se llega a los lugares hipermarginales como Río Seco, donde la ciudad empieza a mezclarse con las primeras matas de paja brava, y el altiplano se abre como una gran boca de aliento helado y brutal. Allí, en los barrios más alejados, donde las casitas de barro y paja no tienen luz eléctrica, ni agua potable, ni postas sanitarias, ni escuelas, se ven grupos de niños semiabrigados y descalzos correteando sobre la nieve (cuando hay nevada). Recorriendo en el mini la avenida Juan Pablo II, bordeada de burros cuya leche en un vaso cuesta Bs 1 y vendedores de paja brava que se usa para hacer colchones y evitar que la lluvia erosione las bardas de barro, Maicol siente la furia en la piel.<br /><br />La furia entra por la piel cuando el frío de entre tres y siete grados baja lanzando silbidos de guerra desde los picos nevados del Illampu, Chacaltaya e Illimani y laceran la piel con sus sables de aire. La furia llega en forma de ventarrones que levantan polvo en el altiplano y después sueltan de golpe tormentas atronadoras cuyos truenos sacuden la tierra alteña y los relámpagos dejan en tinieblas a la ciudad tras su latigazo de luz. Después la furia llega en forma del granizo que destruye los plantines tiernos de pino en las alamedas sin gracia (deben envolver en plástico las plantas para que aguanten el frío), destruye las casitas de barro y blanquean la ciudad en un abrazo de hielo que luego se convierte en ríos y después en barro. “Cuando graniza, la gente se va a sus casas y deja desierta la ciudad. Hay temor desde que en febrero de 2002 después de una granizada La Paz se inundó y hubo muertos”, dice un fotógrafo que va en su vehículo sobre las calles alteñas en plena granizada.<br /><br />Pero la furia no sólo late en el frío. También entra por la piel en verano, cuando el sol no calienta, sino que chamusca dejando en los niños las mejillas rosadas y en los adultos, manchas de quemaduras. La furia está en todas partes, anda entre la gente, está en cualquier rincón de aquella ciudad color de tierra muerta que crece en el sitio exacto donde termina el altiplano y empieza la ruda cordillera coronada de picos filosos y montañas de nieve donde los dioses andinos anidan, vigilando que llegue la lluvia y que la tierra, siga pariendo para que los hijos de quechuas y aimaras, coman la sagrada papa, la quinua, o lo que quiera nacer en esa tierra donde sólo crecen las piedras. Pero a veces los buenos oficios de la Pachamama, no son suficientes, y en El Alto, la labor de los dioses es nula debido a que en las calles llenas de frío galopa siempre el peor de los jinetes del Apocalipsis: el hambre.<br /><br />En los niños pequeños el hambre se traduce en un perpetuo llanto quedito, sin ganas; en los más grandes, el hambre se dibuja en caras pálidas y ojitos tristes, hondos de mirar asustados, y en las personas mayores el hambre ya no tiene efecto. La vida en esta ciudad de transportistas, comerciantes, campesinos y obreros de pequeñas fábricas, es demasiado dura como para que sólo el hambre amargue las vidas de gente que, además de soportar la pobreza, el abandono del gobierno, las pocas posibilidades de desarrollo y la ignorancia, soporta también los caprichos alucinantes del clima.<br /><br />“Plaza La Paz, servidos”, dice Maicol, entonces hay que bajar del bus y penetrar en los laberintos de la feria 16 de Julio (la más grande del país), que se expande desde La Ceja, hasta la plaza Ballivián, por toda la avenida 16 de Julio, abarcando casi 20 manzanas. De pronto ahí está otro de los tantos símbolos del El Alto: Bajo su mugre gorro de los Yankees de Nueva York, tiene un chulo de lana de alpaca. Y bajo ambos, tiene una cabeza de pelo blanco que de seguro encierra imágenes fabulosas de la historia de este país, las mismas que ahora sólo puede ver en el recuerdo porque sus ojos de hombre derrotado por la vida ya no le funcionan. Está arrodillado sobre el pavimento lleno de basura; mira sin ver el cielo de negro eterno por las nubes de lluvia, balbuceando algún conjuro yatiri de buena suerte o maldiciendo en aimara la vida que le tocó vivir, mientras espera las ansiadas monedas que se transformarán en comida o alcohol.<br />A pesar de que es presa fácil del frío y los ladrones, sigue firme pidiendo limosnas sin poder gozar de las riquezas de su propia tierra. A su lado, un perro espera tendido en el suelo a que el mendigo ciego coma para atrapar alguna sobra. Frente a él, un hombre sin piernas se lava las manos en un charco de agua apestosa que emana de algún lugar de la feria 16 de Julio, donde todo lo que es basura en otras partes, encuentra comprador aquí. Mira a su alrededor con miedo, como un niño que teme ser recriminado. Lo que él no sabe es que a la gente, él no le importa. En El Alto muchas cosas no importan. Importarse por algo significa darse lujos y la ciudad más pobre de Bolivia sólo puede darse un lujo: sobrevivir a como dé lugar.<br /><br />Entonces aparece un grupo de borrachitos felices que deciden seguir la parranda en plena calle. Los músicos están ebrios y los dueños de la parranda lo están más (no hace falta una fecha especial para estas fiestas) y bailan entre sí, mientras al mejor estilo aimara comparten el trago de la misma botella. Como resultado de la alegría, han dificultado aún más la circulación de los choferes osados que manejan esquivando bultos de mercancías, compradores, borrachines que duermen la siesta sobre la calle y cholas que se sientan como estatuas impasibles a vender chucherías, aunque si se insiste, pueden dar las señas de dónde se pueden hallar cosas de más valor. Y es que en esta feria se venden desde alfileres oxidados partidos por la mitad, zapatos usados, muñecas decapitadas y botellas vacías, hasta condecoraciones militares, computadoras de última generación y vagonetas de cualquier marca modelo 2003. “¿Qué modelito quiere?, Ah, ese no tengo, pero venga en tres semanas que se lo consigo”, dice un comerciante. Ese “yo se lo consigo”, significa: “Yo lo hago robar para usted”.<br /><br />En este “Mall” andino, basta con colocar un cuero de oveja o un hule para tener un puesto junto a las avenidas, de modo que no extraña por ejemplo encontrar la novela Cien Años de Soledad del colombiano Gabriel García Márquez sobre un aguayo extendido, junto a cebollas, pengas de plátanos, clavos oxidados, frascos viejos de penicilina, una escoba sin mango y un muñeco de He Man sin un brazo. Y si es sorprendente que hayan esas cosas a la venta, más sorprendente es que haya quien los compre. Y los hay, 50 centavos bastan para comprar algo, y mucha gente llega con menos que eso. De ese tamaño es la pobreza.<br /><br />De modo que cuando se suma pobreza y desempleo, el resultado es la delincuencia, y El Alto tiene puntos de delincuencia como la calle Antofagasta donde está el “barrio Chino”.En esas zonas, los vehículos pasan con las ventanas cerradas y la gente de a pie, especialmente las cholas, guardan su dinero en las “chullpitas”, una bolsa de lana que guardan bajo la mantilla. Pasar por zonas así, es como estar en una selva llena de depredadores de lo ajeno, que incluso llegan a robarse entre sí. Esas aglomeraciones de mercaderes, compradores y ladrones, conforman verdaderos elencos de teatro que tienen por escenario las calles desguarnecidas de policías.<br /><br />Acto 1 (calle Antofagasta de El Alto, en la tarde): Las “choras” (ladronas) caminan rozando los vehículos y fingen ser golpeadas por alguno para increpar a los choferes. El plan es hacer que el chofer baje del vehículo, y cuando eso ocurre, ellas le escupen en la cara el trozo de hoja de navaja que guardan en la boca. Al impacto, la víctima se toma el rostro y recibe un golpe, después los "choros" desvalijan el vehículo.<br />Acto 2 (en el mercado cerca de la avenida EE UU, una hora después): Un conductor se olvida de cerrar sus ventanas y de poner el seguro en la puerta. Cuando el vehículo frena por la dificultad del tránsito, los choros abren la puerta de golpe, le meten una “piña” (puñete) y roban lo que hay en el vehículo.<br />Acto 3 (en la Plaza La Paz, atardecer): Un "lancero" (ladrón que actúa solo), le arrebata la cartera a una mujer y se pierde entre la multitud.<br />Acto 4, escena 1 (entre las calles 2 y Antofagasta, en el crepúsculo): Un "campana" (buscador de gente descuidada) observa desde hace rato a la gente que va y viene en la zona, descubre a alguien y da un silbo.<br />Escena 2: el segundo miembro de este equipo de delincuentes, encara a la víctima, le roba y echa a correr entre las calles laberínticas, desorientando al que ha sido robado.<br /> Escena 3: La víctima intenta perseguir al ladrón, entonces aparece un tercer cómplice que simula ayudar. Le dice: “¿Qué le pasó, le robaron?, yo vi a un tipo corriendo para ese otro lado”, intenta dar tiempo al que huye y despistar al que persigue.<br />Escena 4: Si el afectado no hace caso a las técnicas de distracción del delincuente número 3, entonces llega la caballería. Un cuarto implicado con cara de malo, casi siempre grande, en vez de distraer, amenaza y frena la persecución.<br />Acto 5 (ya por la noche, en La Ceja). Además de los “campanas” que se paran en las esquinas mirando en todas las direcciones para tener “cubierto” el perímetro, están las “pildoritas” que aparecen de noche, en las cantinas, prostíbulos y alojamientos de la zona. Una pildorita vestida con pantalón y blusa ceñida al cuerpo (a pesar del frío), excesivamente maquillada y tocada con una boina francesa que le cae sobre el ojo izquierdo, se para en la puerta de una cantina y le sonríe a todos los que entran. Al fin un “galán” se la lleva a la cantina. El parroquiano no sabe que la cartera grande que carga esta “birlocha” (hijas de cholas que ya no usan polleras) es para guardar el celular, billetera, reloj, y lo que pueda quitarle una vez le dé la pastillita adormecedora que guarda con sumo cuidado en el corpiño.<br />Acto 6 (en un burdel, ya muy de noche): Es fácil distinguir a las pildoritas, de las damas de compañía. Las primeras están casi siempre completamente vestidas sin más intenciones que robarse algún buen celular. Las segundas se visten menos y hay que caerles bien, tomar mucha cerveza o lo que sea, ser respetuoso, y sobre todo, tener dinero para que ellas cuenten primero la historia de su vida, justificando el porqué están ahí, para luego irse a los cuartitos del fondo sin mucho mobiliario (a veces sólo tablas), a robar a su cliente el último aliento que ha dejado la altura.<br />Acto 7 (en La Ceja, madrugada ya): Pandillas pululan en las calles. Alcoholizados se golpean entre sí, asaltan a cualquier borrachito desprevenido sin el menor reparo porque saben que a esas horas ni la Policía se atreve a entrar ahí. Los guardias de seguridad que resguardan negocios son casi siempre un saludo a la bandera. Tienen que ponerse una especie de armadura de plástico bajo el uniforme para evitar que una puñalada los sorprenda. Salvo en la zona de Ciudad Satélite (el Equipetrol o la zona Sur de El Alto), en casi toda la ciudad pasa lo mismo.<br />Acto 8 (amanece). En la avenida Juan Pablo II, aparecen puestos callejeros de cholas totémicas, acurrucadas en las paredes y protegidas por tolditos de tela que ofrecen refresco y comida. A los perros se los encuentra destrozando basurales o sentados con cara de buenos tipos bajo las mesitas de comedores callejeros, donde por Bs 1.50, la gente puede tomar una sopa de carne de llama o la siempre rica sajta. Han aprendido a caer simpáticos, y a veces, desde asientitos miserables de madera donde la gente se acurruca casi tocando sus codos con las rodillas mientras come, alguien les lanza algún hueso. Después de la sopa y el perro satisfecho, un lustrabotas mira los zapatos y dice: “un lustre jefecito”.