lunes, 7 de abril de 2008

ENTREVISTA A ROBERTO NAVIA, PREMIO ORTEGA Y GASSET



CON VARIOS KILÓMETROS DE
CHARLAS Y VINOS A CUESTAS

A Roberto (izq. en la foto) lo conozco desde que estábamos sin estar detrás de las notas que escribíamos sin mayor premura que la de llegar a fin de mes para cobrar y suspirar aliviados...Pero pasó que apareció el Nuevo Periodismo, las tertulias con coca, con tragos, los fantasmas de mujeres de viva presencia, los libros desquiciados y las golondrinas de la política revoloteando por cuartos llenos de más libros y más botellas vacías y entonces supimos que los diarios eran más que simples papeles con tinta....



Darwin Pinto Cascán
El niño que había soñado con ser arquitecto; el que para sobrevivir había recorrido montado en camiones destartalados los huecos más tristes del Chaco boliviano junto a su familia nómada por necesidad, encabezada por su infatigable padre carpintero, ese muchacho acaba de ganar el premio Ortega y Gasset que otorga el grupo mediático El País, de España, en la categoría de mejor trabajo de Investigación, por el reportaje Esclavos made in Bolivia. Ahora ya no es más un muchacho. Ahora es Roberto Navia, toda una marca.
Por eso ayer llegué a su casa, no a visitarlo como compinche de tertulias y vinos de medianoche, sino como periodista a quien se le ha encomendado la entrevista de rigor. Ahí estaba Roberto, sin haber almorzado aún por los nervios, sonriente, resistiéndose a creer lo que le estaba pasando...

- ¿Qué de nuevas?
- Es verdad nomás lo del premio.

- ¿Querés charla o entrevista?
- Charla nomás.

- La esclavitud de bolivianos en Argentina y Brasil siempre estuvo ahí, pero...
- Antes había hecho un reportaje sobre los inmigrantes bolivianos en España, pero me di cuenta de que no hacía falta cruzar el Atlántico para hallar bolivianos esclavos. En Brasil y Argentina también los había. Decidí contar esa historia porque si no lo hacía, era un peso con el que no podría vivir. Era un proyecto difícil, insistí, se hizo con ayuda de la fundacion Unir y EL DEBER. Me subí a un ferrocarril y luego a un bus hasta Brasil.

- ¿Cómo fue el reporteo?
- Me identifiqué como periodista, me hice cómplice de los inmigrantes esclavos y me metí en su submundo para llegar a los esclavizadores.

- ¿Qué fue lo más difícil?
- Preguntarle a alguien por qué esclaviza a un ser humano.

- ¿Cuál fue tu ruta?
- La idea era sólo Brasil, pero reporteando descubrí que había otra ruta de esclavos bolivianos que pasaba por Paraguay y llegaba hasta Buenos Aires. Ahí hallé bolivianos que preferían vivir en un barrio hecho de basura en vez de ser esclavos.

- ¿Qué te impactó más?
- No hay cosa peor que sentirse inmigrante. Es peor que ser asesino o tener la peste. Luego me marcó ver los ojos amarillos de la gente desnutrida, ver gente que manda saludos a sus parientes en Santa Cruz luego de 20 años de ausencia. Vi a una mujer que fue liberada porque moría de tuberculosis después de cinco años de no haber visto una calle. Los quejidos siempre son elocuentes.

- ¿Qué reacciones hubo?
- El Estado es vergonzosamente inoperante. Hay un 25% de bolivianos en el exterior y no hace nada para matar la burocracia.

- Desde tu experiencia, ¿qué es ser inmigrante?
- Es como un mal, en cualquier momento te toca.

- ¿Todo esto cambió tu visión del periodismo?
- Hay miles de historias por ser contadas, uno no puede descansar. Eso tiene que entenderlo la gente en los periódicos.

- ¿Qué balance hacés del periodismo?
- Hay una corriente generacional nueva y pequeña con talento que no le envidia nada a los de afuera. El periodismo es un compromiso mayor que la coyuntura. Que este premio sirva para dar luces a los medios y que apoyen la investigación.

- ¿Cuál fue tu escuela?
- La lectura de los grandes escritores que fueron periodistas. La literatura es madre de todo el buen periodismo. García Márquez, Vargas Llosa o Allan Poe son prueba de eso.

- ¿Cómo ves tu vida de aquí en adelante?

-Espero que se me abran más puertas y que el nombre de Bolivia quede en alto. Para hacer buen periodismo hay que viajar, no soporto hacerlo desde un escritorio.

- ¿A quién te encomendás cuando empezás un reportaje?
-Me encomiendo a mi padre, a la suerte, a Dios y a que mi olfato periodístico no me falle.

Fin de la entrevista, aprentón de manos. Atrás de él, enmarcado sobre su sala está una foto de ambos que nos sacaron el día que presentamos la biografía no autorizada de Evo Morales y entonces recién caigo en cuenta de que el logro de Roberto no es más que el principio para los nuevos tiempos que se vienen para el periodismo boliviano. Nos despedimos y 20 minutos después otra vez estamos en el diario, metiéndole bala a la vaina, como todos los días.

3 comentarios:

Antanas Drake dijo...

Esto es solo una prueba

Anónimo dijo...

hola me llamo mabel paniagua colque y soy hija de Doña nelly de paniagua una de las cuatro mujeres que derroco a la dictadorua de Hugo Banzer(1967) yo amis ocho años bi tanta injusticia y hoy en dia se olvidaron a mi madre y mis hermanos que estuvimos en la guelga para recuperar la demogracia en mi pais bolivia

Anónimo dijo...

Hola Mabel. Me gustaría que me dejés tu dirección e-mail. Me interesaría poder entrevistar a tu madre.
Darwin Pinto
antanasdrake@hotmail.com
773-06501