<br />Su rostro está cubierto de pasamontañas, hace su trabajo y cobra Bs 5. “Es el aguinaldo cuate, hay que aprovechar porque en esta época es cuando nos entra algo de kivo (dinero). Cobraremos así del 20 de noviembre al 20 de diciembre", dice Antonio. El estudió hasta el primero de primaria cuando tenía 11 años. "primero básico era entonces. Salí de la escuela y me metí a la calle a trabajar. Primero volvía a mi casa y le daba lo que ganaba a mi madre, después ella se metió con un hombre y me echó a la calle. Yo tenía 14 años, ahora tengo 19 y esto es lo único que sé hacer", dice el muchacho sin rostro en cuya mano derecha tiene un tatuaje borroso que dice: "Aloviu foreber Carolina"...Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-75174697637298159002008-04-05T17:42:00.000-07:002008-04-05T17:52:24.182-07:00PARTE UNO: OCTUBRE NEGRO DE 2003<strong>"CRÓNICAS DE UN DESCENSO AL INFIERNO"</strong><br /><br /><em>(Nota: Con ésta secuencia cronicada de la revuelta de octubre de 2003, cuando El Alto y La Paz derribaron al entonces presidente Sánchez de Lozada, obtuve el premio en el Concurso Internacional de Periodismo José Martí, en Cuba).</em><br /><br /><br /><strong>Darwin Pinto</strong> <br />Desde el avión Convair turbo hélice de la Fuerza Aérea Boliviana, El Alto parece un animal dormido al que ni el dolor humeante de sus heridas abiertas a tiros logra despertar. Pero El Alto no duerme, llora en silencio y se hace más fuerte. En el aeropuerto militar, el único que funciona tras el cierre del aeropuerto internacional desde el lunes 13 de octubre debido al bloqueo de la autopista que une La Paz con El Alto, los turistas varados duermen en grupos sobre el suelo, mientras los que vencen el frío y el cansancio, siguen las noticias en la Tv de la sala de preembarque, para ver cuándo volverán a su patria.<br /><br /> "Me dijeron que Bolivia era un sueño, pero es una pesadilla", dice en castellano difícil y envuelto en mantas, el médico alemán Jürgen Becker (39).Afuera, entre soldados nerviosos que custodian el aeropuerto y la niebla helada de una noche triste, las avenidas desiertas yacen llenas de palos, piedras y alambres de púas, mientras el fuego de las llantas que arden con la rabia de un pueblo herido, ilumina a los niños descalzos que juegan al fútbol entre los escombros de las calles arrasadas por algo parecido a la guerra.<br /><br /> En la desolación intensa de una noche en la que aún se respira un olor a pólvora y caucho quemado, basta que el fotógrafo saque la cámara para captar una imagen nocturna de aquellos juegos infantiles, para que desde la oscuridad una voz dé la alarma: "¡falsos periodistas, son falsos periodistas!". ¿Qué hacer? pues guardar la cámara y caminar llevando a cuestas el equipaje y los 4.100 metros de altura que asfixian más a cada paso entre los vidrios rotos y las piedras ennegrecidas por el hollín. Entonces miramos sin mirar a los ojos desconfiados que acechan desde la oscuridad de las típicas casas alteñas de tres pisos sin revocar.<br /><br />“El gobierno manda espías que se hacen pasar por periodistas y sacan fotos que usan para cazar dirigentes", dice Salustio Cadima, miembro de Fejuve. En las calles de El Alto, la gente está en vigilia alrededor de fogatas, y combaten con alcohol de curar, los dos grados centígrados que desde hace tiempo ya no enfrían, sino cortan.“Vigilamos para evitar el saqueo de casas y la cacería feroz de los militares contra los dirigentes de la Federación de Juntas Vecinales, que junto a la Central Obrera Regional (COR), organizan el bloqueo para oponerse a la venta de gas por Chile y exigir la renuncia del presidente Sánchez de Lozada. Cuando todo está tranquilo, se lanzan petardos cada media hora, un dinamitazo significa que se acercan los militares”, dice José Canqui, uno de los vigilantes. Pero si El Alto está bloqueado, La Paz está sitiada por los descendientes de aquellos aimaras que la cercaron por 109 días en 1781, al mando del ex sacristán de Ayo Ayo, Tupac Catari (Tomás Apaza). Aquella vez, Catari, levantado contra la injusticia española, apostó sus fuerzas en la Ceja de El Alto para desabastecer La Paz. Esta vez, Fejuve y la COR, apostaron vecinos allí para impedir el paso de vehículos con alimentos y combustible a La Paz. En el siglo XVI, los aimaras arrojaban bolas de fuego (lana con aceite) para rendir La Paz; esta vez eran piedras las que impedían la circulación por la Ceja. En ambas hubo derramamiento de sangre, pero a diferencia de la derrota popular de aquella vez, en esta, el pueblo pudo más, y la ciudad más pobre del país, tumbó a un presidente resistido por casi todos.<br /><br /><br /><br /><strong>¿Por qué la violencia en El Alto?<br /></strong>· Hay 272.600 pobres y 165.500 indigentes. Con estas cifras, según el INE es la ciudad más pobre del país y la cuarta más poblada.<br />· Tiene 700.000 habitantes, de los cuales 647.357 son del área urbana y 52.643, en el área rural. En total hay 321.527 hombres y 328.431 mujeres, según la actualización del INE 2002.<br />· Su tasa anual de crecimiento poblacional es de 5.10%, la más alta del departamento de La Paz, y una de las más altas del país.<br />· Según el INE, el 72% de la población está insatisfecha con los espacios de viviendas, 50% insatisfecha con la educación y el 70% con el acceso a la salud.<br />· El Alto es la cuarta sección de la provincia Pedro Domingo Murillo de La Paz.<br />· En esta sección, que fue declarada ciudad hace 10 años, tiene 157.620 hogares con un promedio de cuatro miembros cada uno y un ingreso de Bs 20 por día.<br /><br /><br /><strong>Día a día</strong><br /><strong>Miércoles 8 de octubre:</strong> Comienza el paro en El Alto convocado por Fejuve y la COR. Hay 6 heridos en el bloqueo de la Ceja.<br /><strong>Jueves 9 de octubre:</strong> Mueren dos mineros en Ventilla, entre Oruro y La Paz. 15 heridos en Senkata, tras choques con militares que guardan convoyes de vehículos.<br /><strong>Viernes 10:</strong> Bloqueo impide a un convoy militar lleve gasolina a La Paz. Esa noche explota un ducto de gas en Achachicala.<br /><strong>Sábado 11:</strong> En choques en la Ceja, mueren dos alteños.<br /><strong>Domingo 12:</strong> 29 muertos en la autopista de El Alto.<br /><strong>Lunes 13:</strong> 26 muertos y 100 heridos. Mesa y aliados quitan apoyo a Goni, que se aferra a las FF.AA.<br /><strong>Martes 14:</strong> Dos mineros muertos en Patacamaya y 16 heridos.<br /><strong>Miércoles 15:</strong> Más de 30 heridos. 35 piquetes de huelga y una marcha piden la renuncia de Goni.<br /><strong>Jueves 16:</strong> Crece la huelga. Marcha de campesinos desde Yapacanó a Santa Cruz sigue.<br /><strong>Viernes 17:</strong> Los mineros llegan a La Paz, cae Goni y se fuga a EE.UU. Mesa asume la presidencia.<br /><strong>Martes 21:</strong> EE.UU. dice que lo ocurrido en Bolivia es peligroso para su seguridad nacional.Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-88450525238753559682008-04-05T17:36:00.000-07:002008-04-05T17:41:28.425-07:00CAIDA DE GONI<strong>"AL MEJOR CAZADOR SE LE FUE EL PODER"</strong><br /><br /><em>La falta de intuición política y su alejamiento de la realidad, tumbaron a Sánchez de Lozada. Fuentes del Palacio hablan de un “Plan de autodefensa del gobierno” que pudo ser una matanza mayor<br /></em><br /><strong></strong><br /><strong>Darwin Pinto</strong><br />Corría 1951, cuando Goni dejó EE.UU. para venir por primera vez a su desconocida y natal Bolivia, convertido en un joven de 20 años, ambicioso, de apellido ilustre y buena estrella, que al año siguiente vería cómo el naciente MNR y su ventolera revolucionaria reconstruía Bolivia de las cenizas de la guerra del Chaco, destruía a la rosca del estaño y devolvía al país sus riquezas. Ahora, a los 73 años, las masas que él vio encumbrar a su antecesor, lo expulsaron a EE UU por desnaturalizar la revolución y quitar al pueblo lo que la sangre del pueblo había costado.<br />“Goni es un hombre que casi de la nada se hizo millonario, se casó con una miss Bolivia, y pese a no hablar bien el castellano, fue elegido presidente dos veces. Es un hombre que no sabe perder y tal vez por eso fue derrocado", dice un miembro del entorno de Sánchez de Lozada, que lo acompañó desde el ascenso al poder en su segundo mandato, hasta el momento en que subió al vuelo comercial del LAB, que lo llevaría de Santa Cruz a EE UU. Para algunos que lo conocieron en el ejercico del poder, su mayor virtud fue su razón ilustrada del visionario que encabeza los movimientos de la oligarquía. Para otros, su peor defecto fue la falta de intuición política de un boliviano, que a pesar de ser de derecha y vivir hasta sus 20 años en EE UU, tenía una visión tozuda pero no fascista de las cosas. “Es un norteamericano liberal, nacido en La Paz el 1 de julio de 1930, que puede acusar de subversivos a sus enemigos, pero nunca les diría indios de mierda”, afirma gente de su círculo más íntimo, para quienes el MNR renacerá, pero Goni no volverá a Bolivia, pese a que se le instaure un juicio de responsabilidades por las 80 muertes de octubre.<br />Pero ¿cuáles fueron los errores del ex presidente que heredó un partido que cambió la historia del país cada vez que a Víctor Paz se le ocurrió una idea?: "Tenía experiencia política, pero le faltaba intuición. No se dio cuenta que en El Alto se gestaba un nuevo actor político, un club de sindicatos que incluía juntas vecinales, universitarios, gremialistas y cooperativistas mineros, cuyo poder es más grande que los mecanismos de la democracia, al punto que hicieron caer el gobierno gonista. A Víctor Paz no le pasaría esto. Al ex presidente le faltó intuición que tiene Carlos Mesa", señala la fuente. Para Adalberto Kuajara, ex minstro de Trabajo, la causa de la caída del ex mandatario, fue que entre la residencia presidencial de San Jorge y lo que pasaba en el país, había una pérdida del sentido de la realidad. "La movilización social era incontenible, pero los informes de la seguridad del Estado decían al Presidente que era posible controlarla. No se comprendía que era una insubordinación de la sociedad frente al Estado", dice el senador de NFR.<br />Otra alta fuente gubernamental, (que como otros miembros del gobierno, el día que Goni cayó evacuó a su familia escondida en tanquetas del ejército hasta el aeropuerto de El Alto), afirmaba que las Fuerzas Armadas aseguraban poder frenar las movilizaciones. “Incluso se le planteó al Presidente un ataque aéreo para sacarle la mierda a estos tipos con 3.000 muertos por delante, y luego mandar tropas”, dice la fuente. Al parecer se hicieron ensayos del plan, porque un avión de la FAB mató gente en la zona de Río Seco, según gente de El Alto.<br />Kuajara, miembro del gabinete de Sánchez de Lozada, señala que la convicción de Goni en sentido de no renunciar, "no era una simple proclama. En él había una fuerte convicción de proyecto político que estaba dispuesto a defender a sangre y fuego", dice, y remata que cuando la percepción de que el fin era inevitable invadió la residencia de San Jorge, (donde Goni instaló su bunker desde el 3 de octubre por consejo de su seguridad personal), el equipo de Sánchez de Lozada concibió una operación psicológica y militar. "Se consideró un plan de autodefensa gubernamental, que consistía en la concentración de tropas en la residencia de San Jorge (avenida Arce) y el Estado Mayor de Miraflores. El plan contemplaba dejar que la masa haga destrozos en la ciudad y después contraatacar para “controlar los desmanes y precautelar la seguridad de la residencial zona Sur, a los que el movimiento popular veía como objetivos. El Presidente estaba en el dilema de enfrentarse a la masa o renunciar. Pero él estaba dispuesto a la guerra. Eso para el NFR era inaceptable, le dijimos que la solución era su renuncia y nos retiramos”, dice Kuajara.<br />En esas circunstancias, el “club de sindicatos”, bajó a La Paz porque sabía que el aparato político no tenía capacidad de hacer una masacre, a pesar que el aparato militar estaba listo a iniciarla. "Nunca en la historia de las revueltas, las fuerzas irregulares rebasaron militarmente a las regulares. El aparato político se rompe antes que el militar. Siempre hay un Goni que dice: "Ya es suficiente", y se va; o un Manfred Reyes que dice: “No apoyo porque está feo”. En estos casos, la derrota es política, porque se trata de renunciar o matar a miles de personas. El club de sindicatos sabía eso y se sentía poderoso por ello”, señala un doctor en Ciencias Políticas.<br />El 20 de septiembre, día del enfrentamiento en Warisata, en el Alto Mando estaban los generales en un ambiente de guerra, con mapas extendidos que señalaban las posiciones de las tropas, el avance del Ejército y el movimiento de los campesinos que se acercaban a La Paz. “Se pasaban los reportes de municiones y abastecimientos de tropas”, dice un miembro de Palacio, mientras que un especialista explica que si bien el movimiento popular propinó golpes estratégicos a los militares, como el llegar a La Paz y tomar Senkata, eso se debió a que el límite militar era la decisión política.<br />El domingo 12 de octubre, el entonces vicepresidente Carlos Mesa, procedente de Pando, aterrizó en El Alto y un helicóptero lo llevó a La Paz. Entretanto, los balazos se metían en el aeropuerto donde estaba el Vicepresidente, mientras los oficiales a los gritos pedían que se muevan los aviones para que no los tiroteen. "Desde las torretas del aeropuerto, los soldados devolvían ráfagas a la gente que disparaba contra la base desde la calle. La decisión política evitó que una tanqueta arrase con la gente”, dice un miembro del Poder Ejecutivo que estuvo en el lugar. Según esta fuente, nunca hubo resquebrajamiento de las Fuerzas Armadas, ya que todas las acciones de éstas eran decisiones del Presidente. Dejar pasar a los mineros hasta La Paz fue decisión de Goni, pues detenerlos habría sido otra matanza. El gobierno no quería frenar en seco las marchas (no podía), sino pretendía buscar la negociación a cualquier precio, pero no se pudo.<br />Para Kuajara, uno de los tres miembros de la comisión negociadora del gobierno (junto a Guido Añez del MIR y Mirtha Quevedo del MNR), el quiebre de las negociaciones se dio en Patacamaya (mitad de camino entre La Paz y Oruro), bloqueada por al menos 15.000 aimaras. “El batallón Calama de Tanques, a pesar de su poder de fuego, no podía detener a ese concentración de gente. Lo que se pudiera ofrecer estaba condenado al fracaso porque existía una conciencia de que Goni debía irse", dice.<br />A las 5 de la tarde del viernes 17 octubre, cuando la renuncia de Goni era un hecho, las tropas se repliegan a los cuarteles a defenderlos y sólo queda el batallón Colorados custodiando la residencia de San Jorge. “De las 17:00 a las 24:00 el club de sindicatos estaba en la plaza San Francisco juntando fuerzas para tomar el poder. Tienen que intervenir el Cura Pérez, el Mallku, Ana María Romero y hasta Evo para rogarles que no avancen 200 metros hasta la Plaza Murillo, que estaba llena de militares. Ahí faltó un hombre con intuición política que diga: !a la Plaza Murillo! y tomaban el poder. La estabilidad de la democracia en ese momento se apoyó en el micrófono del cura Pérez, y no en el sistema de derecho según la teoría política. Esta gente ya sabe que puede llegar hasta la plaza Murillo. Ahora se autoflagelan por no haberlo hecho, están molestos, puesto que ellos pusieron los muertos y ahora los gobernantes siguen siendo los blancos barbados con caras de conquistadores. Si ellos tomaban Palacio, para que Evo ocupe una silla en el gobierno, debería llegar con sus huestes y decir: "!Carajo, tomé la plaza de Cochabamba y me costó 12 muertos y he matado a 20!”. No puede decir "yo tengo tantos senadores", poque lo sacan a patadas", dice un analista.<br />“Nunca hubo guerra del gas, el movimiento sindical planteó la crisis como una lucha de poder entre el pueblo aimara contra los militares, el gobierno y los blancos de la zona Sur de La Paz. Este club de sindicatos está organizado con al menos 100 altos dirigentes que movilizan cuadros intermedios de 1.000 personas, que a su vez bajan a La Paz 30.000 personas. A ellos les queda chica la democracia, la teoría de la lucha de clases y el marxismo. El MAS está a la derecha del nuevo movimiento. Con el MAS se puede dialogar y cuotear. Estos tipos no están en esa lógica”, dice un miembro cercano al Ministerio de Defensa.<br />Según éste, de aquí en adelante los que quieran hacer política deberán ser machos para enfrentarse a este club. Goni, que leyó a Chesterton, Shakespeare, Bacón, Berkeley y Looke para su doctorado en literatura inglesa y Filosofía en la universidad de Chicago (Illinois), no tuvo el perfil para enfrentar a este movimiento, al cual la democracia le quedó pequeña.<br /><br /><strong>Los errores que precipitaron la caída de Goni</strong><br />No calculó la fuerza del actor nuevo que nació en El Alto. Ignoró la fuerza que se concentraba en el club de sindicatos que se enfrentaba con los militares en El Alto. No vio que el control se perdió en el intento de rescate a los turistas de Warisata. El sábado 20 de septiembre, Carlos Sánchez Berzaín, ministro de Defensa, llama al Presidente para decirle que hay dos bajas militares. En eso llama un contacto de la Csutscb pidiendo que se retiren las tropas de Warisata. Le hablan al “Zorro” para que se retire y este dice: “Si el Estado no puede estar en su territorio, !qué mierda es esto!. Cómo va a ir la Policía dejando a 1.000 rehenes”. La fuente agrega que no se midió el conflicto en términos de poder. “Fue como pelear con Mike Tyson”, afirma. Falló en las políticas públicas de El Alto. No le dio interés a las demandas de El Alto. “Era firme en sus errores”, dice uno de sus allegados y agrega que el ex presidente creía tener la razón histórica, “pensaba que la democracia, el Parlamento y la Constitución estaban con él. Aún cree que estuvo en lo correcto, lo cual es un error”, dice la fuente. No aceptó un Primer ministro, ni un ministro de informaciones. La idea era que el primer ministro maneje la política y cubra al Presidente de los ataques. El ministro de Informaciones debía manipular la propaganda. No lo tomó en cuenta sino hasta el final, cuando ya era tarde.<br /><br /><br /><strong>¿Técnicas senderistas en el movimiento?</strong><br />“El altiplano paceño y hasta El Alto fue santuario de Sendero Luminoso mucho tiempo, ya que cuando el ejército peruano reprimía mucho allá, se venían acá. Hay un pacto con el Estado boliviano, como en todos los santuarios terroristas del mundo. Sendero garantiza el orden público en el santuario (Warisata o Achacachi), a cambio que los dejen protegerse de las fuerzas armadas peruanas. Ese pacto se mantuvo por más de 15 años”, afirma una fuente cercana al ex Presidente Sánchez de Lozada. Agrega que esto no significa que Sendero Luminoso organizó la revuelta de octubre, sino que el contacto con Sendero le abrió los ojos a la gente alteña y usaron su adoctrinamiento, su logística. “Uno de los ejes de Sendero de reivindicación del territorio donde no entran ni militares, ni policías, eso se vio en octubre. Además en El Alto hay 150.000 personas con TV, eso los hace pobres informados, lo más peligroso que hay”, dice la fuente entre risas.<br /><br /><br /><br /><br /><strong>Carta de renuncia de Goni (fragmento)<br /></strong>Honorables Congresales:<br />Bolivia está viviendo horas cruciales, la democracia está bajo asedio de grupos corporativos políticos y sindicales que no creen en ella y que la utilizan según su conveniencia, todo esto configura un cuadro de sedición que con el pretexto de la exportación del gas natural ha violado la esencia de la democracia. Se ha utilizado esa bandera rehusando el diálogo para buscar mi renuncia atribuyéndome no sólo responsabilidad por los problemas actuales, sino también la falta de soluciones. Si así fuera, mi renuncia que hoy pongo a consideración del Honorable Congreso Nacional, debería ser suficiente para la solución de los problemas nacionales. Esta es una tarea que el Congreso debe encarar con la responsabilidad que exige el presente, pero es mi deber advertir que los peligros que se ciernen sobre la patria siguen intactos, la desintegración nacional, el autoritarismo corporativista y sindical y la violencia fratricida, estos peligros se asientan en la circunstancia histórica en que los fundamentos de la democracia han sido puestos en cuestión, quiera Dios que algún día no tengamos que arrepentirnos de todo esto.<br /><br /><br /><br /><strong>Víctor Paz: Breve perfil del mentor de un mandatario derrocado</strong><br /><br /><strong>1907.</strong> El 2 de octubre nace Víctor Ángel Paz Estenssoro. Morirá en su natal Tarija el 7 de junio de 2001<br /><strong>1921.</strong> Bachiller en Oruro<br /><strong>1927.</strong> Licenciado en Derecho en la UMSA de La Paz<br /><strong>1932.</strong> Funcionario de la Contraloría General de la república<br /><strong>1934.</strong> Combatiente del Chaco .<br /><strong>1938.</strong> Diputado por Tarija.<br /><strong>1941.</strong> El 10 de mayo lanza un manifiesto contra el gobierno proestadounidense del general Enrique Peñaranda<br /><strong> 1942.</strong> El 7 de junio, Paz lanza oficialmente el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), fuerza antiimperialista.<br /><strong>1943.</strong> El 20 de diciembre el MNR apoya a Gualberto Villarroel y derrocan a Peñaranda.<br /><strong>1946.</strong> El 20 de julio una insurreción instigada por la oligarquía derroca y asesina a Villarroel. Paz apenas escapa a Argentina.<br /><strong>1949.</strong> Fracasa la revolución que Paz instiga en Santa Cruz y otros departamentos.<br /><strong>1951.</strong> El 6 de mayo, Paz junto a Siles Suazo, el PCB y los trotskistas, gana las elecciones, pero el presidente Urriolagoitia da el gobierno a una Junta Militar.<br /><strong>1952.</strong> El 9 de Abril, estalla la revolución. El 11 triunfa y el 14 llega del exilio Paz para asumir por primera vez el cargo de presidente, el que ostentará por cuatro veces en su vida, antes de dar el partido a Goni.<br /><br /><br /><br /><strong>Cinco escenarios previos y posteriores a la caída</strong><br /><br /><br /><strong>Salidas expuestas a Goni</strong><br /><br />1) Pacto electoral con el MAS. El lunes 13 de octubre sus asesores presentaron a Goni cinco posibles escenarios para frenar la revuelta, de los cuales tres eran de renuncia. El primero proponía un pacto con el MAS, para evitar que el sistema democrático caiga.<br />2) Retorno de Mesa al redil. El vicepresidente Mesa le quitó el apoyo a Goni. La propuesta consiste en hacer volver a Mesa para que reinicie los pactos sociales con sectores y partidos.<br />3) Elecciones adelantadas. Le sugerían la renuncia con esta propuesta.<br />4) Constituyente. La convocatoria a Constituyente también implicaba la renuncia.<br />5) Referéndum. Si lo perdía, era renuncia inevitable. De los cinco puntos, Goni consideró sólo la vuelta de Mesa, pero este no aceptó. La suerte estaba echada. El viernes 17 de octubre Goni fue derribado<br /><br /><br /><br /><br /><strong>Posible futuro del país con Mesa</strong><br /><br /><br /><strong>1) Carlos Mesa sorprendente.</strong> Uno de los posibles escenarios es que Carlos Mesa haga una transición pactada en 2007 y como resultado de aquello aparezca un sistema democrático liberal fortalecido.<br /><strong>2) Cae Mesa por presiones.</strong> Los sectores lo presionan, el club de sindicatos baja a La Paz, interrumpen el proceso y hay elecciones anticipadas. El presidente Mesa debe tener un helicóptero cerca.<br /><strong>3) Golpe de Estado.</strong> A partir del fracaso, Mesa piensa en elecciones anticipadas, y la embajada americana llama a un golpe de Estado generacional como el de Pinochet o Videla.<br /><strong>4) Constituyente.</strong> Mesa se cansa y llama a una Constituyente para que 15 geniales saquen a Bolivia adelante. De ahí la clase política debe acostumbrarse a tocar las puertas a los cuarteles cada que el club baje de El Alto.Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-32302577480036087822008-04-05T17:31:00.000-07:002008-04-05T18:10:32.930-07:00LAS CLAVES QUE TUMBARON A UN EXILIADO<strong>"CURAS Y PERIODISTAS: CLAVES EN LA CAÍDA DE GONI"</strong><br /><br /><em>Según sacerdotes alteños que salieron a las calles a defender al pueblo de la represión militar, la Iglesia salió fortalecida de las jornadas de octubre. La gente ya sabe en qué medios confiar y en cuáles no</em><br /><p><em></em></p><p><strong>Darwin Pinto</strong><br />Apesar de los 7 grados de temperatura y un viento espeso que baja silbando desde los Andes, el cura de sotana blanca suda al hablar. Agitado, con el rostro cansado por sus 70 años y por el caos que se escucha en la calle, suspende de golpe la conferencia de prensa improvisada que da a EL DEBER, la prensa británica y argentina, en la parroquia Cuerpo de Cristo en El Alto.</p><p>Una joven con cara de asustada le ha dicho que hay nuevos heridos del choque entre alteños y militares, y él, con el tono marcial de todo buen austriaco, invita a los periodistas a acompañarlo en su ambulancia que ya sabe de cargar medicinas, heridos y muertos. La ambulancia va a 50 kilómetros por hora en caminos de tierra, salta como un elefante cansado sobre piedras y palos que bloquean las raquíticas rutas, arrolla rompemuelles y pozos, mientras el sacerdote responde preguntas de la prensa que va con él dando tumbos en el interior del vehículo y contesta por celular preguntas de otros periodistas. Todo al mismo tiempo.</p><p>La sirena no deja de ulular y una triste banderita de la Cruz Roja tiene el fabuloso poder de protegernos de las piedras voladoras que golpean a los vehículos que no acatan el paro obrero-campesino que se propone derrocar a Goni. La ambulancia no acata el paro porque debe salvar vidas y los bloqueadores se abalanzan sobre ella, la frenan. Los periodistas nerviosos toman apuntes estorbándose mutuamente y los flashes de las cámaras salen desde el vehículo hacia la turba: “Ah padrecito Obermaier, es usted, pase nomás”, dice el líder del bloqueo zonal, y la ambulancia sigue corriendo contra el tiempo, a favor de la esperanza.Sebastián Obermaier es uno de los curas católicos alteños de base que se remangó las sotanas, y a la prédica le agregó la acción, mientras que aquellos periodistas fueron sólo un puñado de gente que “estuvo ahí” para mostrar al mundo lo que sucedía en este remoto país de triste pasado y futuro incierto.</p><p>Aquella escena sólo fue una más de las que compartieron sacerdotes y periodistas en las lúgubres jornadas de octubre. ¿Resultado?: la Iglesia católica y algunos medios de comunicación se repartieron la confianza del pueblo, porque una guió las almas atormentadas por la desesperanza y los otros condujeron hacia la luz el pensamiento de gente desorientada por la tragedia. Misioneros extranjeros como Sebastián Obermaier o párrocos diocesanos como Modesto Chino o Willy Soria (Villa Ingenio), se pusieron los zapatos del pueblo, (a diferencia de iglesias, como la chilena, que calló los crímenes de la dictadura), lo que le valió a la Iglesia católica alteña recuperar el espacio perdido a manos de otros cultos, que, salvo la Iglesia Metodista, no participaron en los choques de octubre. “Cada sacerdote participó por opción, por su vinculación a la gente, no por el mandato de su obispo. </p><p>En un momento del conflicto, la gente se preguntó en quién iban a confiar, y la respuesta fue: en la Iglesia. 14 sacerdotes nativos y 10 misioneros de otros países defendieron, resguardaron y acompañaron a la gente en los momentos de confusión. La Iglesia se fortaleció porque recuperó la credibilidad del pueblo”, dice Modesto Chino (33), hijo de mineros orureños y cura de la parroquia San Francisco de Asís, en Senkata. Según Sebastián Obermaier, la Iglesia estuvo presente en actos de misericordia. </p><p>“En la plaza de la Cruz de El Alto, la gente quería colgar a dos miembros de la PTJ. Les pedimos que apostemos por la vida, porque no éramos asesinos”, dijo. Agregó que la Iglesia ayudó con transporte, alimentación de damnificados y la Diósesis alteña formó una comisión de derechos humanos que opera con los familiares de muertos y heridos para conseguir las indemnizaciones.</p><p>“La Iglesia fue tremendamente contestataria con el gobierno anterior. Sánchez de Lozada mandó un avión a Trinidad para traer al Nuncio, para que este reflexione a monseñor Jesús Juárez y a los párrocos, que según el anterior gobierno, estaban en un rol subversivo. En el manifiesto del 13 de octubre, estos piden la renuncia de Goni”, afirma Mario Roque, jefe de redacción del diario El Alteño. Pero ¿quién llegaba con la voz de la esperanza a los lugares donde no tenían acceso los sacerdotes? La respuesta es los medios de comunicación, especialmente la radio. Roque agrega que entre los medios alteños (25 estaciones de radio legales, un diario y dos canales de TV de poco alcance) las radios alteñas fueron importantes. “Ahora El Alto tiene sus propias emisoras creíbles, dejando de lado a Fides o Panamericana de La Paz”, afirmó.“</p><p>Nuestra transmisión del conflicto no paraba, porque la gente nos pedía no parar. Después, otras radios más pequeñas, que antes sólo ponían música chicha, se colgaron de la señal de nuestra radio y formamos una cadena durante 10 días, hasta que desplazamos a la TV, porque ésta era poco creíble. La gente ya sabe en qué medios confiar y en cuáles no”, dice Lucía Sauma, directora de radio Pachamama (11 años al aire) de El Alto, que junto a las radios Integración y San Gabriel, entre otras, cubrieron el conflicto. </p><p>“Si no era por el trabajo de los medios alteños, nadie se iba a enterar de que en esta ciudad estaba muriendo gente. Esa apatía de los medios de los centros de poder que sólo miran alrededor de la plaza Murillo, se debe a que la voz de los excluidos siempre es lejana a esos medios. Todo era como una película. Mientras por el auricular oía las balas y los gritos de gente pidiendo auxilio, miraba hacia La Paz y allá no pasaba nada. Por eso hablamos con Derechos Humanos, el Sindicato de la Prensa y con Monseñor Jesús Juárez, y luego nos fuimos a la red Erbol para hablarle al país. Nuestro rol fue conciliador”, afirma.</p><p>El hermano Jaime Calderón, director de la radio San Gabriel, donde se realizó la huelga de dirigentes aimaras desde el 10 de septiembre hasta la caída de Goni el 17 de octubre, dice que el papel de este medio en la revuelta de octubre fue haber educado para la libertad al pueblo alteño. "En 16 años de labor, hemos alfabetizado a 100.000 aimaras con libros bilingües. La educación concienciadora que ejecutamos, le dice al pueblo: organízate, porque el adulto que aprende a leer la palabra escrita, debe aprender a leer la realidad y en octubre eso fue lo que pasó", dice.Ya un politólogo había dicho que El Alto era un pueblo “peligroso”, no por la violencia de sus inseguras callejuelas, ni porque era un pueblo lleno de bronca por su pobreza sobrecogedora, sino porque era un pueblo lleno de radios y TV, es decir, bien informado.<br />El periodismo alteño aprendió a sangrar<br />Para Lucía Sauma, la directora de radio Pachamama de El Alto, ha nacido un nuevo periodismo alteño a raíz de la revuelta popular de octubre. “Es un periodismo que visibiliza más lo que está fuera de los centros de poder. Es un periodismo que se gestó mientras los periodistas aguantaban la guerra de febrero. Es un periodismo en el que los reporteros jóvenes se enfrentaron a situaciones de las que sólo habían oído por los mitos que se cuentan del periodismo en la época de la dictadura”, dice.Agrega que en muchos casos hubo que dejar el celular a media transmisión en vivo para ayudar a un herido. </p><p>“Los jóvenes periodistas han palpado el caos. He visto reporteros llorar como niños al ver la tragedia, dejando de lado los viejos cánones de que los machos no lloran y que el periodista debe decir lo que ve sin comprometerse. El periodismo alteño se ha humanizado”, dijo.Aclaró que ahora el reportero debe optar entre irse del lado del que cree que la noticia es la pepa o el que rescata al humano encerrado en la noticia.<br /><br /><br /></p>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-17652461613844920852008-04-05T17:27:00.000-07:002008-04-05T17:29:10.006-07:00BUSCAN SUEÑOS, HALLAN PESADILLAS<strong>Darwin Pinto Cascán.</strong> <em>Madrid<br /></em><br /> ¿El presidente Sánchez de Lozada estuvo aquí en Madrid?, se pregunta Alvaro Choque, y se bebe a grandes sorbos su cerveza fría en el bar "La Perla Boliviana", en la calle Julio Merino No 11 de Madrid, mientras la música de los Kjarkas retumba con la fuerza de los charangos y zampoñas en las esquinas de ese bar en cuyas paredes aparecen retratadas las riberas del lago Titicaca y las palmeras despeinadas del oriente boliviano.<br />Afuera de este local que en las noches es el centro donde se reúne la comunidad boliviana, la lluvia cae sobre España y la hace más lúgubre a los ojos de los inmigrantes ilegales llegados desde el otro lado del mar, desde un país sin mar.<br />"Si hubiera sabido que Goni estaba aquí, iba hasta... ¿en que hotel estaba?, ¿el Ritz?, ¡joder!, ese hotelazo!!!. Pues iba y lo traía de las orejas a rastras para que vea en la pocilga en que vivo por su culpa. Yo dejé Bolivia porque allá no se podía vivir y porque todos los gobiernos son corruptos", se lamenta lleno de rabia este paceño de 38 años que hace media década dejó en su tierra a sus dos hijos (entonces de tres y cinco años), a su esposa, y a sus padres. <br />"Uno en esta mierda de lejanía no sabe si sus hijos están enfermos o si se murieron tus padres. Si llamas por teléfono, tu familia te miente para que no te preocupes, y esa incertidumbre de saber que te pueden mentir por piedad, es peor que la realidad", dice este albañil que cuando tiene trabajo gana al día 30 euros (unos $us 27), mientras que sólo en comida gasta diez euros por jornada, en transporte cinco, y junto a otros seis bolivianos, ilegales como él, paga a duras penas 2.000 euros por un cuarto en la zona de la estación de Atocha, lo que le significa no mandar dinero a Bolivia. “Y yo que vine a ganar plata dejando a mi familia. Ahora estoy sin plata, creo que sin familia y a 8.000 kilómetros de Bolivia”, remata con desesperada ironía.<br />En España, Choque no sólo afronta a diario la melancolía de extrañar la tierra de sus afectos, sino que aguanta la humillación que sufren no sólo los inmigrantes bolivianos, sino también ecuatorianos, dominicanos, marroquíes y otros que llegan a la península en buscar una vida mejor.<br />"Tus manos son negras, no quiero que toques la fruta que voy a comprar. Todo tu apestas", le decían los clientes españoles a otro boliviano inmigrante, Roberto Candia, cuando empezó a trabajar en una frutería de Madrid. "Por suerte, mi jefe intercedía por mí, y les preguntaba por qué me trataban así, y ellos les contestaban que todos los sudacos (término despectivo usado en España para referirse a los sudamericanos), son asquerosos y ladrones", recuerda Roberto, un cruceño de 35 años que hace seis dejó a sus dos hijos y a su mujer en Santa Cruz.<br />A esa andanada de insultos que salen del florido lenguaje de algunos españoles, se suman otros como: tercermundista, indio de mierda, basura, a los cuales los indocumentados deben acostumbrase para conservar el trabajo.<br />Cuando estos autoexiliados que huyen de la pobreza empiezan a contar sus desgracias, tienen en los ojos un brillo de tristeza que a ratos se transforma en un chispazo de victoria contra el silencio que los ahoga. Cuando cuentan, sale desde su corazón todo ese barro negro que deben guardar seis días a la semana, desde las cuatro de la mañana hasta las 22:00, tiempo que duran sus jornadas de trabajo. “Cuando recién llegué a España, trabajé cavando zanjas y operando, sin saber, maquinaria pesada. Me cansé y reclamé porque no tenía equipos de seguridad, ni seguridad médica (hay que rezar para no enfermarse porque sinó estás frito) y porque al español no le daba la gana de pagarme. Entonces el patrón me dijo que no me iba a pagar porque yo era un ilegal. "¿Vas a ir a quejarte a la policía?, si te vas, aparecerán cien como tu a pelearse como perros tu puesto", me dijo y me echó sin darme un quinto, luego que trabajé con él tres semanas. Si encuentro a un español en Bolivia, por más que no lo conozca, le voy a sacar la mierda”, dice. El pique macho, corre entre las mesas de manteles rojo, amarillo y verde de este local boliviano donde se reúnen los compatriotas a sanar sus heridas, comiendo picante, bebiendo y oyendo música nacional.<br />Jaime Corso, otro boliviano, dice que ser migrante y no tener documentos en España es peor que ser un perro. "La gente se hace ilusiones sobre lo que es España. Cuando uno llega aquí, lo hace por 90 días como turista, pasa ese tiempo y entonces la policía te busca para expulsarte. Si uno se come el orgullo y se queda a pesar de los malos tratos del patrón, entonces los abusos aumentan. Si te vas, estás destinado a vagar buscando trabajo, que cada vez es más escaso por el exceso de mano de obra migrante. Entre tanto deberás comer, vestir, dormir y mandar dinero a Bolivia ¿qué hacer?, pues unos apuestan a la delincuencia y otros piden ayuda, limosnas ¿entendés?, ¡limosnas como cualquier mendigo de mierda!, ¿entendés?, y da rabia por que no venimos a robar, ni a mendigar, venimos a trabajar y acá nos tratan como a basura”, dice. Afuera ha dejado de llover y la noche empieza a tornarse más fría, más hostil.<br />Lo peor es que los bolivianos que han llegado ilegales a España, lo hacen después de endeudarse en su país. “Te cuento, pero si no ponés mi nombre. Bueno, a mi me prestaron $us 10.000 antes de venir. Más de la mitad dejé a mi familia para que se mantenga, mientras yo encontraba trabajo aquí, y el resto lo gasté en el pasaje y para establecerme al llegar a Madrid. En Bolivia ya se acabó la plata y yo aquí no consigo trabajo. La policía me quiere expulsar y yo le ando huyendo porque no quiero volver deportado a mi país. Si no me meten preso aquí por ilegal, me van a meter allá por insolvente”, dice este hombre que ha llegado a este lugar, que es como un pedacito de Bolivia en Europa.<br />Madrid de noche se convierte en dos ciudades, la que con sus luces potentes como soles refleja la grandeza de sus monumentos históricos, y la otra, la subterránea que es de los latinoamericanos que maldicen despacito en aimara, quechua y taíno, a sus patrones, que casi siempre los explotan por ser ilegales, ignorantes y mano de obra poco calificada, que si quiere comer, debe aguantar. De noche, estos trabajadores sin acceso a la seguridad social, ni a la educación para sus hijos, se convierten en señores de la cerveza y dan riendas suelta a su recuerdos, y las charlas a gritos sólo hablan de la lejana Latinoamerica. “Nos dicen indios, pero ellos son gitanos”, dice una voz que sale del tumulto.<br />Saben que no deben hacer ruido porque si los vecinos escuchan la música y la bulla que arman esas parrandas, llamarán a la policía. Por eso, a las tres de la mañana ya empiezan a irse del local. No quieren que la madrugada los agarre en la calle porque antes que amanezca, la policía hace batidas en las paradas de buses donde se concentran los migrantes para ir a sus trabajos. Los oficiales meten a sus patrullas a cualquiera que tenga pinta de inmigrante (moreno, con ojos clavados al piso) y los encierran en calabosos. “Ahí te preguntan por tus papeles, si no tenés, te obligan a que denunciés a tu patrón para meterlo preso por dar trabajo a un ilegal. Me encerraron y amenazaron con deportarme. Por suerte mi jefe mandó un abogado y salí, luego me ofreció un contrato de trabajo y recién empecé los trámites para mi estadía legal en este país”, señala Gabriel Paz, cruceño de 29 años que trabaja como albañil, oficio al que se dedica la mayoría de los bolivianos, mientras que sus mujeres, que hallan trabajo más rápido, cuidan casas, niños o ancianos.<br />Pero los bolivianos no sólo tienen problemas con los españoles, sino entre ellos también. En Madrid, el regionalismo es más marcado y eso se ve los fines de semana en los campeonatos de futbol que se disputan en el parque 12 de Octubre. Allí chocan equipos collas contra cambas (72 planteles), y tras el fútbol, llegan los tragos y las trifulcas frenadas por la policía, que carga con todos a las comisarías o a la cárcel, donde hay 20 bolivianos acusados de ser “mulas del narcotráfico”, encerrados sin que nadie vele por ellos. A lo mejor sus familias en Bolivia ignoran cuál ha sido el destino de estos ciudadanos que dejaron el país en busca de mejores días y terminaron en una celda con sus sueños destruidos en un país tan lejano, como esos de los que hablan los cuentos.<br /><br />Lejos del bar, en uno de los tres locutorios públicos (café internet) de Madrid, los trabajadores latinoamericanos empiezan a juntarse. Ellos son los unicos que usan el internet para hablar con sus familias en sus paises (los españoles tienen ese servicio en su casa). En el mismo espacio, estan las cabinas de telefonos par las llamadas de larga distancia. No hace falta escuchar con atencion para detectar los acentos: el portuespañol de los paraguayos, las entonaciones obvias de los colombianos, peruanos, bolivianos y los ecuatorianos que estçan en todas partes, sin contar a los marroqies enormes y gritones o los africanos obvios. En las conversaciones se escuchan llantos, palabras que consuelan a un niño en el otro lado del telefono, expresiones de dolor porque un pariente querido acaba de morirse a miles de kilometros de distancia y los buenos consejos y palabras tranquilizadoras de que en españa nos va bien , nos tratan bien, no se preocupen, pronto estaremos en casa, y al colgar el suspiro de desahogo, el dorso de la mano que se lleva lejos la lagrima de la mentira.<br /><br />Ojo: (Nota recuperada sin corrección ortográfica, sorry!!)Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com33tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-15765635666077110692008-04-05T17:13:00.000-07:002008-12-10T15:15:17.591-08:00ENTREVISTA CON JAVIER DARÍO RESTREPO<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOuvg3RVaiiVXxs7sOlXC1s0wR96Z9H_3SSKbg9CR__hUTDCSLlhAR_FnGtbhkHAzQ5bvfH4PPfChYIH6yNxbRUuqKaFykRAfmRTu_JUiMCp5nEiw0JCG48cLZlrEL0iZpAn268l-4eVQ/s1600-h/restrepo.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5186573913303498802" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOuvg3RVaiiVXxs7sOlXC1s0wR96Z9H_3SSKbg9CR__hUTDCSLlhAR_FnGtbhkHAzQ5bvfH4PPfChYIH6yNxbRUuqKaFykRAfmRTu_JUiMCp5nEiw0JCG48cLZlrEL0iZpAn268l-4eVQ/s400/restrepo.bmp" border="0" /></a><br /><div><strong>"VIEJO PERIODISTA, NUEVO NOVELISTA"</strong><br /><br /><em>Tras 40 años dedicados al periodismo, éste maestro de ética reporteril se convierte en nuevo novelista. A sus 72 años, este bogotano junta en su primera novela: Edad de Sangre, los recuerdos de toda su vida para describir a una Colombia herida de muerte</em><br /><br /><br /><strong>Darwin Pinto</strong><br />Cuando Javier Darío Restrepo se siente cansado, se reinventa a sí mismo vaciando cientos de libretas de apuntes y décadas de recuerdos sobre su escritorio bogotano y entonces se sienta a reconstruirse escribiendo. El hombre que habla pausado y potente como los que han corrido mucho por senderos de muerte y han tenido que escucharse a sí mismos despacio en medio de desastres naturales y guerras religiosas, junta las piezas de su vida de hombre y periodista y las mete en un libro sin precedentes para él; y es que sus 72 años de vida, 40 en el periodismo y 20 en la TV, lo hacen revivir en su primera novela. Pero a Resprepo, como todo periodista que se vuelve noticia, hay que conseguirlo con calma.<br /><br />Cartagena de Indias, jueves 23 de septiembre, 23:45. Cuando el grupo de vallenato se disuelve en las risas de los que han dejado de bailar aquel son de voces adoloridas y letras de desencantos y reencuentros; cuando el ron con el hielo de la despedida ha encendido la chispa de los sentidos en la terraza de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (es la última noche del taller), y las bóvedas renacentistas de las iglesias coloniales que la rodean se vuelven más espectrales que nunca iluminadas con soles artificales que les dan colores dulces de melón y mango; a esa hora de la noche caliente en que los vientos del Caribe soplan más fuerte sobre las murallas centenarias de Cartagena de Indias, una mujer muy joven, informal, hermosa (sirena con patas, murmura alguien), oscura en medio del salitre que flota en el aire, emerge de ninguna parte en una terraza vecina, y de un sólo golpe, con gestos de diva en la gloria, entona a los cuatro vientos y a capela la zarzuela: Carmen, de Bizzet.<br /><br />Entonces Javier Darío Restrepo se sorprende como un niño porque tiene buena memoria. Hace un rato nomás, como a las 23:30, estaba contando que lo que más le impresionó de su trabajo periodístico en Beirut...Fue aquella vez en que en medio de la ciudad bombardeada por las tropas israelíes, la gente entraba a un restaurante que aún estaba de servicio como si fuera un domingo cualquiera, pasando entre los combatientes parapetados en sus trincheras...<br />Cuando termina de cantar aquella soprano de blusa suelta y pantalones cortos de niña bien, el silencio retumba en los balcones cargados de tiestos de flores, retumba en aquella ciudad de mendigos dormidos en los portales de las iglesias, de calles llenas de ecos y sombras que siempre pasan corriendo, aquella ciudad adornada por una sensual gorda de Botero, helada en la noche por el hierro de su corazón y cagada por las palomas que ahora duermen en los techos coloniales endurecidos por la sal. Como un goteo de lluvia, aparecen los aplausos de los que al fin reaccionamos, y ella, la soprano, desaparece casi en el aire cuando las campanas de la iglesia San Pedro Clavert se golpean entre sí celebrando la media noche, mientras Cartagena duerme con un ojo abierto y la puerta entornada.Después, Javier Darío Restrepo, el hombre de buena memoria, verba maestra y al que quieren todos por su aire de abuelo buena gente y experto en los vericuetos de la vida periodística, desaparece también entre los reporteros asombrados por tanta magia, tanto sonido de oleaje marino en medio de la noche, tanta rumba de negros y mestizos armados de cervezas y maracas en sus playas blancas de piernas abiertas, cuyos cantos llegan hasta nosotros arrastrados por la brisa del mar.<br />Cartagena es muy vieja y le sobran los fantasmas. Estamos en una ciudad protegida por 14 kilómetros de murallas de más de tres metros de altura, y metro y medio de grosor, aún armadas de cañones en sus troneras fortificadas para repeler los ataques piratas de sir Francis Drake (1586), Jean Baptiste Ducasse (1697) y sir Edward Vernon (1741), que llegaban hasta aquí con bandera corsaria para asaltar este que fue el puerto de acopio español más importante de sudamérica en la colonia.<br />Cartagena es muy vieja y le sobran las historias, y eso lo sabe mejor que nadie Gabriel García Márquez, el nobel de literatura de 1982, que en las calles de esta ciudad recogió a trozos los miembros de lo que después sería su obra. Pero ahora, en los últimos días de septiembre, Cartagena de Indias, en pleno caribe colombiano, le pertenece a Javier Darío Restrepo.Jueves 23:20. Antes de que la soprano empiece a cantar, la entrevista está concertada: Mañana después del taller ¿le parece?. ¡Clarombre!, dice el bogotano. A él lo quieren todos. Tiene la suficiente buena memoria no sólo para saludar como un viejo amigo (a vos te conozco, eres de EL DEBER de Bolivia, dice cuando llega a la Fundación para el Nuevo Periodismo, en la mañana del jueves), sino que su memoria le alcanza para recordar anécdotas de café (sobre un famoso escritor español adepto a Ciorán que prefiere salir del bar en el que está, en vez de ponerse calcetines que le exige un mesero), u otros recuerdos de Beirut, como el del dolor de cabeza que le provocaba un camarógrafo que, de cubrir eventos sociales, lo habían mandado al conflicto árabe-israelí.Pero su memoria lo llevó más lejos.<br />A sus 72 años, el hombre que publicó algunas de las mejores crónicas en lengua hispana, por fin se animó a escribir su primera novela basada en sus recuerdos de toda la vida: Edad de Sangre, publicada por la universidad de Antioquía.Al día siguiente de la noche en que la soprano cantó y se fue sin despedirse en Cartagena llueve a cántaros (aquí sólo llueve así) y el salitre húmedo que viene del mar hace llorar a las paredes. Buscamos dónde sentarnos, se acomoda junto a una puerta con cristales que da a un balcón tan colorido de flores que parece una ensalada de frutas. Después, espera casi heróico la andanada de preguntas.<br /><br />-¿Cómo define a su novela en una sola frase?<br />-Edad de Sangre, es la historia de un hombre condenado a muerte en cuya agonía se refleja la agonía de un país.<br /><br />-¿Qué lo impulsó a ser padre de su primer novela a los 72 años?<br />-Había escrito crónicas más o menos largas, pero nunca me había atrevido a encarar una novela (obras cronicadas: Puebla para el pueblo (1980), Avalancha sobre Armero (1986), Del misil al arado (1989), Periodismo diario de televisión (1990), Etica para periodistas (1991) en colaboración con María Teresa Herrán. Más allá del deber (1992), La revolución de las sotanas (1995), Testigo de seis guerras (1996) y Desde las orillas (1996), en colaboración con Germán Rey). Edad de Sangre fue la acumulación de mucho material guardado toda la vida. Algunos de mis libros son crónicas extensas, como la de la avalancha de la población de Armero, tragedia en la que el volcán El Ruiz sepultó a 25.000 personas en noviembre de 1985. Hice el cubrimiento de ese desastre, recopile las historias que había sobre eso, incluso las que aparecían publicadas, y a pedido de una editorial escribí una gran crónica sobre esto. Hacer crónicas periodísticas fue una invitación permanente a hacer algo más ambicioso como una novela.<br /><br />-¿En qué momento decide empezar la obra?<br />-El momento clave es cuando encuentro el eje conductor de la historia, porque lo que uno tiene en bruto son muchas historias vividas por otros o por uno mismo, historias de la infancia o proporcionadas por el periodismo, pero el problema radica en encontrar el hilo conductor para surcir esas historias. Cuando encontré ese hilo, vi que la historia debía escribirse.<br /><br />-¿Cómo halló la punta de ovillo?<br />-Bajaba yo del aeropuerto de Medellín. Me senté en la buceta al lado de un señor, me reconoció y me dijo que era piloto y que acababa de salir de un largo secuestro. Me contó un relato apasionante. Despues me vi de nuevo con él, y esa vez gravé su relato para mantenerme fiel a los detalles. Escuchándolo me di cuenta de que eso era suceptible de convertirse en la historia central alrededor de la cual girarían muchas historias que permitirian mostrar cómo Colombia en el siglo 20 fue un país anegado en sangre, porque desde la guerra de los 1000 días, hasta el año 2.000 siempre hubo alguna guerra interna en el país. Y esa es la tesis de que Colombia está viviendo una edad de sangre, de ahí el título de la novela.<br /><br />-¿Cuándo empieza esta época negra para Colombia?<br />-Tiene multiples raíces, de tipo político, religioso, nuestra cultura de intolerancia, aislamiento de regiones y los problemas sociales.<br /><br />-¿Cómo encaja la novela en la realidad colombiana?<br />-En una carta que me mandó Ryszard Kapusinski (para muchos el mejor reportero del mundo), a quien le envié la novela, me dice que a él le sirvió para conocer más sobre el país. Hay un episodio ilustrativo: Hay un momento en que unos personajes están desenterando armas. Un niño recuerda cómo su padre en una pequeña finca lo invitó a sacar algo sepultado. Se hace la descripción de cómo desenterró las armas que su padre había enterrado. En Colombia existió una perversa tradición en la que cuando terminaba una guerra, no se entregaban las armas, sino que se enterraban, para cuando otra guerra venga. Convertían a las armas bajo tierra en semillas de nuevas confrontaciones.<br /><br />-¿Qué fue lo más doloroso y lo más reconfortante de la novela?<br />-Lo doloroso es comprobar cómo el país ha vivido un siglo padeciendo la violencia y que al terminar la centuria, todavía no hay perspectivas dejar de padecerla. Lo positivo es que tejer una historia y contarla es muy tonificante, primero por el reto intelectual que representa. Me estaba metiendo en un campo ajeno, cometiendo la osadia de hacer una novela a mis 72 años. Luego, el ejercicio de escribir lo que a uno le gusta, desde el punto de vista biológico funciona como regenerador de celulas, es un factor de juventud.<br /><br />-¿Se puede hablar de una retroalimetación permanente entre periodismo y literatura?<br />-El periodismo es un género literario. Es una elaboracion de materiales con palabras, una entrada en la conciencia de la gente para mostrarle realidades. Todo eso es un aporte literario. Cuando uno escribe de estas cosas, las está librando del olvido. Eso no es culpa de nuestras sociedades, son el resultado de las tecnologías que capturan con más avidez el presente, lo divorcian del pasado y despedazan el futuro. Cuando se hace ese esfuerzo por contar historias con todos sus antecedentes y contextos, se libra a la historia de la incomprensión. Eso es literario.<br /><br />-En qué momento alguien se da cuenta que ya es hora de escribir.<br />-Los periodistas estamos embarazados de libros por las tantass experiencias que se nos van acumulando. Por eso buscamos la oportunidad de darle salida. Y mientras ese afán sea resultado de la acumulación de experiancias, es algo saludable, a lo cual habría que agregarle un conocimiento de técnicas narativas para hacer algo decoroso y útil para la gente. Pero si el afán del libro es el resultado de una acumulación de vanidades, lo que va a resultar es un montón de papel impreso. En literatura y el periodismo, todo se redime por la voluntad y eficacia en el servicio a los receptores de la imformación.<br />Sigue lloviendo en Cartagena con una intensidad que daría la impresión que se prolongará por 40 días con sus noches, como alguna vez escribió el viejo amigo de Restrepo, García Márquez, genio anclado en la capital mexicana, que no viene a Cartagena hace tres años, porque la salud no le alcanza.</div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-16422602094947061612008-04-05T17:06:00.000-07:002008-12-10T15:15:17.858-08:00ENTREVISTA A AUGUSTO ROA BASTOS II<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhej_gvvl7zT1OxLzkbNXSvnJuIG-tr-ZbYtH8HRM67UMCqMLdQeQ_MBZhG4jtHh6sJ4mP6PUt3V_EyDbS67hC7ftyPlHDw2zpIHFUkHihvKUO0eY4pdqHQsz04w6AKhcxJhH8cOe4JQIs/s1600-h/Cuál+soyï¥ï¥.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5185920927950651330" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhej_gvvl7zT1OxLzkbNXSvnJuIG-tr-ZbYtH8HRM67UMCqMLdQeQ_MBZhG4jtHh6sJ4mP6PUt3V_EyDbS67hC7ftyPlHDw2zpIHFUkHihvKUO0eY4pdqHQsz04w6AKhcxJhH8cOe4JQIs/s400/Cu%C3%A1l+soy%EF%80%A5%EF%80%A5.jpg" border="0" /></a><br /><div><strong>"PALABRAS DE UN HOMBRE DE AMÉRICA"</strong><br /><strong></strong><br /><strong></strong><br /><strong>Fue amigo de Augusto Céspedes de quien se declara admirador y lo señala como el escritor más brillante de la postguerra del Chaco. Dice que en el oriente boliviano se habla el castellano más puro del continente. Habla de la obra de los autores del Boom, da consejos a los escritores nóveles y cuenta sus temores</strong><br /><strong></strong><br /><strong></strong><br /><strong>Darwin Pinto</strong><br /><br />Asunción, esa mágica ciudad enclavada en medio de una historia marcada por guerras increíbles y rebeliones inocentes, de jesuitas del pasado glorioso cuyas almas aún deambulan dando tumbos de dolor por sus calles sin tiempo, de héroes de trapo y fierro que hicieron honor a su estirpe guerrera, de ríos que como serpientes bíblicas la rodean con sus brazos de agua haciéndola insoportable en tiempos de calor.<br /><br />En esta ciudad de ambiente neutro en la que parece que todo tiene que andar al revés para que esté en orden, vive uno de los narradores más sólidos de América: Augusto Roa Bastos. Asunceño de nacimiento y despojado de su nacionalidad por orden de la dictadura de Alfredo Stroessner, Roa Bastos ha plasmado en su prosa de mármol y hierba mate el aire diáfano de los barcos destartalados que se mueren de sueño en los atardeceres de la bahía de Asunción, la belleza de sus mujeres, la bravura de sus hombres, la desfachatez genial de sus militares, sus tiranos memorables que con su locura grande convirtieron a Paraguay en un lugar de la leyenda dejando en el aire una melancólica sensación de que esta ciudad, de la que partieron los conquistadores españoles que fundaron Buenos Aires y Santa Cruz de la Sierra, se encuentra en el último rincón del mundo.<br /><br />Augusto Roa Bastos, agobiado por el peso inobjetable de sus 83 años mal vividos por los exilios perpetuos en sus múltiples patrias, aquejado por un mal cardiaco que le pone el corazón en ascuas y atacado por una pulmonía eterna que le hace la vida imposible en las noches húmedas de Asunción, accede a una entrevista exclusiva con EL DEBER en su departamento ubicado en el barrio asunceño de Las Carmelitas.<br /><br />No hace falta decirle “cuando usted quiera paramos la nota”, pues, conforme atravesamos la frontera que divide el tedio de los temas de siempre con la pasión de hablar de literatura, su voz de escolar que recita una lección, se entrecorta menos y aumenta el tono, sus ojos dormilones que han visto plantaciones de hierba y caña en alejados caseríos paraguayos y en París han contemplado la torre Eiffel mientras tomando un café entrevistaba a Charles de Gaulle, ya no miran el piso, ahora los eleva a la altura de sus palabras. Sus manos, primero dormidas como pajaritos congelados, se vuelven gorriones migratorios que dibujan en el aire el sentido oculto de cada palabra.<br /><br />Apretón de manos y después, sin escalas, entramos al mundo de las letras con paso lento, pero luego él sigue solo, como si montado en un cometa volara hacia la cuna de Cervantes o al entierro de Zola.<br />-¿A qué le teme cuando queda frente a la página en blanco?<br />-Ese trillado temor literario de la página en blanco siempre está presente. Esa página indica que debemos empezar a partir de algo, no de la blancura muda del papel. Para escribir hay que combinar el orgullo de ser escritor y una tremenda humildad para abordar ese orgullo. No puede decirse “voy a sentarme a escribir tal cosa”, eso es irresponsable. La obra tiene que estar machacada y comprimida para escribirla o morir en el intento. También le temo al olvido, esa otra ley a la que está sujeto el hombre. Me alegra sobrevivir en la memoria de los bolivianos, cuyo país es misterioso y alucinante.<br /><br />-¿Qué importa más: el sonido de las palabras o el modo de narrar?<br />-Creo que se debe combinar ambos elementos sumándole la técnica. Esa es una tentativa de escritura pues hasta ahora nadie ha inventado la piedra filosofal de la literatura. Hay palabras como “alambre” o “lata”, que tienen vida propia gracias a su sonido. Uno se rinde al prestigio de la escritura en sí misma, pero la parte hablada es importante, el encanto del idioma francés no nace del cómo se escribe sino del cómo suena.<br /><br />-¿Asunción, con sus calles de brea y piedra, sus charlas a gritos en las plazas, su villas miserias, los barcos de la bahía y las vendedoras de chipa, lo han marcado como escritor?<br />-La ciudad influye porque uno vive ahí y está en contacto con la gente, con los hechos. La sociedad humana es una bestia llena de vacíos que el escritor magnifica.<br /><br />-¿Es dificil hacer una literatura universal?<br />-Hay escritores aparentemente locales que trabajan con la materia prima de los pueblos y que son más universales que los académicos. El caso de Rulfo en México que con sólo dos libros, hizo una literatura genial que se puede entender donde haya habido desolación.<br /><br />-¿Qué le ha enseñado el oficio de narrar?<br />-Aprendí que las letras te enseñan la cosa más dificil que hay: la introspección. Además lo que uno segrega de las vivencias y experiencias lo escribe sin darse cuenta y a veces escribes algo que después pasa de veras y dices ¿donde he visto esto?, claro, lo has visto encerrado por ahí escribiendo como un loco lo primero que se te viene a la cabeza. Aprendí también que cuando se hace una literatura popular te comprometes con la gente, con su íntimidad individual y colectiva, haces sin querer una literatura de trasfondo. Aprendí a dejar que el lector elija e interprete el significado, de los símbolos y secretos de las historias que he contado.<br /><br />-¿Las letras son ingratas?<br />-Lo son cuando se entiende que para atraparlas hay que sacrificarse. Si la obra es un éxito en el público real, si el autor siente que escribió lo que quería, como quería, entonces todo ha valido la pena. Cuando uno se mete en este mundo, la idea es triunfar o morir en el intento.<br /><br />-¿Qué aconseja a quienes intentan iniciarse en la escritura?<br />-Hay que leer a rabiar sin preocuparse si uno es original o no en lo que escribe. La idea es ejercitar la capacidad de dar formas a los sueños y experiencias. Aunque duela, para aprender hay que romper los originales y seguir destruyendo escritos. Hay novelas que yo he reescrito tres o cuatro veces.Hay que encontrarle la voz a la humanidad. Por ello, se debe escribir con modestia y la ansiedad de ir al fondo de las cosas más pequeñas.<br /><br />-¿Cuándo se está listo para dejar de ser escribidor y convertirse en escritor?<br />-Eso es dificil. Yo hasta ahora dudo terriblemente de que mis escritos sean válidos. Creo que a través de la literatura trato de debelar un misterio personal que hasta ahora no ha sido debelado. Cuando escribo, no caigo en la tentación de pensar que estoy haciendo una obra maestra porque eso impide hacer esa obra maestra.<br /><br />-¿Es dificil encontrar “la voz propia” en la literatura?<br />-La voz propia es la identidad del autor, es como su rostro, a través del cual uno averigua el misterio íntimo del creador. Hay rostros literarios con voces propias muy transparentes, otras contusas y opacas pero que tienen su misterio. Hay está la olla de la creación.<br /><br />-¿Cómo se quita uno de encima al padre-maestro literario?<br />-Ese es un trabajo lento, de purificación de los modelos que se tiene. Se debe evitar ese aire de familia que existe con los grandes escritores que se origina cuando uno se siente seguro al escribir como ellos. Todo arte es el producto de la imitación sublimada, es necesario partir de algo, pero después hay que saber dejarlo sin sufrir heridas.<br /><br />-¿Cómo es su relación con el resto de los escritores del Boom?<br />- No me doy mucho con los otros escritores porque en las letras, como en todos los actos humanos, hay una especie de guerra intestina permanente, que en lugar de beneficiar a los autores, los excluye. Por eso he querido afrontar en solitario el acto de la narración.<br /><br />-¿Qué opina de la obra de Borges, Cortázar, Rulfo, Fuentes, Vargas Llosa o García Márquez?<br />-Para mí, Rulfo es uno de los grandes escritores a pesar de su obra escasa porque hizo toda una literatura con sólo dos libros. García Márquez es muy capaz y creo que es el mejor de la generación de narradores latinoamericanos que asombraron al mundo. Gabo es el referente ineludible para entender al Boom. Carlos Fuentes es uno de los pocos autores que demuestra una maestría innegable en el manejo de la escritura . Estos dos autores son difíciles de calificar porque siempre tienen algo más de lo que uno percibe. Pese a que Borges, Cortázar y Bioy Casares eran argentinos, sus respectivas narrativas eran diferentes. Admiro a Cortázar por su fuerza, su irremediable convicción de crear una literatura, ¿cuál?, la suya. Borges está mal interpretado. Todo el mundo lo asocia con la literatura inglesa, yo creo que hay una vena propia. La literatura de Borges es culta, de élite, de facciones idiomáticas extranjeras, pero no hay que olvidar que es un gran creador de ficciones. Asturias (premio Nobel guatemalteco), en leyendas de Guatemala, incursiona lo más posible en el misterio de la lengua latinoamericana, no en el folclore que es más superficial, sino en la parte profunda de un pueblo, de una raza, que fue bien intrepretada por Asturias. Yo fui amigo de él, felizmente no se me dio por imitarlo, aunque lo considero uno de los grandes narradores del siglo XX (risas)<br /><br />-¿Cual es su relación con su país?<br />-Todos los días trabajo en la escritura a ver si puedo sacar algo. A mis 83 años, toda mi vida tuve dos o tres trabajos para sobrevivir en los 60 años que viví exiliado. Si es que hay alguna fuerza que me mueve, es esa terrible sensación de la extrañeza, del estar lejos de lo que uno llama la patria. En la lejanía nunca hice una obra complaciente con Paraguay, al contrario, siempre me acusaron de buscar la parte mala de mi país para escribir. Lo que he hecho ha sido buscar y criticar las cosas que no andaban bien acá, el manejo político, la pobreza de los paraguayos. De literatura a mi tierra le debo muy poco, ya que aquí la ficcion es muy escasa y yo por suerte no encontré ningún libro que me guiara, siempre me metí en obras ajenas como las de Borges, Rulfo o de Guimaraes Rosso.<br /><br />-¿Cambió la literatura paraguaya tras la guerra del Chaco?<br />- Antes del conflicto no había literatura en Paraguay, después del enfrentamiento empezamos a trabajar por las letras de mi país. La literatura paraguaya no puede compararse a la boliviana porque Bolivia es un país especial, comprimido y cerrado. Sus buenos escritores tienen la capacidad de condensación, de dar fuerza a sus relatos. Admiro a Augusto Céspedes por Sangre de Mestizos y El Pozo, joyas insuperables de la literatura de postguerra. Esa es la obra de un hombre cuya brillantez literaria estuvo bien expresada en cada letra.<br /><br />-¿Conoció a Augusto Céspedes?<br />-Cuando estuvo en Paraguay como diplomático, conversamos de literatura y de la Guerra del Chaco.<br /><br />-¿Por qué cree que los autores bolivianos no ganaron un espacio en la literatura mundial?<br />-A pesar de que en el oriente boliviano se habla el mejor castellano de Latinoamérica, pienso que no trascienden debido al encierro del país y porque la mayoría de la población habla idiomas nativos, lo que reduce la posibilidad de que emerjan figuras. También hay limitaciones en los medios de difusión porque la producción sola no basta, hay que tener la posibilidad de publicar y que esa obra se proyecte. Las editoriales no quieren cargar con obras desconocidas, eso le hace difíciles las cosas al escritor joven. Por suerte mis primeras publicaciones se realizaron en Argentina, un mercado que tenía proyecciones en Latinoamérica y Europa.<br /><br />-¿Lo suyo es realismo o ficción?<br />-Casi todas las historias y personajes de mis relatos se basan en hechos reales, no sé inventar. La capacidad inventiva es más válida que la crónica porque esos escritores no repiten, ellos proponen el inicio y los límites a los que puede llegar su obra. Yo soy un cronista de la historia de mi país y espero que de otros países de latinoamérica que padecieron las miserias de Paraguay. En la novela“Hijo de hombre”, todo es real, aunque en el pasaje donde chocan los trenes con dinamita y mueren los revolucionarios, agregué el toque político y el drama.</div>Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-74819161922031196902008-04-05T16:56:00.000-07:002008-04-05T17:06:02.071-07:00ENTREVISTA A AUGUSTO ROA BASTOS I<strong>"ESE BÁRBARO OFICIO DEL HOMBRE: LA GUERRA"</strong><br /><strong></strong><br /><em>Fue uno de los narradores más importantes del siglo XX. Gran parte de su obra se basó en la guerra que enfrentó a Paraguay con Bolivia. En una charla con Darwin Pinto en 2002, el autor de Hijo de Hombre habló de su experiencia en el conflicto y de la influencia de éste en su obra</em><br /><em></em><br /><strong>Darwin Pinto</strong><br /><strong></strong><br />Encorvado por sus 83 años de vida difícil y cubierto con un aura blanca y solemne de patriarca bíblico, Augusto Roa Bastos dejó a un lado sus males cardiacos y pulmonares, sus recuerdos ingratos de exilios y ausencias y nos atendió en su departamento del exclusivo barrio asunceño de Las Carmelitas.<br /><br />Siempre amable, con un aire de dignidad humilde y sobrenatural, el autor de “Yo el Supremo” saluda con sus manos de artesano y después de decir con un hablar difícil “¿Ah... usted es de Bolivia, ese país misterioso en cuyo Oriente se habla el mejor castellano de América?”. Contesta con una voz grave de pajarito enfermo que contrasta con la fluidez de río con que sus palabras construyen una elocuencia que parece increíble en un hombre que ni la grandeza de ser uno de los escritores más importantes del siglo ha borrado de sus ojos grises el recuerdo de una guerra que le cambió la vida para siempre.<br /><br />-¿Cuál fue su experiencia en la Guerra del Chaco?<br />-A los 16 años dejé los sembrados de hierba mate en Campaña y me fui de voluntario al campo de batalla donde me hice hombre viendo morir a mis amigos. A pesar que mis bríos de juventud me empujaban a vivir la aventura horrorosa de la guerra, nuestros oficiales me impidieron pasar al frente, relegándome al trabajo de auxiliar de enfermería. De modo que mi trabajo era levantar muertos y colaborar con los cirujanos para tratar de salvar heridos. Cuando ustedes lanzaban sus asaltos suicidas, yo tenía que escurrirme por el frente llevando bolsas de alimentos, talegos de agua y proyectiles para los que se reventaban en la primera línea. Era un infierno.<br /><br />-¿Qué le enseñó ese infierno?<br />-Descubrí que el ser humano en sociedad es más importante que el individual. Aprendí que toda guerra es tremenda y peor si es contra tu hermano. Aquel conflicto fue el extremo de la estupidez humana, el fruto de una política mal entendida por pequeños grupos de poder de los dos países. Ahí mi vida cambió totalmente, porque descubrí que en ese bárbaro oficio como es la guerra uno no puede mentirse, porque frente a la muerte, la verdad acude desnuda sin que uno la llame.<br /><br /> -¿La guerra marcó sus letras?<br />- Sí. Para zafarme de esa verdad que aprendí en las trincheras fue necesario que escriba todo aquello que vi entre el humo y el fuego de la Guerra del Chaco, pero manteniendo siempre lo que llamo el gran desorden creativo, porque vivimos en un mundo laberíntico y ese laberinto nos persigue a donde vayamos y tenemos que pelear contra eso a través del infierno denso de los intentos de la creación. La literatura fue una especie de catalizador para digerir los terrores de la guerra ingrata que enfretó a dos hermanos gemelos. A pesar que las guerras dejan un trauma en sus hijos, esta es una base grande para la creación de no ficción y te da un impulso de recrear lo vivido. La guerra con Bolivia me dio muchos elementos y riqueza de historias e imágenes para mi posterior producción literaria. Me abrió el horizonte humano, me enseñó valores que hasta entonces eran desconocidos para mí; me dio la capacidad de ir asimilando los conceptos de la vida e identificarte con los seres que más sufren. Vi la erosión de la vida misma.<br /><br />-¿Cómo se cuenta una tragedia de la que se es víctima-testigo?<br />-Cada tema tiene su lenguaje y esa guerra tenía un lenguaje propio que yo tardé años en encontrar, un lenguaje que se adaptara a la plasticidad de los hechos. En ese proceso sufrí los efectos de la envidia y me costó mucho luchar contra eso. No me arrepiento porque de ese esfuerzo surgió el reto de saber hasta dónde sos capaz de llegar. ¿Hasta dónde puedo llegar? Bueno, aún no lo sé porque todavía estoy en camino.<br /><br />-¿Conoce Bolivia?<br />-Sólo Villamontes. Ahí viví terribles combates donde murieron miles de paraguayos en el intento vano de tomar las riquezas petroleras. Ese es un sitio sagrado porque resume la esencia de los bolivianos que en Villamontes formaron una sustancia tan humana, que parecía un muro infranqueable para los paraguayos.<br /><br /> -¿Qué hizo después de la guerra?<br />-Volví a Asunción y busqué trabajo. Me metí en el Colegio de Comercio, en esa escuela hice dos años de contabilidad y después entré a trabajar en el Banco de Londres sustituyendo a una hermana mía que trabajaba ahí. Cuando acabó el conflicto sentí la tremenda tristeza de haber peleado contra los hermanos bolivianos, esa misma tristeza que se hizo literatura después, cuando los muertos ya eran montones de huesos.Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8374444093709607291.post-58519838894206079032008-04-05T16:45:00.000-07:002008-04-05T16:49:28.143-07:00INUNDACIÓN<strong>Darwin Pinto<br /></strong><br />Buitres secando sus alas al sol posados sobre vacas muertas que flotan sobre el río que se ha comido todo. Olor a carne podrida en el aire caliente de las tierras bajas llenas de agua, ruido de monte conteniendo la respiración, sensación de agua, primero fría (flotan montones de hormigas), luego caliente, ahora clara (se ve la vegetación sumergida), luego marrón y al fin color a guaraná.<br /><br />Visión de animales ahogados aún bajo la costra del lodo y la corriente de agua que trepó paredes de las casas como una serpiente gigante, derribó techos y amenazó con matar a cerca de las 3.053 familias que perdieron todo en los municipios de Cuatro Cañadas, El Puente, Pailón, San Julián y Okinawa. Todo eso es lo que se ve en los lugares que desde el 26 de enero se convirtieron en territorio tragado por el Río Grande.<br /><br />Caseríos como Los Laureles se han convertido en pueblos fantasmas, donde sólo se mueven los objetos que flotan sobre el agua que aún roe las bases de las casas de barro y techo de palma que todavía no se han desplomado. Pero, ¿cómo enfrentan los estragos de los elementos los hombres que sólo tienen por arma la fuerza de sus manos?: una canoa arrastrada por cuatro hombres mojados desde hace una semana, con los pies y manos partidos por el remojo y el esfuerzo, aparece en la desolación de Los Laureles, remando a ratos y a ratos bajando del bote con el agua al pecho para evitar así que la corriente los arrastre.Son hombres (padres que han dejado a sus esposas e hijos en los campamentos de refugiados) que han desafiado la zona de desastre para rescatar lo que aún se pueda.<br /><br />Llegan al caserío después de cruzar primero los campos de lodo que se tragan las piernas hasta las rodillas, y luego flotando sobre alambrados y puentes vecinales que están bajo las aguas, enfrentan la corriente y cargan en la canoa lo que quepa en ella. Sillas, ropa, fumigadoras, perros, y el estandarte de la escuela 27 de Mayo de Los Laureles, la bandera nacional y la cruceña. Así, una y otra vez, los hombres vuelven lo más rápido posible por temor a otra riada, lo mismo ocurre en otras comunidades evacuadas. “Este río, que a muchos nos dio de comer, ahora se ha vuelto un enemigo”, dijo Gabriel Ipiaté, de la zona de Alto Perú, en el campamento de Cuatro Cañadas.Los 15.100 sobrevivientes de la ira del Río Grande que huyeron con lo que cabía en sus manos, ahora yacen apilados como prisioneros de una guerra perdida contra el mundo bajo las 200 carpas de Defensa Civil en siete lugares donde se habilitaron los campamentos para refugiados: Los Troncos, Cuatro Cañadas, San Julián, Villa Paraíso, Bolívar, Berlín y 2 de Agosto.“Yo salí con mis hijos cuando el agua ya se había subido a las camas, pero a una cuadra de mi casa había una mujer que estaba sentada en el suelo de su pahuichi, llorando, temblando, agarrándose la cabeza, confundida, sin saber qué hacer con sus hijos llorando aferrados a ella. Algunos nos volvimos y sacamos a todos casi a rastras”, dijo Benita Viquietá, vecina de Fortín Libertad, que ahora está en el campamento de Los Troncos viviendo en una carpa con sus tres hijos, su marido y tres familias más.<br /><br />Desde que el río se desbordó la noche del 26 de enero, 3.053 familias pasan sus días en la dificultad de los campamentos, improvisados en canchas de fútbol, escuelas e ingenios abandonados. Allí, la insalubridad por falta de letrinas y agua para el aseo, y el hacinamiento, pueden causar en cualquier momento una epidemia, aunque ya hay casos de diarreas y enfermedades de la piel en chicos y grandes. De haber una epidemia, eso sería una cuenta más en el rosario de desgracias de estas familias de pequeños agricultores y peones de estancias, rosario ya formado por la pobreza que les tocó vivir, la falta de acceso a la salud, la educación y al trabajo pagado como es debido. Cuando el motor de un vehículo se detiene en la noche, en medio de uno de estos campamentos, los refugiados más afortunados empiezan a moverse, hacinados bajo sus mantas como gusanitos en su capullo. Los otros, los que aún están a la intemperie (la mayoría) se estiran, deshacen el ovillo de sus cuerpos con el que resguardan el calor en medio de lo helado de la noche y se levantan entre la oscuridad con movimientos de seres que vuelven a la vida acosados por el hambre, los mosquitos y la incertidumbre. Emergen de las sombras de las carpas de cuatro metros de largo por cuatro de ancho que comparten hasta seis o siete familias al mismo tiempo, y avanzan hacia el vehículo con aires de mendigos, esperando que de allí salga algo que les llene el estómago, ropa que les sirva para reemplazar los únicos trapos, sucios ya porque no hay agua para el aseo, que pudieron sacar cuando el río se volvió un gigante y arrasó con pueblos enteros sepultándolos bajo sus aguas.<br /><br /><strong></strong><br /><strong>Cronología de un desastre:</strong><br /> <strong>26 de enero.</strong> El desborde del Río Grande cobra su primera víctima. Un adolescente de 16 años muere ahogado en la zona comprendida entre las comunidades El Fortín y Madrecitas, en el municipio de Cuatro Cañadas.<br /><strong>29 de enero.</strong> Las lluvias causan estragos. El presidente, Evo Morales, se reúne con delegados de la cooperación internacional para evaluar los daños. Seis de los nueve departamentos del país han sido azotados por las lluvias que a esa fecha dejaron al menos 3.600 familias damnificadas y pérdidas materiales.<br /><strong>30 de enero.</strong> El presidente Morales pide ayuda de "emergencia" a la comunidad internacional para asistir a unas 50.000 familias de campesinos pobres damnificadas por los furiosos aguaceros que azotan el país.<br /><strong>31 de enero.</strong> El Presidente sobrevuela las zonas inundadas, donde se calcula que hay cerca de 5.000 damnificados y más de 11 mil hectáreas destruidas. Venezuela manda ayuda.<br /><strong>1 de febrero.</strong> Llegan 200 carpas de Defensa Civil. La Prefectura continúa enviando alimentos y algo de vituallas.<br /><strong>2 de febrero.</strong> Chile manda ayuda humanitaria, llegan los médicos cubanos y el río Grande sigue afectando Brecha Casarabe y amenaza San Julián.<br /><strong>3 de febrero.</strong> Ya hay siete campamentos en los municipios de San Julián y Cuatro Cañadas. En total, los refugiados suman unas 15.100 personas.<br /><strong>4 de febrero.</strong> El municipio de San Julián estima que serán 2.000 familias afectadas sólo en su área de responsabilidad y que se necesitarán unos $us 70 millones para reencauzar el río.Antanas Drakehttp://www.blogger.com/profile/12928497565963775678noreply@blogger.com0